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Así lucía este viernes 29 de septiembre el panorama en el corregimiento de Potrerito, en el sur del Valle del Cauca. El servicio eléctrico ya se restableció, pero las casa aún siguen sin reparar.
Así lucía este viernes 29 de septiembre el panorama en el corregimiento de Potrerito, en el sur del Valle del Cauca. El servicio eléctrico ya se restableció, pero las casa aún siguen sin reparar. | Foto: Anderson Zapata/Editor de Orden, El País

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“En Potrerito anda gente rara y nosotros vivimos con zozobra”: los habitantes del corregimiento no se han recuperado del atentado

El miedo reina entre los habitantes de este corregimiento de Jamundí, una semana después del carro bomba.

30 de septiembre de 2023 Por: Redacción El País

Las heridas en el rostro de doña Carmen, una mujer de 67 años que vive a cuatro casas de la Subestación de Policía de Potrerito, todavía no han sanado. Desde lejos se le ven los puntos que tiene en su mejilla, en la frente, a un lado de su ceja y en el pecho. Sin embargo, agradece a Dios porque dice que, a pesar de que su casa quedó destruida, ella y sus familiares siguen con vida.

Este viernes se cumplió una semana de la explosión de un carro bomba, activado por la disidencia Jaime Martínez de las Farc en el pequeño corregimiento de Potrerito, a solo 12 minutos en carro del casco urbano de Jamundí, en el sur del Valle del Cauca.

Allí la presencia de uniformados de la Policía es constante: están a bordo de sus motocicletas, patrullando las vías y en los tradicionales restaurantes campestres que hay en el sector. Sin embargo, el miedo de los pobladores de la zona es evidente: “Desde que ocurrió la explosión no hemos podido dormir. La zozobra sigue”, dicen.

Los estudiantes de la escuela  todavía siguen sin volver a clases. Zonas como la cafetería y las salas de sistemas son las más afectadas.
Los estudiantes de la escuela todavía siguen sin volver a clases. Zonas como la cafetería y las salas de sistemas son las más afectadas. | Foto: Anderson Zapata/Editor de Orden, El País

Con el testimonio de esta mujer coincide Yuli, quien el día de la explosión se encontraba en su habitación y el techo le cayó encima. Dice que apenas está saliendo del aturdimiento, pero aún tiene heridas en sus rodillas.

“Los policías no mantienen pendientes. Hay gente que viene a tomar fotos, videos y nosotros no sabemos esas personas de dónde son, por qué vienen o quién los mandó”.

Prueba de ello es que mientras El País recorrió la zona en la mañana de este viernes 29 de septiembre, dos hombres manejaban un dron en inmediaciones de la estación de Policía y, según el testimonio de los vecinos, nadie les preguntó qué estaban haciendo.

Eso sí, Yuli reconoce que las ayudas que la Alcaldía de Jamundí y la Gobernación del Valle prometieron entregar, sí han llegado: “Nos dieron subsidio de arriendo y desde la Gobernación del Valle enviaron un mercado para cada uno de los afectados”.

Le doy gracias a Dios porque nos salvó a todos. En especial a nosotros, ya que el carro explotó frente a nuestras casas. Sin embargo, quedé con la zozobra y el miedo de que algo similar vuelva a ocurrir”, confesó otra mujer, quien dice haberse salvado de milagro ya que su vivienda está ubicada a 5 casas de donde se encontraban los uniformados.

Esta es una de las mascotas  que resultó afectada por la fuerza de la  explosión en Potrerito, Valle.
Esta es una de las mascotas que resultó afectada por la fuerza de la explosión en Potrerito, Valle. | Foto: Anderson Zapata/Editor de Orden, El País

“Tengo la costumbre de echarle agua al jardín, pero ese día me regresé por la escoba y, cuando cerré la puerta, sentí el ruido del carro que se estrelló. Quedé paralizada, no sabía qué hacer y me dijeron que era un carro bomba”, recordó.

El relato continúo: “Alcancé a salvar a cinco mascotas que no perdieron la vida, pero están con heridas todavía. Entre el accidente del vehículo y la explosión de este pasaron aproximadamente 10 minutos y por eso nos alcanzamos a refugiar”.

Piden traslado de la Subestación de Policía

En medio de su convalecencia, doña Carmen insistió en lo mismo: “Yo creo que todos los vecinos quieren que retiren la estación de policía de allí. Ya van cuatro veces que han ocurrido ataques, aunque el de la semana pasada fue el más duro. Nosotros los pobres siempre somos los más afectados, ellos, los policías, no”.

Seis viviendas ubicadas cerca de la estación de Policía de Potrerito sufrieron graves afecaciones por el carro bomba. Foto: Cortesía de la Gobernación del Valle para el El País.
Seis viviendas ubicadas cerca de la estación de Policía de Potrerito sufrieron graves afecaciones por el carro bomba. Foto: Cortesía de la Gobernación del Valle para el El País. | Foto: El País

Y contó: “Yo llegué aquí de 17 años y actualmente tengo 68. Antes era muy calmado y habían pocas casas, pero ahora es que se ha desatado toda esta violencia. El día de la explosión me levanté, hice el tinto, le di comida a las gallinas y mi hija me llamó a decirme que había un carro allí. Recuerdo que faltaban cinco minutos para las 8:00 a.m. cuando explotó”.

La intervención de la mujer finalizó con un pedido contundente al Estado: “Producto del ataque se cayó toda la casa, no tenemos nada. Yo espero que el Gobierno Nacional me arreglé mi vivienda porque yo trabajé mucho para construir mi casa y que de un momento a otro pase esto, no es justo”.

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