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Exclusivo: esta es la historia desconocida de los hermanos Chica, Leidy y Edilson, los campeones paralímpicos
En plena juventud, los para atletas recibieron un baldado de agua fría por una enfermedad.
Los hermanos Chica, Leidy y Edilson, son unos tesos. Han pasado las verdes y las maduras. Días largos de llanto y tristeza por la distrofia muscular que tienen, que les impide la movilidad del torso inferior, sin embargo, el deporte fue el camino para descubrir otro mundo, ese en el que hoy brillan y se convirtieron en el orgullo de un país.
Leidy y Edilson lograron ganar tres medallas en los Juegos Paralímpicos París 2024: obtuvieron el oro en parejas mixtas, categoría BC4, toda una hazaña para un deporte desconocido para la nación, de poco apoyo, pero con el que han dejado una huella imborrable.
Esta es la primera vez que Colombia conquista medallas en estas justas, en el deporte de la boccia, en apenas dos participaciones en este evento.
Para volverse famosos, como lo son hoy en día, los hermanos Chica han sobrellevado una enfermedad sin cura, la distrofia muscular, que poco a poco ha ido acabando con su movilidad.
La familia Chica llegó a Cali hace 40 años, provenientes de Bolívar, Valle, en busca de un mejor bienestar, cuando Edilson apenas tenía 7 años.
No subir escaleras, no correr, perder movilidad en las manos, y chocarse con un mundo de escasas oportunidades y estructuras inaccesibles, son algunas de las barreras que han que derrotado, a toda costa, Leidy y Edilson, quienes jóvenes se enteraron de su condición.
Así se enteraron de su enfermedad
Un día normal de su vida iban caminando por las calles, cuando de repente la inestabilidad empezó a perturbarlos.
Al principio no se le prestó mucha atención, sin embargo, Leidy y Edilson iniciaron a sentir que perdían movilidad, aunque se sostenían por sí solos.
“Yo comencé a sentir que no me podía sostener. Estaba pagando servicio en la Policía y de castigo nos ponían a correr. Casi siempre era el último, pensé que era otra cosa, pero no esta enfermedad”, relató con nostalgia Edilson.
Días después, para jurar bandera, la policía le exigió a él hacerse un examen, ¡oh sorpresa!: “el neurólogo me dijo que si era consiente que esa enfermedad no tenía cura”, cuenta con crueldad.
Además, con algo de dolor dice Edilson que le “da impotencia no poder hacer cosas que uno quisiera”.
Confiesa Leidy que empezó a sospechar de la enfermedad cuando “a los 15 años en las clases de educación física no podía seguir el ritmo de los demás compañeros. Como es una enfermedad lenta, yo subía las gradas corriendo, y luego me tocaba hacerlo caminando, después me tenían que dar la mano para subir y así progresivamente”.
Esa situación hizo que sus padres, Alonso Chica, quien falleció en el 2022, y Miryam Chica, cobijaran muchos más a sus adorados hijos, en momentos tan cruciales; al igual que las otras dos hermanas, quienes no los desampararon.
Un embarazo inesperado dio un giro
Leidy en su adolescencia, y parte de la juventud, trabajaba, a la vez que estudiaba. Era manicurista, así se gana sus pesos. Laboró en una peluquería y luego se independizó, hacía domicilios.
Cuando tenía 15 años y empezaba a sentir cambios en su salud, Leidy, quien cursaba noveno grado en el Colegio Ciudad de Cali, se enteró de una noticia que le iba a cambiar la vida: quedó en embarazo.
Este hecho la llevó a retirarse del colegio. Una vez ella reveló la buena nueva, la primera reacción de la familia no fue la mejor: “fue un golpe duro para la familia. Yo tenía recién cumplidos los 15 años. Mi familia quería que yo estudiara, porque ellos no habían podido. Al enterarse la familia me pegaron, pero mi hijo ha sido una bendición”.
Edilson era tendero
El hoy jugador de boccia, de 47 años y padre de una niña de 10 años, Karen Andrea, y abuelo de Alan de 2 años, en su época de juventud, una vez terminó el bachillerato acelerado en la Institución Santa Juana de Arco, luego de perder noveno de bachillerato en el Colegio Ciudad de Cali, se dedicó a trabajar y ayudar a salir adelante el hogar de los Chica.
