Colombia
La Palma, un cultivo que está sembrando la paz en Tumaco
La asociación Agromira le apuesta a los procesos comunitarios de la mano del cultivo de la palma de aceite.

10 de jun de 2025, 11:46 a. m.
Actualizado el 10 de jun de 2025, 11:46 a. m.
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Por: Mario A. Lozada/ El País
El sur del País, específicamente Tumaco y sus alrededores, durante mucho tiempo solo han sido tenidos en cuenta en el radar informativo por la violencia y los cultivos ilegales; lo cierto, es que desde hace 24 años, la asociación Agromira de pequeños y medianos palmicultores, le ha venido ganando la guerra no solo a la “coca”, sino también a muchas malas rachas a causa de la pérdida de sus cultivos por plagas e infortunios, de los cuales han salido avante para volver este cultivo un tesoro de perlas que vale la pena descubrir.
Agromira, funciona alrededor del río Mira, un imponente brazo fluvial que se ve adornado por las hectáreas de palma, cacao, árboles frutales y gente trabajadora, que honradamente salen adelante con sus cosechas y que tienen claro que la ilegalidad es parte del pasado.
“Nosotros estamos construyendo paz, sembrando palma, porque eso nos lleva el sustento a la casa”, aseguró Maritza Quiñónez, que tiene sus hectáreas de cultivo y de lo cual no solo sostiene su hogar, también ha podido mejorar su calidad de vida y la infraestructura de su casa ubicada en la vereda El Jagua, en la ribera del río Mira.

“Para nosotros primero es la comunidad, la palma nos ha dado para mejorar la escuela, crear un equipo de fútbol y formar en valores a los niños y adolescentes”, afirmó Alan Correa, palmicultor de la zona, pero apasionado por el fútbol desde que tiene uso de razón.
Como Alan, son muchos miembros de la comunidad que han logrado entrelazar la palmicultura con la comunidad y de esa manera promoverla económicamente y humanamente, a través de muchas iniciativas.
En el recorrido realizado por El País, la Asociación Agromira, enfatizó que es consciente de la importancia que tiene para los asociados el cultivo del cacao; es otro producto generador de ingresos para las familias y ha tomado la decisión de establecer un centro de beneficio, a través del cual se realizan buenas prácticas de postcosechas, buscando con esto mejorar el precio del grano.
Asimismo, se ha incursionado en la transformación de este producto, sacando chocolatinas, estableciendo puntos de venta de sus derivados para comercializarlos en el municipio, con la proyección de que sea a nivel nacional.
Actualmente, Agromira está conformado por 80 asociados asambleístas y 80 clientes proveedores independientes, para un total de 1.100 hectáreas de cultivo de palma de aceite como base de suministro, con un volumen de racimo de fruta fresca mensual equivalente a 1.800 toneladas al mes, entregadas a los diferentes aliados comerciales que son las plantas extractoras de aceite vegetal.

“El crecimiento que tenemos ha sido un aprendizaje de los fracasos y estar aliados con Fedepalma es una oportunidad que nos ha permitido crecer y aprender para cuidar de esta economía y no volver a caer”, señaló Julio Sevillano, directivo de Agromira, quien guarda la esperanza de que la paz es posible, y que además se necesita disciplina para seguir ganando la guerra a lo ilícito, una batalla que ya tiene victorias importantes, pero aún queda palma por sembrar y fruto que cosechar.
Que no los olviden
Los pequeños y medianos palmicultores al unísono hacen un llamado al sector empresarial y al gobierno nacional. Si bien han recibido apoyo y respaldo, el deseo es que no se olvide a la perla del Pacífico y los territorios que a pulso están edificando la paz de las comunidades con una economía sostenible, legal y que aporta al medio ambiente.
Actualmente, Fedepalma hace una importante presencia en el sur occidente del país, fomentando las buenas prácticas del cultivo y logrando ser puente para seguir consolidando el gremio palmero.

Cabe destacar que al 2024, el cultivo de palma aportó a Colombia el 12.1 % del PIB agrícola nacional, tuvo un crecimiento del 3.4 % comparado al 2022, sus cifras en ventas son del 73 % en el mercado nacional y del 28 % en exportaciones a otros países.
La apuesta del sector palmero no solo es para los grandes productores, por el contrario, han fortalecido las bases de los pequeños y medianos palmicultores, para así generar una estrecha relación con los territorios y poder buscar una solución conjunta ante las adversidades o aquellas situaciones que deban mejorar.