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Esta es la verdadera historia detrás de la serie Secuestro del Vuelo 601 de Netflix
Hoy se estrena en Netflix Secuestro del vuelo 601, que cuenta hechos reales, que llevaron a sus protagonistas al límite... en las alturas.
Por Juliana Londoño Mejía
Hacia el medio día del 30 de mayo del año 1973, el vuelo 601 de la compañía SAM (Sociedad Aeronáutica de Medellín), despegó de Bogotá con 80 personas. No, este no es el inicio de una canción de Willie Colón. Se trata del secuestro aéreo más largo de la historia, que a partir de este miércoles 10 de abril, será contado en seis capítulos, en la plataforma Netflix, con producción colombiana.
El avión haría paradas en Cali y Pereira hasta llegar a Medellín, pero en la primera escala, dos pasajeros cambiaron el plan de vuelo del capitán Jorge Lucena, Pedro Gracía, su copiloto, y Tulio Lozano, ingeniero.
Cuando la aeronave alcanzaba los 10.000 metros de altura, la puerta de la cabina de los pilotos fue tocada. Al abrirse, dos hombres armados anunciaron que se trataba de un secuestro, asegurando que llevaban bombas. A partir de ese momento, pasajeros y tripulación recorrieron 24.000 kilómetros en 55 horas, aterrizando y despegando a lo largo de cinco países latinoamericanos.
Aunque ahora pueda parecer un cuento de ficción, digno de libreto de serie, en aquella época, debido a la falta de controles aéreos que hay actualmente en los aeropuertos, las tomas de aviones eran algo “común”.
De hecho, entre 1967 y 1974 al menos 1700 colombianos y al rededor de 3500 latinoamericanos, entre pasajeros y tripulación, fueron secuestrados. Esta cifra está publicada en el libro ‘Los condenados del Aire. Crónica del secuestro aéreo más largo de la historia’, escrito por Massimo Di Ricco.
Los secuestradores en un principio quisieron hacer ver el asalto como un tema político. “Exigimos la libertad de nuestros compañeros detenidos en El Socorro. Soy del ELN”, fue lo primero que dijeron, pidiendo, además, 200.000 dólares. En ese entonces la mayoría de aviones secuestrados aterrizaban en Cuba, pero en este caso, la petición inicial fue llegar a Aruba.
Al aterrizar en la isla caribeña, los secuestradores se encontraron con la sorpresa de que sus deseos no serían realidad. La aerolínea no tenía más de 20.000 dólares de presupuesto y el gobierno no se prestaría a liberar a nadie.
Entonces, empezó a revelarse la verdad. Los bandidos no eran miembros de ninguna organización armada. Ni siquiera eran colombianos. Eran exfutbolistas paraguayos residentes.
Entre los pasajeros iba un grupo de ciclistas que viajaban a participar en el Clásico RCN. Esto generó empatía entre los secuestradores, permitiendo que fueran de los primeros liberados.
El secuestro duró más de 55 horas y sobrevoló países como Aruba, Panamá, Costa Rica. Los secuestradores eran Eusebio Borja y Francisco Solano López, futbolistas paraguayos que buscaban un futuro más amable que las ganancias futboleras.
En el avión, se vivieron todo tipo de tensiones, dando protagonismo a una de las azafatas, quien se encargó de las negociaciones y alguno que otro intento de escape por parte de algunos pasajeros. Al final, los bandidos se lograron llevar 50.000 euros y el avión aterrizó finalmente Buenos Aires el 2 de junio.
El elenco del Secuestro del Vuelo 601 está integrado por los actores: Mónica Lopera, Christian Tappan, Ángela Cano, Enrique Carriazo, Marcela Benjumea, Johan Rivera, Carlos Vesga, Ilena Antonini, Valentin Villafañe, Alián Devetac y Juan Pablo Raba. Pablo González y Camilo Salazar Prince fueron los encargados de su dirección.
Lopera da vida a Edilma Pérez, una de las azafatas de vuelo que muestra una fortaleza ni siquiera ella sabía que tenía. La actriz asegura que este ha sido uno de los papeles más exigentes de su carrera y a los que le ha dedicado mayor preparación.
“Edilma es una mujer cabeza de hogar, que sostiene su casa gracias a su trabajo. Representa a la mujer colombiana en toda su grandeza, que por un giro inesperado se encuentra en una situación para la que no estaba preparada. Bajo estas circunstancias entiendo las decisiones que toma, porque uno con tres hijos, tratando de salir adelante, no tiene mucho tiempo de parar y pensar y su rol es clave en cómo se dieron las cosas”, explica.
En la piel del capitán Jorge Lucena se pone Christian Tappan, quien explica que de lo llamativo de esta serie, que presenta unos personajes en un encierro -tipo reality- “es que siento que por primera vez se hace en Colombia algo de esta forma, en la que quien esta al otro lado de la pantalla es el que decide quién hizo bien, quién hizo mal, en una trama que te atrapa hasta el último momento, porque en 55 horas, pasa de todo”.