Colombia
Armel Caracas, el único firmante de paz que es alcalde del municipio más extenso de Colombia: “No vuelvo a empuñar un arma”
Es el mandatario de Cumaribo, Vichada, el municipio más extenso del país. Con fútbol, intenta prevenir el reclutamiento de niños.
Armel Caracas es el único firmante de paz que es alcalde en Colombia. El municipio que dirige, Cumaribo, en el departamento del Vichada, es el más extenso del país, con ocho veces la superficie de Suiza y 40 la de Bogotá, y sin embargo, es también uno de los pueblos más afectados por el conflicto armado y uno de los tres municipios más pobres, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE.
– No tenemos un solo kilómetro de vías pavimentadas – cuenta Armel, como para darse una idea.
En el municipio, el 85 % de la población es indígena. Armel, sin embargo, es afro. Cuando le pregunto si acaso eso no fue una dificultad para que lo eligieran alcalde, él, sonriendo, explica que detrás hay un “truquito”.
– Mi compañera es mestiza. Ella es colona e indígena y habla muy bien la lengua de la etnia mayoritaria que está en el municipio: sikuani. Eso me ayudó a acercarme a la comunidad.
Armel nació hace 47 años en la vereda Siberia Alta, en jurisdicción del municipio de Puerto Rico, Caquetá. Desde muy joven ingresó a las FARC. En el pueblo no había nada más para hacer.
– Yo llegué a las FARC porque uno cuando está joven, si no tiene un proyecto de vida definido y de lo que quiere ser, pues le llega cualquiera y lo puede convencer a uno. Me dejé llevar de los discursos que daban ciertas personas involucradas a la organización que llegaban a la vereda y se iba uno ilusionando de que había que luchar por los derechos que nos habían negado. Y me fui encausando. En las FARC estuve casi 20 años.
En 2017, tras firmar la paz con el gobierno de Juan Manuel Santos, Armel llegó a Cumaribo como delegado del Plan de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito. En 2019 se lanzó por primera vez a la Alcaldía. Aunque no ganó, siguió trabajando en la idea que tenía: crear clubes de fútbol como una estrategia para que los niños y jóvenes ocuparan su tiempo libre, se ilusionaran con un camino en el deporte y no fueran reclutados por los grupos armados ilegales, como le sucedió a él.
En 2023 se lanzó de nuevo a la Alcaldía. Fue uno de los 299 candidatos respaldados por el Partido Comunes, fruto del Acuerdo de Paz, (69 de ellos firmantes de paz) y el único que ganó.
¿Cómo es la estrategia a través del fútbol para evitar que los jóvenes lleguen al conflicto?
Nosotros hemos proyectado que el deporte, el arte y la cultura son herramientas de paz y de salud mental. Con estas proyecciones, en 2021, antes de llegar a la Alcaldía de Cumaribo, empecé a conformar clubes de fútbol 7. En 2022 participamos en cinco eventos en otros departamentos, con uno de los clubes que tiene reconocimiento deportivo. Fuimos a Girardota, Antioquia, a San José del Guaviare, al Tolima, a Caldas, y en diciembre de 2022 fuimos a Santa Marta con una delegación de 35 jóvenes.
En 2023, la Comisión de Mini Fútbol nos dio el derecho a hacer un evento en Cumaribo entre el 26 de enero y el 1 de febrero. Vino la Ministra del Deporte del momento, María Isabel Urrutia, y la jefe regional de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, Morena Mori. En total participaron siete departamentos. En 2023, en junio, fuimos a Granada, Meta, con 28 niños: un equipo sub 12 y otro sub 10. La sub 12 quedó sub campeona. Con estos clubes se ha sostenido la escuela que tiene reconocimiento deportivo en el municipio. Tiene varias categorías donde militan 200 niños y jóvenes.
Todo este ejercicio lo hemos venido proyectando como una forma de que nuestros niños y jóvenes tengan en qué ocupar su tiempo libre y no lo ocupen en las relaciones destructivas que los pueden conducir a la violencia.
¿Cuál es el contexto de los niños y jóvenes en Cumaribo?
