CAMBIO CLIMÁTICO
COP26: críticas y acusaciones de Biden a China y Rusia marcaron la cuarta jornada
En Glasgow continúan las negociaciones para llegar a acuerdos que disminuyan la emisión de gases, con el fin de frenar el calentamiento del planeta, ante la mirada escéptica de organizaciones ambientales.
La conferencia de la ONU sobre el clima (COP26) entró este miércoles de lleno en las negociaciones con críticas mutuas entre los principales protagonistas y anuncios de compromisos financieros, bajo la mirada desconfiada de ecologistas.
Tras las acusaciones del presidente estadounidense Joe Biden contra China y Rusia, cuyos líderes estuvieron ausentes al inicio de la COP26, ambos países reaccionaron con viveza.
"No estamos de acuerdo" con las acusaciones de Estados Unidos, afirmó desde Moscú el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
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Y aseguró que Rusia está tomando acciones contra el cambio climático "coherentes, reflexionadas y serias".
Tampoco viajó a Glasgow el líder chino Xi Jinping, al que Biden acusó de "dar la espalda" al "gigantesco" problema de un calentamiento global que amenaza con escapar a todo control.
"Los actos hablan más que las palabras", respondió desde Pekín un portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin.
El pulso negociador en las conferencias de la ONU acostumbra a ser extenuante.
La mayoría de países presentes en Glasgow aceptan como objetivo un límite al calentamiento del planeta de +1,5ºC, y han presentado nuevos recortes de emisiones de gases para lograrlo.
Pero este miércoles el negociador chino para el clima, Xie Xhenhua, recordó que ese era un objetivo deseable pero no oligatorio del Acuerdo de París de 2015.
"Si nos centramos solo en +1,5ºC, eso significa destruir el consenso entre todas las partes", dijo a reporteros. "Y quizás los países pedirán una reapertura de negociaciones", amenazó.
La pregunta de los 100 billones
¿Cómo cesar completamente de emitir gases de efecto invernadero en tres décadas sin frenar brutalmente el crecimiento económico?
Los expertos calculan que serían necesarios entre 3 y 4 billones de dólares cada año, es decir, un 2% del PIB mundial.
"El dinero está ahí, si el mundo quiere usarlo", aseguró el enviado especial de la ONU para las finanzas del clima, Mark Carney.
Lanzada hace pocos meses, la "Alianza Financiera de Glasgow para la neutralidad carbono" ya reúne a 450 actores del sector, de 45 países, explicó este miércoles Carney.
Eso representa unos 130 billones de activos, según este ex gobernador del Banco de Inglaterra.
Todas esas instituciones se comprometen con esa "neutralidad carbono" (equilibrio entre emisiones y retenciones) de aquí a 2050.
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"El sector financiero está listo para suministrar la financiación", aseguró la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen.
"Espero que al final de esta conferencia llegaremos al objetivo de los 100.0000 millones de dólares" que los países ricos prometieron desembolsar para ayudar a los más vulnerables, cada año, declaró Yellen.
Es "prematuro" empezar a hacer cuentas, advirtió Lorena González, del Instituto Mundial de Recursos: "hay señales alentadoras" pero hay que mirar con atención los detalles: "qué es nuevo, y qué significa...", dijo.
Críticas a restricciones
Por su parte, varias organizaciones no gubernamentales criticaron las restricciones para acceder a las negociaciones en Glasgow.
De conformidad con las normas de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, las organizaciones de la sociedad civil pueden asistir a estas reuniones mundiales sobre el clima en calidad de observadores, incluso dentro de las salas de negociación para permitir la transparencia del proceso.
Su papel es primordial, sobre todo para los países del Sur, después de decenios de promesas incumplidas.
Según Teresa Anderson, responsable de ActionAid International, sólo cuatro representantes de miles de oenegés acreditadas para la COP26 fueron autorizados a presenciar las negociaciones.
Cancelada el año pasado debido a la pandemia de covid-19, la COP26 de Glasgow tiene la difícil misión de desarrollar los compromisos adoptados en el Acuerdo de París de 2015.
En las calles de Glasgow, mientras tanto, al sonido de tambores, centenares de activistas volvieron a manifestarse para acusar a las multinacionales de querer limpiar su imagen con promesas de inversiones y cambios de modelo empresarial.