“Con ella suplíamos los gastos familiares. Al inicio éramos mi hermano y yo, más mi tío Javier. Todo salía de ahí de la tienda”, expresó el para atleta.
Sin embargo, el mundo comenzó a cambiarle. Poco a poco perdía movilidad, ya no podía atender de la mejor forma a los clientes. Sentía impotencia. Llegó un momento en que no podía desplazarse de una zona a otra, no alcanzaba los artículos que estaban arriba.
Fue tan frustrante esos instantes, que hubo un momento en el que, para seguir luchando contra la enfermedad y salir adelante, “me sentaba en una silla de oficina (de ruedas), para atender”.
Pero Dios le tenía una gran sorpresa, esa que le iba a cambiar la vida.
La boccia apareció para los Chica
Un día normal, cuando Edilson estaba en uno de sus procesos médicos, en el Hospital Alfonso López, conoció a un fisioterapeuta, Camilo Ortega, quien ha sido entrenador de ellos, le dijo que podía clasificar para ser para atleta.
De repente, “fui al Coliseo Evangelista Mora, me explicaron cómo se juega boccia, me dijeron que sí clasificaba y me gustó. Poco a poco fui entrenando más y me enamoré de boccia”, cuenta con emoción el hoy campeón paralímpico y medallista de plata.
Esa felicidad de Edilson lo impulsó para jalar a su hermana Leidy, a que lo practicara. Al principio no le sonó la idea, se rehusaba a ir, hasta que por fin la convenció. Y valió la pena.
“Edilson me convenció”, comentó entre risas Leidy, quien habla con emoción de su deporte.
Pero antes de conocer la gloria, ambos sufrieron para llegar a la cúspide, de la que no se quieren bajar.
Al principio, ambos conducían sus motos, ese era el principal medio de transporte, sin embargo, la distrofia los llevó a padecer otro sufrimiento: la movilidad en las calles.
Edilson fue un afortunado, unos compañeros le regalaron una silla eléctrica, se sintió muy contento, pero no todo fue color de rosa.
“Para irme en el MIO era muy difícil, no todos los buses tienen la rampa para la discapacidad. Tocaba esperar que pasara ese autobús una media hora o cuarenta minutos, era muy difícil, además la silla es muy pesada” para subirla, confiesa Edilson.
Sin embargo, todos estos sacrificios, vencer cuantos obstáculos se les cruzaba en el camino, llevó a conquistar el mundo a los hermanos Chica.
Los Paralímpicos, la consagración
Después de años de luchas, exigentes entrenos, de ganar medallas en torneos internacionales, incluso mundiales, llegó el momento que tenía destinado Dios para Leidy y Edilson: los Juegos Paralímpicos París 2024.
Leidy ya había disputado unos Paralímpicos, los de Tokio 2020, pero no le fue bien. Por lo tanto, los de París se convirtieron en un reto, además, se volvieron unas justas muy especiales porque juntos, ella y Edilson, cumplían el sueño de disputar estas justas.
Allí brillaron como ningún otro para atleta. Se robaron todos los focos. Están en boca de los colombianos. Además, se convirtieron en un orgullo nacional, y cómo no, gracias a su ejemplo de vida, a volverse personas de hierro, y a su talento, conquistaron en mundo.
En París, Leidy y Edilson ganaron el oro de la prueba parejas mixtas, categoría BC4. Además, él obtuvo plata en individual y ella bronce en individual, un hecho sin precedentes para este desconocido deporte, que no había ganado ninguna presea paralímpica, y que salió a la luz por los hermanos Chica.
Esa página gloriosa los llevó a volverse famosos. Van transitando por las calles y la gente los ve con admiración. Les piden foto y ellos, felices, acceden. Y no es para menos, son los grandes campeones que ahora sueñan con conquistar Los Ángeles 2028.
¿Qué es la distrofia?
Es una enfermedad, muchas veces hereditaria, que no tiene cura.
La distrofia muscular es un trastorno genético que afecta, progresiva y lentamente, los músculos. Esta enfermedad es causada por una mutación en el gen de la distrofina.
Empieza por perder movilidad en el tren inferior del ser humano, para luego, despacio, afectar también el tren superior.