Una guitarra de la basura cambió la historia: así nacieron Los Hermanos Lebrón, leyendas de la salsa

Todo comenzó con una guitarra rota. Así de simple, así de increíble. Ángel Lebrón, fundador del mítico grupo Los Hermanos Lebrón, recordó en entrevista cómo la historia de su familia cambió para siempre cuando, siendo apenas un niño, encontró un instrumento abandonado en la basura.

“Estaba toda rota, pero la recogí, le puse cinta y la llevé a casa para que mis hermanos y yo aprendiéramos a tocar”, relató entre risas en el programa The Suso’s Show.

Aquella guitarra improvisada se convirtió en el primer paso de una dinastía musical que, con más de cinco décadas de trayectoria, ha dejado una huella imborrable en la salsa. Desde entonces, el espíritu de “arreglar con lo que se tiene” ha acompañado a la familia, que forjó su carrera desde las esquinas de Brooklyn, en Nueva York, hasta convertirse en uno de los referentes del género.

El proyecto tomó forma cuando Ángel, a los 16 años, decidió contactar a una disquera. Tras varios intentos, logró que un productor, George Conner, los escuchara en un ensayo.

La respuesta fue inmediata: “En dos semanas vamos a grabar”, les dijo. Con solo dos canciones listas, el grupo compuso seis más en tiempo récord. Así, el 4 de julio de 1967, nacía oficialmente el primer álbum de Los Hermanos Lebrón.

Hoy, ese legado continúa de la mano de la nueva generación. América Lebrón, hija de Ángel, debutó oficialmente en la orquesta a los 16 años, aunque su conexión con la música viene desde mucho antes.

“Mi papá me escribió la canción Te Encontré, y fue muy bonito trabajarla juntos”, relató América, quien recientemente postuló este tema a la categoría de Mejor Canción Tropical en los Premios Grammy Latinos 2025.

La relación entre padre e hija va más allá de lo familiar; es una complicidad musical que se ha visto reflejada en su primer álbum conjunto. “América es como la Diana Ross de nuestra familia”, afirmó Ángel, visiblemente orgulloso.

El grupo también ha sumado nuevos talentos como José Orlando, caleño que soñó desde niño con cantar junto a Los Hermanos Lebrón y hoy, tras más de una década en la orquesta, ve cumplido ese anhelo. “Yo crecí en un barrio de salsa, escuchando La Temperatura y Salsa y Control. Siempre quise estar aquí”, comentó.

Otros jóvenes como Johnny, quien llegó al grupo hace apenas cuatro meses, también han encontrado en la agrupación una escuela de vida. “Mi sueño era ser futbolista, pero el camino me llevó a la música”, contó el puertejaeño, quien hoy compagina su pasión por el balón con los escenarios.

El presente de Los Hermanos Lebrón es una mezcla de tradición y renovación. Tras 58 años de carrera, la orquesta sigue viva, con la esencia de siempre, pero con nuevas voces y rostros que garantizan la continuidad de un legado.