Cumaribo es un pueblo donde los niños crecen sin esperanza. Lo digo porque un 20 % de la población, los menores de 17 años, no está registrada, no tienen tarjeta de identidad. Mucha gente mayor de edad no tiene cédula. Es demasiada la población que está excluida de muchos derechos a partir de ese contexto. Las oportunidades para estudios superiores son mínimas. Para la mayoría es un imposible pensar en la universidad. Muchos muchachos llegan al grado once y ahí termina su proyecto de vida. Si piensan en trabajar, las oportunidades son casi nulas también. Por eso decimos que es un pueblo que crece sin esperanza, porque las opciones de educarse y trabajar, tener un salario digno, es algo muy lejano. En ese contexto, ¿un muchacho qué mira hacia el futuro?
¿La gente a qué se dedica?
El 85 % de la población es indígena. Siembran yuca brava, producen alimentos tradicionales llamados mañoco, o casabe. Los colonos y campesinos también se dedican a trabajar la tierra para el consumo local porque no se puede comercializar nada. Acá no hay carreteras. No tenemos un solo kilómetro de vías pavimentada. Entonces, en ese orden de ideas, estamos trabajando para que esa esperanza se dé, la esperanza de un futuro mejor. Ya tenemos conformados 11 clubes de fútbol 7, hay varias comunidades indígenas involucradas, y sobre la línea de deporte, arte y cultura, tenemos un número alto de niños y jóvenes que le están apostando a ello, y a partir de ellos vamos creando proyectos en los que participen, se desarrollen, evolucionen y lleven a la juventud a tener sueños. También trabajamos para que los campesinos puedan mejorar su economía con alternativas en el municipio.
La Selección Colombia ayudó en ese proceso del fútbol…
Lo que hizo la Selección Colombia en la Copa América motivó mucho a los niños. Fue una sola ilusión en el municipio. Ahora vibran con la liga ‘cumaribense’ que queremos formar.
¿De los jóvenes que se gradúan del colegio, cuántos pueden dar el salto a una universidad?
En promedio, al año, se gradúan 130 jóvenes del bachillerato. De ese número, ni siquiera diez llegan a hacer estudios superiores para ser profesionales. El resto queda sin ilusiones.
¿En el municipio hay presencia de grupos armados?
¿Cómo está su seguridad como alcalde y firmante de paz?
En mi caso siempre he tenido una amenaza abierta, porque como la paz tiene sus enemigos... Yo tengo un esquema de seguridad, tengo protección. Y a través de ese esquema hemos podido sortear ciertos riesgos, pero la amenaza persiste.
¿Por qué si se firmó la paz con las Farc, sigue la guerra?
Porque las causas que generaron el conflicto en Colombia persisten. Y la paz también tiene sus enemigos. Por eso se está volviendo a llevar al país a un hecho de confrontación bastante importante y preocupante. Las causas que generaron el conflicto siguen, como la inequidad y la falta de oportunidades para un sector muy grande de la población.
Hay grupos armados ilegales que amenazan, asesinan y desplazan a los firmante de paz. ¿Qué les dice?
Yo lo primero que tengo que decirle a estos grupos armados ilegales es que la paz es el camino. La guerra, en cambio, es un choque violento de destrucción. Destruye los derechos. Una guerra en la que no haya muertos, no es guerra. Lo único que está creciendo es el dolor de las familias colombianas y el número de víctimas. Por eso insistimos en que la paz es el camino. En Cumaribo tendremos el 10 de agosto el lanzamiento del Segundo Foro Binacional por la Paz. Estamos invitando a todo el país.
Ahora, la paz también tiene sus enemigos, reitero. Si se quiere hacer algo por la familia colombiana, permitan que quienes queremos la paz como un regalo para la sociedad, nos dejen hacerlo. Que no nos asesinen, ni nos amenacen, ni nos desplacen. Queremos trabajar por la paz como motor de reconciliación y cambio. Es lo que yo le diría a estos grupos. Nosotros no estamos haciendo nada más que generar opciones de cambio. También reitero que esto se ha dado por el incumpliendo del Estado del Acuerdo de Paz. Las zonas que dejaron las Farc debieron ser retomadas por el Estado, pero el Estado permitió que esto llegara al nivel que está. Hay un refrán que dice que el que prestó el caballo para montar, y cedió la mujer para bailar, no tiene nada qué reclamar. Con esto quiero decir que el Estado es también responsable de lo que está ocurriendo.