Educación
Los perfiles digitales que necesita formar la educación superior colombiana en el 2023
En Colombia, tan solo el 4,6 % de los adultos tienen habilidades tecnológicas avanzadas y apenas el 34,7 % tiene habilidades básicas.
La transformación digital de las empresas y la digitalización de la sociedad siguen siendo tendencia en las perspectivas del año que apenas comienza. Un contexto en el que nuestro país aún tiene mucho camino por recorrer, sobre todo en lo que tiene que ver con el déficit de perfiles digitales para el éxito en el marco de la economía 4.0.
Según Michael Page IT, Digital & eCommerce, aun cuando Colombia es el cuarto país (después de Chile, México y Argentina) en el que más se gradúan profesionales en carreras relacionadas con tecnología, para el 2021 había un déficit de alrededor de 100.000 profesionales IT en el país.
Una realidad que se suma al hecho de que según datos del más reciente Informe Nacional de Competitividad 2022-2023 del Consejo Privado de Competitividad, tan solo el 4,6 % de los adultos tienen habilidades tecnológicas avanzadas y apenas el 34,7% tienen habilidades básicas como “enviar correos electrónicos con archivos adjuntos, copiar o mover un archivo o carpeta y transferir archivos entre un computador y otros dispositivos”.
Los retos de la educación superior en la formación de perfiles digitales
Para Carolina Chaves, directora de Page Consulting, -unidad especializada en proyectos especiales en tecnología de PageGroup-, el principal desafío de las universidades en este contexto es cumplir con las demandas del mercado a la hora de formar a sus egresados. “Los profesionales que se gradúan dentro del sistema educativo no cumplen con las expectativas de conocimiento que requieren las compañías en un entorno digital. La educación debe ser puntual y práctica, así el profesional tendrá una serie de conocimientos específicos que podrá implementar rápidamente y, de esta manera, logrará adaptarse más rápido a su rol y ser un talento destacado”, indicó Chaves.
La motivación de los jóvenes es clave para incentivar que estos se interesen cada vez más en tener un perfil digital. “La cantidad de oportunidades laborales, los salarios competitivos, las distintas industrias que ahora ofrecen carreras a profesionales de tecnología, son grandes motivadores para que los futuros talentos decidan elegir una carrera tecnológica. La comunicación aquí es clave para que los jóvenes vean en este ámbito un camino para lograr cumplir sus sueños profesionales”, agregó Chaves.
De acuerdo con PageGroup los rangos salariales de los perfiles digitales recién egresados están entre $2.000.000 a $3.500.000. En el caso de los profesionales de desarrollo de software, pueden iniciar su vida laboral desde quinto semestre con un salario entre $3.500.000 a $4.000.000, a partir de este semestre se consideran tecnólogos y pueden incorporarse al mercado.
Por su parte, Carmen Lucía Vargas Mayo, coordinadora de fortalecimiento curricular de la Universidad El Bosque considera que es necesario “replantear los modos de hacer la educación para incorporar prácticas experienciales significativas que acerquen a las comunidades de aprendizaje con nuevos lenguajes, nuevas narrativas y resultados más potentes que solo los disciplinares”.
Vargas Mayo cree también, que uno de los aprendizajes que nos dejó la pandemia es la importancia de las competencias digitales en todas las dimensiones de la formación académica y la incorporación de las personas al mundo laboral, sea el oficio que sea.
Por otro lado, para la Universidad El Bosque, otros de los principales retos en la formación de perfiles digitales son:
· Replantear los modos de hacer la educación para incorporar prácticas experienciales significativas que acerquen a las comunidades de aprendizaje con nuevos lenguajes, nuevas narrativas y resultados más potentes que solo los disciplinares.
· Romper la idea de la imposición de nuevos modelos educativos producto de la pandemia, para formalizar los perfiles académicos necesarios en un mundo en el que la tecnología acompaña a todos y ha modificado las prácticas humanas en todos los niveles. Esto sin olvidar que la tecnología por ella misma no en lo más importante, sino lo que se consigue con su uso adecuado.
Una oportunidad para fortalecer la formación al interior de las empresas y repensar los modelos educativos en las universidades
En el 2023, las competencias y habilidades digitales serán clave en la competitividad de la economía colombiana. Sobre todo, si se tiene en cuenta que en el Ranking Mundial de Competitividad Digital del Institute for Management Development (IMD), Colombia ocupó en el 2022 el puesto 60 entre 63 países evaluados, superando únicamente a Venezuela en las Américas. Un contexto en el que los perfiles digitales se convierten en una prioridad de negocio en lugar de una opción.
“Por las necesidades del mercado, las compañías están convirtiéndose en los grandes formadores de perfiles tecnológicos, lo que está poniendo en jaque a las instituciones educativas tradicionales y haciendo que estas se reinventen y sean más específicas en sus modelos de aprendizaje”, afirma Daniel Camacho, director de Michael Page IT, Digital & eCommerce.
Desde el ámbito académico es necesario pensar también en nuevos modelos evaluativos que den cuenta de aprendizajes autodirigidos, distanciados, autónomos y diversos. “Se debe pensar en servicios educativos ágiles y en diferentes formatos como una oportunidad de diversificar la oferta de las instituciones, lo cual implica agilizar los ritmos al interior de las universidades, ofrecer diferentes posibilidades de certificaciones académicas y flexibilizar los recorridos en los procesos de aprendizaje”, concluyó Vargas Mayo.