Violencia homicida, un fenómeno sin tregua que está atormentando algunas zonas de Cali

La masacre registrada el pasado domingo, 12 de enero, en el Bulevar del Oriente de Cali, una apuesta de ciudad para recuperar los espacios estigmatizados y mejorar la convivencia en estas comunidades, volvió a poner de presente la realidad histórica de la violencia homicida que, durante décadas, ha golpeado a las comunas 13, 14, 15 y 21, de esta zona de la ciudad.

Según algunos líderes del lugar, detrás esta violencia está el negocio del narcotráfico, dirigido por diferentes bandas y pandillas que se disputan el territorio generando zozobra y miedo entre sus habitantes.

Al respecto, el comandante (e) de la Policía Metropolitana de Cali, coronel Germán Manrique, sostuvo que “los históricos arrojan que el tema de homicidios siempre ha sido complejo en estas comunas”.

Sin embargo, destacó que en desarrollo de la estrategia integral de seguridad ‘Por Cali siempre presente’ se redujo el homicidio en un 6% en la ciudad en el 2024.

“Para este sector, el Distrito de Aguablanca, esto se traduce en 26 homicidios menos, pues pasamos de tener 423 asesinatos en 2023 a 397 en el 2024″. Solo en El Diamante, en la Comuna 13, la reducción fue del 39 %, mientras en Mariano Ramos, en la Comuna 16, fue del 25 %, agregó.

No obstante, reconoció que en Los Mangos (Comuna 14) y en Desepaz (Comuna 21) hubo un incremento de los casos de homicidios del 33 % y 21%, respectivamente.

“De ahí que todos los planes se vayan ajustando y haciendo un seguimiento permanente porque el delito también se desplaza, ya que esto tiene un combustible muy fuerte que es el tema del tráfico local de estupefacientes, o el narcotráfico, que algunos lo llaman en menor escala”, indicó.

También dijo que se ha venido haciendo un esfuerzo importante en temas de Policía Judicial y de inteligencia en estas comunas, a través de la Sipol, la Sijín y el Gaula, y con hombres a cubierta, al tiempo que se han identificado unos 10 micro territorios en la ciudad, 6 de ellos en el oriente, en donde persisten la comisión de delitos.

Estos esfuerzos han ayudado a bajar, en este sector, el hurto a automotores (-16%); el hurto a comercio (-47%), y permitido la captura de 1760 personas, 408 de ellas con orden judicial y 1352 en flagrancia, además de la incautación de 488 armas de fuego ilegales.

Igualmente, la recuperación de 347 vehículos, entre motos y carros, y la incautación de más de 300 kilos de estupefacientes.

Adicionalmente, con el apoyo de la Fiscalía, se desarticularon 23 estructuras delincuenciales, logrando la captura de 178 de sus miembros.

Entre tanto, el secretario de Seguridad de Cali, Jairo García, señaló que los homicidios en el oriente de Cali no solo están asociados a organizaciones criminales, también a problemas de convivencia.

El funcionario anotó que la prioridad es la implementación de la Política Pública de Seguridad y Justicia aprobada el año pasado. “Tengo que tener unas acciones de control y fortalecer la presencia en las zonas donde más se concentran los homicidios, así como unas acciones de judicialización. Voy a seguir desarticulando organizaciones que desarrollan diferentes delitos priorizando el homicidio, la extorsión y el hurto con violencia, pero también promoveremos la prevención, el acceso a la justicia, las acciones comunitarias y de cultura ciudadana”. Con estas actuaciones integrales e interinstitucionales, enfatizó García, continuarán en el proceso de reducción de los indicadores de violencia en la ciudad.

Un tema recurrente

Por su parte, líderes de estas comunas, que prefirieron omitir sus nombres por razones de seguridad, señalaron que “para nadie es un secreto el tema del narcotráfico, el expendio de alucinógenos y la ausencia de inversión social, todas estas cosas conllevan a que niños, jóvenes y adolescentes se vean inmersos en pandillas y sean instrumentalizados para cometer delitos como robar, matar y expender drogas”.

Insistieron en que la falta de oportunidades y la gran masa de población en asentamientos de desarrollo subnormales han llevado a que la violencia continúe en el oriente de la ciudad.

“En Pízamos III, todos los días hay güireo, como habitantes estamos pensando en cerrar las calles, el barrio, porque no podemos salir ni siquiera a la tienda, todos los días hay jóvenes heridos, la situación está bastante salida de control y a la administración parece que no le interesa”, repuso un líder.

Entre tanto, una lideresa del barrio Alfonso Bonilla, dijo que la gente no se atreve a denunciar por temor a “represalias” de estos grupos. “El mismo Alcalde dijo en la reunión que realizó después de los hechos en el Bulevar, ‘díganme quiénes son, dónde están y ahí nosotros les caemos’, pero usted sabe perfectamente que aquí impera la ley del silencio porque la vida de uno corre peligro”. También denuncian que la misma policía sabe dónde están los expendios y quiénes están al frente del negocio, pero “tampoco hacen nada”.

Sostienen que en estas comunas no respetan a la Policía, “porque no tienen confianza en esa institución”.

Shottas y Espartanos en Cali

Entre tanto, un experto que lleva más de una década trabajando en el oriente de Cali, dijo que la violencia homicida persiste en esta zona desde hace varias décadas, pero que preocupan más los tres muertos del domingo, que los que se vienen presentando todos los días.

“El oriente de Cali tiene sus propias dinámicas sociales, y lo que más afecta este sector es el narcotráfico, decir microtráfico es minimizar una actividad económica que es dirigida por las estructuras delictivas criminales de la ciudad, que se han especializado en ofrecer la distribución en lo local, en los barrios”.

Estos narcotraficantes se limitan a organizar ciertas plazas de distribución, venta o comercialización de drogas, al igual que a actividades delictivas como el sicariato y el hurto, productos que les genera riqueza.

Además, manifestó que hay presencia de Shottas y Espartanos en el oriente de Cali, los cuales cuando tienen que salir huyendo de Buenaventura, se refugian en los asentamientos subnormales de estas comunas como Potrero Grande, El Vallado y El Valladito, entre otros.

Por eso, no le extrañó que los tres muertos en el Bulevar del Oriente tuvieran relación con estas organizaciones.

Sin embargo, el coronel Manrique negó la influencia de estos grupos en la ciudad. “No hay una información de inteligencia aterrizada que nos diga que esos dos grupos están delinquiendo en Cali”, afirmó.