¿Quién es alias Pipe Tuluá, jefe de La Inmaculada, que será extraditado a Estados Unidos? Este es su prontuario criminal

Andrés Felipe Marín Silva, alias Pipe Tuluá es uno de los cabecillas de ‘La Inmaculada’, la principal banda delincuencial del municipio de Tuluá, Valle del Cauca.

Este hombre fue capturado hace un tiempo atrás por las autoridades y, actualmente, está a la espera de su orden de extradición.

Este delincuente es sindicado de varios hechos delictivos, pero algunos de los principales son las amenazas y atentados en contra del actual alcalde de Tuluá, Gustavo Vélez, los cuales lo han convertido en el mandatario local con mayor seguridad a nivel nacional.

El alcance delictivo de alias Pipe Tuluá fue conocido en el año 2024, cuando aseguró en una entrevista que, supuestamente, el actual alcalde de Tuluá ocupaba ese cargo gracias a él.

“En varias ocasiones le he dicho que hablemos: ‘señor, yo quiero que nos den una oportunidad para la paz’”, puntualizó Marín Silva.

Además, aceptó que es el responsable de que actualmente exista una orden de asesinato en contra del alcalde Gustavo Vélez, pero que esto puede llegar a solucionarse.

Según el delincuente, la solución a todo es: “Sentarme a hablar con él (Gustavo Vélez), no. El problema es directo entre nosotros dos. Primero necesitaría que alguien de una mesa de paz nos acepte”.

Hay que recordar que alias Pipe Tuluá fue trasladado de La Picota a otro penal (todavía desconocido) en la mañana del 4 de junio. Esta decisión, generó caos en el municipio del Valle, en donde los integrantes de La Inmaculada alteraron el orden público.

Luego de estos desmanes en Tuluá, que dejaron algunos vehículos quemados, las autoridades decretaron toque de queda e incluso desplegaron todas las capacidades de la Fuerza Pública listas para responder ante cualquier eventualidad.

El traslado de Pipe Tuluá de La Picota se da luego de que se conociera que existía un supuesto plan de fuga del delincuente. Fuentes de inteligencia militar indicaron a El País que la banda habría recolectado más de 800 millones de pesos destinados al financiamiento de sobornos y logística para ejecutar la evasión.

Al parecer, la millonaria suma habría sido recolectada mediante cobros extorsivos a empresarios, ganaderos, comerciantes y transportadores de la región, en una operación de presión y violencia continua.