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¿El reciente paro predice lo que sucederá en las Presidenciales de 2026? Este es el pronóstico para el petrismo
Analistas consideran que la jornada de paro que convocó el gobierno Petro pero que enseguida se desmarcó de la misma, fue una manera de tomar el pulso al electorado de cara a las elecciones del próximo año. El resultado para la izquierda preocupa.

1 de jun de 2025, 11:20 a. m.
Actualizado el 1 de jun de 2025, 11:20 a. m.
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El pasado miércoles 28 y jueves 29 de mayo se realizó la jornada de paro nacional, impulsada por el gobierno del presidente Gustavo Petro y por centrales obreras, con el objetivo de apoyar las reformas sociales promovidas por el Ejecutivo.
En la mayoría de las ciudades el resultado fue similar: unos pocos salieron a marchar. Incluso, en Bogotá, hubo enfrentamientos entre los escasos manifestantes y quienes debieron llegar a sus trabajos a pie debido a los bloqueos en TransMilenio.
Pronto, y quizá ante el pobre resultado de las movilizaciones, el presidente Petro se desligó de las jornadas de protesta, asegurando que “no fueron convocadas por el gobierno”, pese a que en sus discursos anteriores el “llamado al pueblo” fue reiterativo.

Para el analista Enrique Serrano, el paro fue un gran fracaso para el gobierno del presidente Petro, uno más en una larga lista que viene cosechando en los últimos meses.
“Todavía es temprano para hablar del impacto que el resultado de este paro pueda tener en las elecciones, pero sin duda estas jornadas demostraron que Petro está en su peor momento. Fue una radiografía de cómo está parado el gobierno. Y están pasando cosas interesantes. La idea de que ‘el pueblo’ lo reduce a quienes lo siguen a él es fallida. Mucha gente del pueblo, la gente que rebusca su sustento, sobre todo en las grandes ciudades, está en contra de este tipo de manifestaciones, y se demostró en Bogotá. A Petro le fallaron todos los cálculos, junto a sus asesores. Sobrevaloraron el apoyo que había tenido en 2022, quizá en 2023, y ya el desgaste en estos tres años de gobierno es muy grande”, comenta Serrano.

Para el analista, el segundo semestre de este gobierno será difícil de sobrellevar para el presidente, con el Senado de la República en contra, echando para atrás o modificando cualquier propuesta del Ejecutivo.
A ello se le suma una deslegitimación cada vez más evidente en la calle frente a las figuras que respaldan al presidente, como el ministro del Interior, Armando Benedetti, cuestionado por varias investigaciones en su contra, al igual que Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, y Antonio Sanguino, ministro de Trabajo, entre otros.
“A Petro se le ha salido de las manos todo lo que podría ser un cuadro de gobierno, un equipo con el cual poder resistir los últimos meses que le quedan. Por eso me parece interesante la columna de Mauricio Vargas, que compara a Petro con el expresidente Pedro Castillo en Perú, porque es un comportamiento tan errático que terminó con la destitución. Ya César Gaviria está diciendo que hay que desconocer y desobedecer al presidente. Son palabras mayores. No se había dicho una cosa así, ni siquiera en los peores momentos de otros gobiernos”, agrega Enrique Serrano.
Para el profesor y analista político de la Universidad Icesi, Juan Pablo Milanese, el reciente paro, más que un pulso de cara a las elecciones, hace parte como tal de la campaña presidencial de 2026, “lo que es distinto”.
Según Milanese, Petro se siente especialmente cómodo en escenarios de campaña, y lo que está mostrando con jornadas como este paro es que la campaña presidencial ya empezó. Sin embargo, los modestos resultados de las marchas deberían hacerlo reflexionar sobre la estrategia.
“Para las elecciones, a lo que le está apostando el gobierno es a repetir el escenario de las últimas dos campañas electorales, donde el debate político era izquierda o derecha, y donde el centro, de alguna manera, quedó opacado. Si el debate se vuelve a repetir entre izquierda o derecha, el gobierno tiene posibilidades. Esa, sin embargo, no es una garantía de que vaya a ganar”, agrega Milanese.

Juan Carlos Gómez Benavides es jefe del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad Icesi, en Cali. En su concepto, las recientes jornadas de movilizaciones representaron un duro golpe para el gobierno, que efectivamente, de alguna manera, se estaba midiendo electoralmente para conocer el apoyo que podría tener en las elecciones de 2026.
Para Gómez, el pésimo resultado de las marchas se explica por tres aspectos. El primero tiene que ver con las fracturas internas del Pacto Histórico, el partido del presidente Gustavo Petro. Ese fraccionamiento tan evidente, con peleas entre sus máximos representantes casi a diario, no permite ver cohesionada a la izquierda, lo que influyó en la escasa participación en las marchas.
Un segundo punto que puede explicar la poca afluencia de público en estos dos días de paro, agrega Juan Carlos Gómez, es el desgaste de la fórmula que Petro está tratando de implementar como activista del gobierno. La gente está cansada de salir a las calles, sobre todo en apoyo a un gobierno que no ha cumplido, hasta el momento, las promesas de campaña.

“En ciudades como Cali, y una región como el Valle del Cauca, eso redunda en términos de baja credibilidad y, por lo tanto, baja asistencia a esas convocatorias de movilización que él está haciendo como activista del gobierno”, comenta Juan Carlos Gómez.
El no cumplir lo prometido y, además, amenazar al departamento —como sucedió recientemente al insinuar frenar obras en el Valle— hacen que el gobierno, por lo menos en esta región, cada vez pierda más legitimidad. Esto significa también una pérdida de gobernabilidad que, a la larga, le puede costar réditos electorales en 2026.
Para el analista Juan Carlos Gómez, las escasas movilizaciones del 28 y 29 de mayo, así hubieran sido multitudinarias, no van a generar ningún cambio en el 30% o 35% del electorado que respalda a Petro. Es una proporción de votantes que se va a mantener.

Sin embargo, la baja legitimidad del gobierno, que se vio reflejada en las calles, sí va a tener un impacto en el sentido de que el presidente y su candidato de izquierda no tendrán margen de maniobra para aumentar ese 35% de votantes con los que ya cuenta.
“Al ver tan poco respaldo de la población, como se vio en el paro, los otros partidos no van a sentirse atraídos por la izquierda para hacer coaliciones, y en ese sentido va a ser complicado que Petro pueda desmarcarse y aumentar ese 35% de votantes que aún tiene”, concluye Gómez.