PACÍFICO COLOMBIANO
La histórica reivindicación para la comunidad afro detrás de la 'Ley del Viche'
La producción y comercialización de la bebida ancestral y cultural del Pacífico está protegida con la aprobación de la Ley del Viche. El Pacífico celebra un paso histórico.
Con la aprobación en el Congreso del proyecto de Ley del Viche, que reconoce esta bebida como patrimonio ancestral y cultural de las comunidades afrocolombianas, se adelantó el Petronio Álvarez en el Pacífico. Este hecho histórico es considerado como la tercera reivindicación más importante, después de la abolición de la esclavitud y la Ley 70 de 1993.
“Es un reconocimiento a la resistencia que han venido haciendo las comunidades negras desde hace más de 400 años. Durante la historia hemos protegido los saberes ancestrales de nuestras bebidas”, asegura Onésimo González, productor de viche. Él ha sido testigo de cómo esta bebida alcohólica artesanal y ancestral del Pacífico colombiano, hecha a base de caña de azúcar, que es medicina, alimento, esencia cultural y sustento de los habitantes de Valle, Chocó, Cauca y Nariño, ha sido durante muchos años perseguida, vetada y vilipendiada.
“Para nosotros esto es muy importante porque se van a abrir fuentes de trabajo y a difundir culturas que están allí guardadas, productos que se pueden preparar con el viche. pero que no habían salido a la luz porque su comercialización estaba prohibida”, dice Maura de Caldas, cocinera y portadora de tradición.
“Con la aprobación de la Ley 324, esta bebida es reconocida como un producto artesanal, por lo cual el Invima deberá establecer un registro especial, reconociendo sus características artesanales, las de los territorios donde se produce y la tradición y la cultura alrededor de esa producción”, de acuerdo con Juan Fernando Reyes Kuri, representante a la Cámara y quien ha liderado este proyecto de ley.
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El viche es elaborado en todo el litoral Pacífico, en zonas rurales de Cauca, Valle, Nariño y Chocó, siendo parte de la identidad de las comunidades afro desde antes de nacer. “Cuando las matronas atendían los partos lo hacían con estas bebidas. Está presente desde que la persona nace y hasta que muere, en la alegría y en la tristeza”, relata Onésimo.
Para Carlos Gaitán, embajador mundial del viche, esta nueva ley abre a las comunidades negras del Pacífico colombiano todo un potencial para mostrar y vender sus bebidas y para presentar su cultura a Colombia y al mundo. “Beneficia a productores y distribuidores, porque ya se puede hacer el procedimiento normal que tiene cualquier bebida destilada para que llegue a más lugares y trascienda fronteras”.
Los vicheros como Dimas Orejuela, representante de Asovipcol, Asociación de Vicheros y Transformadores del Viche, ven la producción de este “como una oportunidad para transformar nuestra sociedad, para que cambiemos coca por caña y así sacar la violencia de nuestros territorios del Pacífico colombiano”. Onésimo coincide en que esta ley “va a aportar la disminución del narcotráfico en Pacífico y que nuestros jóvenes vuelvan a tener un sentido de pertenencia de la bebida y de la cultura”.
Y es que los territorios del viche han sido los más afectados por el conflicto, el narcotráfico, la violencia y la pobreza. Según un estudio de la Universidad del Pacífico, el 80 % de las personas que participan en los procesos de destilación y producción de este producto son mujeres, “muchas han sacado adelante a sus familias, les han dado mejor calidad de vida y estudio a sus hijos a punta de viche, y si eso ha sido antes, sin que fuera legal, no me puedo imaginar lo que va a pasar ahora que el mundo lo conozca”, dice Reyes Kuri.
Kuri cuenta que después de un año de trabajo duro en equipo con las comunidades, vicheros y vicheras, con Destila Patrimonio, expertos en el tema, congresistas y el gobierno, y de cuatro debates en el Congreso (dos en la Cámara y dos en el Senado) y ajustes al proyecto, se logró el reconocimiento del viche como patrimonio. Solo falta un trámite llamado Conciliación y que el presidente Duque haga la sanción que la convierta en Ley de la República de obligatorio cumplimiento. Los vicheros podrán capacitarse en el Sena en programas de administración, finanzas y contabilidad, se crearán procesos de ruta para conocer los métodos de producción y distribución del producto y se gestionarán recursos para las áreas de cultivo e infraestructura. De ahí en adelante, el viche será pa’l mundo.
Ancestral
Con más de 300 años de tradición, el viche, bichi o bichí es llamado así en lenguas bantúes del oriente centroafricano para significar bebida “verde o cruda”.
Se produce en territorios profundos del Pacífico, en los ríos Naya (Valle y Cauca). También se cultiva caña para hacer viche en Cajambre y a los alrededores del río Guapi. “En las fiestas patronales y hasta en los ritos fúnebres está. Es el salvavidas número uno de nuestras comunidades”, dice Ever Daniel Hurtado, productor del viche Sabor Saijeño, de Timbiquí (Cauca).