FRANCIA
Francia vive nuevas protestas sin una salida a la crisis de las pensiones de Macron
Los franceses salieron este jueves a las calles para una undécima jornada de protestas contra la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron, ocho días antes de una decisión clave del Consejo Constitucional que podría desbloquear un conflicto social embarrado.
Los franceses salieron este jueves a las calles para una undécima jornada de protestas contra la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron, ocho días antes de una decisión clave del Consejo Constitucional que podría desbloquear un conflicto social embarrado.
"La única solución es la retirada de esta reforma", subrayó al inicio de la manifestación en París la nueva líder del sindicato CGT, Sophie Binet, para quien, ante la "profunda cólera", el gobierno "hace como si nada" y "vive en una realidad paralela".
Liceos y universidades bloqueados, algunos trenes anulados, una frecuencia en el transporte público de París "casi normal", bloqueos temporales de acceso a ciudades como Rennes, breve invasión de la sede del gestor de activos BlackRock... El movimiento de protesta continúa.
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"Estoy frente a la Sorbona para protestar contra esta reforma inútil, basada en una mentira, pero también contra todos los dispositivos autoritarios usados por este gobierno", dijo a AFP Julie, una estudiante de Literatura de 23 años de esta universidad parisina, que amaneció bloqueada.
Pero la contestación ha perdido fuerza y el bloqueo se instala. El miércoles, una reunión entre la primera ministra, Élisabeth Borne, y los líderes sindicales sirvió para constatar que se mantienen en sus posiciones, a la espera de la decisión de los "sabios" constitucionales el 14 de abril.
El gobierno se niega a retirar su reforma que retrasa la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelanta a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa, algo que rechazan dos de cada tres franceses, según los sondeos.
Su presentación a mediados de enero generó una oleada de protestas desde entonces, que se radicalizaron el 16 de marzo cuando el presidente francés decidió adoptarla por decreto, al temer una derrota en el Parlamento donde el oficialismo carece de mayoría absoluta.
El gobierno defiende que elevar una de las edades de jubilación más bajas de Europa permitirá evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones, pero sus opositores consideran que castiga más a las mujeres con hijos y a quienes empezaron a trabajar muy jóvenes.
Desde el 7 de marzo, cuando los sindicatos movilizaron a 1,28 millones de personas, según la policía, y 3,5 millones, según el sindicato CGT, las manifestaciones han perdido fuelle. El 28 de marzo, fueron entre 740.000 y más de dos millones, según sendas fuentes.
Las autoridades esperan este jueves entre 600.000 y 800.000 manifestantes, según una fuente policial, máxime cuando Francia vive, según el politólogo Dominique Andolfatto, un "momento intermedio antes de la decisión del Consejo Constitucional".
"No todo depende de hoy, pero los sindicatos tampoco pueden fallar en este día", agregó el experto al medio France Info.
Las autoridades desplegaron 11.500 agentes ante eventuales disturbios.
Crisis democrática
Todas las miradas están puestas en el Consejo Constitucional. Su dictamen sobre la validez o no de la reforma marcará la evolución de un conflicto social enquistado y que beneficia, según los observadores y los sondeos, a la líder ultraderechista Marine Le Pen.
El líder del sindicato moderado CFDT, Laurent Berger, responsabilizó de la situación a Emmanuel Macron, a quien advirtió de la "crisis democrática" que se vive y del "riesgo de ascenso de la extrema derecha".
Pero el entorno del mandatario liberal de 45 años rechazó ese análisis y subrayó que la reforma formaba parte del programa con el que logró su reelección en 2022 con casi un 59% de votos en el balotaje frente a Le Pen.
Para Andolfatto, una "vía de salida" para la continuidad del movimiento social, en caso de validación de la reforma, es que los "sabios" acepten el referéndum sobre la edad de jubilación solicitado por la oposición de izquierda, que bloquearía temporalmente la ley.
Borne multiplicó también los contactos esta semana con las fuerzas políticas para intentar lograr una mayoría estable en el Parlamento, pero en vano. Los Republicanos (derecha), aliado en la batalla de las pensiones, rechaza una alianza global con el oficialismo.