La increíble historia de dos pesistas del Valle que ahora levantan oros para Bahréin

Hasta hace poco, dos pesistas cantaban el himno al Valle y el de Colombia, pero en un abrir y cerrar de ojos el destino les dio un giro radical y ahora, con la misma pasión, esfuerzo y sacrificio, interpretan el himno de Bahréin, nación donde están ejerciendo sus actividades los jóvenes Jhon Esteban Murillo y Adrián Bonilla, ante la falta de apoyo del Gobierno Nacional.

Mientras en Bahréin les ofrecen una mejor calidad de vida y un promisorio futuro en lo económico, en Colombia las promesas del deporte entrenan en medio de un panorama lleno de incertidumbre ante el recorte al presupuesto de Mindeportes.

Es por eso que Jhon Murillo, de 17 años, y Adrián Bonilla, de 16 años, decidieron tomar un avión y volar rumbo a un mundo desconocido, pese a que en el Valle les brindaban garantías para impulsarse como las nuevas cartas del deporte colombiano hacia un futuro, aunque aún no hacían parte del programa ‘Valle Oro Puro’ que apoya con un incentivo económico.

La emoción de representar a otro país por mejorar la vida

Como madre de Jhon Murillo, la señora Leidy López está que no se cambia por nadie. Ver a su hijo triunfar la llena de orgullo; sin embargo, antes de partir a Bahréin ella sufrió mucho.

“Es una alegría inmensa. Algo increíble, no sé ni cómo explicarlo. Estoy orgullosa de él. Ha sido importante para él estar allá y ser tan sobresaliente en estos momentos”, dijo luego de que Jhon haya obtenido sus primeros oros en territorio asiático.

“El primer día estuve muy feliz y lloré”, cuando Jhon le contó la opción de irse a progresar al otro lado del charco.

Sin embargo, no todo fue color de rosa. “Semanas después le dije no. Hasta que el profesor (Aymer Orozco) no venga y hable conmigo. Usted de aquí no se mueve. ¿Cómo es posible que a usted le pinten una cosa y a mí no me hayan dicho nada?”, dijo.

Eso sí, le dijo que “no es que yo me oponga a que se vaya, pero porque no me dicen nada. Yo cómo voy a dejar salir a mi hijo”.

Después, relató Leidy que el profesor Aymer Orozco “se comunicó conmigo, dijo que él había confiado mucho en Esteban, quería explicarme todo el proceso y que si yo estaba de acuerdo, él ayudaba a mi hijo, pero le dije que Jhon Esteban es menor de edad, solo tenía 16 años y soy la que le da permiso”.

Después de decirle eso, el ‘profe’ Orozco, “me ofreció disculpas, me explicó el proceso y me pidió que reevaluara mi posición”.

Leidy no aceptó inmediatamente porque sintió “miedo”, por los peligros que hay en este tipo de viajes.

“Yo no sabía quiénes eran las personas que se lo llevaban”, además, puntualizó Leidy que parte de su temor fue porque “muchas veces se ha visto que se llevan a menores de edad a otras cosas, y no a lo que les pintan, y como este mundo es tan corrupto, por eso desconfié”.

Sin embargo, este no fue el caso. El técnico Álvarez le tenía preparada una oferta.

Tras esto, Leidy se sentó a hablar con su hijo de todo y ella fue sorprendida por Jhon: “Mamá, déjeme estrellar”, y su respuesta fue “mi hijo se creció”.

Incluso, Jhon Esteban, quien representaba a Colombia, añadió que “déjeme estrellar que yo me levanto, seguiré adelante y si no se da, habrá otra oportunidad”.

Ante ello, Leidy cambió de parecer y aprobó su partida para que su adorado hijo cumpliera su sueño.

“Que todo le salga bien, Dios lo bendiga y viva esta experiencia”, anotó la progenitora.

Murillo partió con una mano adelante y otra atrás. Se llevó lo necesario para competir, sin saber de qué se trataba y “se fue a ciegas”.

El ofrecimiento se concretaría en su arribo a Asia luego de reunirse con el presidente de la Federación de Pesas de Barhéin, Eshaq Ebrahim Eshaq.

Jhon Esteban se vio impactado por ver una ciudad superdesarrollada, con edificaciones majestuosas y muchos lujos.

El halterista se fue con la ilusión de ganar muy bien, pero inicialmente le ofrecieron, por salario, tres millones de pesos colombianos, más bonificaciones por medallas ganadas.

Esteban quedó aburrido porque “no estuve conforme con la oferta”, le dijo a su mamá.

Y ella, con sabias palabras, que solo las madres saben tocar el corazón del hijo, le dijo: “por algo se inicia”, sin embargo, “después le dijeron que a medida de su rendimiento le subirán el sueldo y por eso mi hijo aceptó y se firmó el contrato”.

Lo que sorprendió al nacido en Chocó fue que no tendrá que residir en Bahréin. Vivirá en Tuluá, allá entrenará con el ‘profe’ Aymer, lo mismo que el caleño Adrián Bonilla, quien recibe los mismos beneficios que Murillo.

La Federación de Bahréin les paga pasajes, vivienda, transporte, alimentación y viáticos para representar a la nación.