Cultura
El Museo Rayo celebró los 50 años de su Concurso Infantil de Dibujo
El evento fue creado en 1974 por el maestro Omar Rayo, en memoria de sus primeros dibujos de infancia, cuando soñaba con ser artista.
Con la participación de 1037 niñas y niños se llevó a cabo la versión 50 del Concurso Infantil de Dibujo a Color en el Museo Rayo, el sábado 27 de abril en municipio de Roldanillo (Valle del Cauca). El tradicional evento fue creado por el maestro Omar Rayo en 1974, como parte de las actividades alrededor de la construcción del Museo Rayo de Dibujo y Grabado Latinoamericano, que se erigió a partir de 1976.
Hasta el día de hoy, han sido miles los vallecaucanos que concursaron en este evento. Muchos adultos recuerdan haber visitado el Museo Rayo durante su infancia para participar con sus dibujos.
Se calcula que alrededor de 70 mil personas han participado a lo largo de estos 50 años de realización ininterrumpida, dado que incluso en el año de pandemia se realizó en modalidad virtual.
Para la presente edición del Concurso se convocaron niños y niñas entre los 4 a 12 años, quienes estuvieron dibujando en la sede del Museo Rayo, entre las 9:00 a.m. y las 12:00 del mediodía. Después, a las 3:00 p.m. se realizó en el Teatro al Aire Libre del mismo museo, el proceso de premiación, antecedido de la presentación de la obra teatral y musical La Granja Rockera, a cargo de la agrupación Teatro del Presagio, de Cali.
“El espectáculo de las y los pequeños y sus acudientes distribuidos en corolas y otras formas encontradas en la naturaleza por todas las áreas de los ocho módulos octogonales del Rayo y sus jardines, es familiar”, expresó Águeda Pizarro, poeta y directora del Museo Rayo.
Acerca de la motivación que tuvo el artista Rayo para crear un concurso de dibujo infantil, la directora recordó que en la “algarabía que lo acompaña, un chasquido de lápices que vuelven a sus estuches, un murmullo de conversaciones, un susurro de trenzas, destellos de esperanza en los ojos, colores capturados de obras que observan el escenario desde las paredes, tienen su origen en la imaginación de otro niño, otrora Omar, otrora Rayo con su carbón de leña en la mano dibujando la silueta de Sombra, su perra, en las paredes de cal de la casa materna”.
“Desde el momento en que Omar Rayo alguna vez descalzo, alguna vez coleccionista de cartones donde dibujaba nuevos alfabetos, flores de cementerio, insectos luminiscentes, algún dedo de muerto en el cementerio, nació la revelación, el secreto, de un museo futuro, donde los hijos e hijas de aquellos de 1974 llegarían a dibujar”, concluye Águeda Pizarro.