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MEDIO AMBIENTE

La dolorosa contaminación que tiene en jaque al río Aguacatal

Al río llegan los restos de minería que transporta la Quebrada El Chocho, así como aguas negras de asentamientos legales e ilegales.

7 de julio de 2019 Por: Redacción de El País
En este punto se encuentra el río Aguacatal con la quebrada del Chocho, que también arrastra los vertimientos de Montebello y los restos de la minería de carbón. | Foto: Foto: Giancarlo Manzano / El País

La contaminación en el río Aguacatal no da respiro. Todo empieza en la parte alta de la Quebrada El Chocho, que pese al cierre de la mina de carbón hace varios años, los restos de esta todavía desembocan al afluente, lo que le da un tono anaranjado, como de caño, que metros más adelante se encuentra con las aguas azuladas de este río.

Según explicó una vocera de la CVC, “hay un pasivo de minería que sigue produciendo caparrosa (sulfato de hierro). Aunque es muy poca cantidad la que se produce, el PH es muy ácido, reacciona con la materia orgánica que viene de los vertimientos del corregimiento de Montebello que no tienen sistema de tratamiento (de aguas negras). Entonces es la caparrosa lo que ocasiona, en últimas, ese color anaranjado”.

Y es que dada la falta de oxígeno provocada por la acidez del PH, no es extraño que los vecinos encuentren peces muertos en las orillas.

La vocera de la CVC explicó que aunque la Administración Municipal construyó la PTAR -Planta de Tratamiento de Aguas Residuales- en la vereda de Campo Alegre, las obras que pensaban construirse en otro sector del corregimiento no fueron posibles por la dificultad de conseguir un lote.

“Ahora se está gestionando que Emcali reciba esos vertimientos en el colector marginal izquierdo del río (Aguacatal), que llevaría esas aguas residuales a la PTAR de Cañaveralejo para su tratamiento”, anotó la vocera de la entidad ambiental.

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Pero la falta de redes de alcantarillado no es un problema exclusivo de las zonas aledañas a la Quebrada El Chocho, sino también de todo el corredor que inicia en la Avenida 15 Oeste, a la altura de la Academia Nacional de Bomberos, hasta el sector de La Playita.

“La gran afectación del río son las aguas negras que llegan directamente a él”, aseguró Jéssica Natalia Henao, ingeniera ambiental residente del barrio Alto Aguacatal. “Eso se ve más que todo en la parte alta, en donde hay mucha invasión. Y a eso se suma gente que tira basura al río. No solo hace falta conciencia de la gente, sino también mucho control por parte de las autoridades”.

Agregó que deberían realizarse obras civiles de alcantarillado, por ejemplo, construir una PTAR que cubra todas las casas que no cuenten con esas redes, bien sea si se trata de asentamientos subnormales o no.

Ramiro Abella Rivas, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Bajo Aguacatal, aseguró: “Los viaductos que cubrían esas zonas se los han llevado las crecientes del río y es por eso que desde hace bastante tiempo hemos venido exigiendo a Emcali que al menos haya un colector que reciba todas esas aguas hasta el sector de Puente Azul y desde ahí empezar a conectar hasta la desembocadura del río Cali”.

“Si eso no cambia -añadió-, al río Aguacatal seguirán cayendo aguas negras de los sectores de Palmas I, Palmas II y Villa del Mar. También hace falta un colector a la altura de la Avenida 14, que cubriría 100 metros del barrio Bajo Aguacatal para que este sector esté completamente descontaminado. Por el momento, solo se tiene un 70 % de casas cuyas aguas ya no llegan al río, lo que equivale a cerca de 800 viviendas”.

Ángel Miro Lozano, líder del sector de Puente Azul, por Alto Aguacatal, comentó que los colectores que están presentes en el lugar no operan luego que ocho años atrás una creciente en el río los dejara inutilizados.

Es por eso que pidió que no solo las viviendas cuenten con redes de alcantarillado que evite la desembocadura de aguas negras al río, sino también obras de mitigación de riesgo para evitar que la población no se vea afectada por las inundaciones.

Jorge Humberto Oliveros, quien vive en el sector de La Playita, le contó a un periodista de El País que estuvo presente en el lugar, que a un costado del río operaba un criadero de marranos cuya red de alcantarillado daba al afluente.

“Estamos cansados de que ese criadero bote todos los restos de los animales al río. Es algo constante y los vecinos estamos cansados de eso, porque huele mal y atrae zancudos. Y a eso súmele los asentamientos ilegales que están más arriba y no tienen redes de alcantarillado”, afirmó.

Oliveros anotó que las invasiones están presentes en el lugar desde hace cinco años y ya llegan hasta las 2000 viviendas, algunas construidas con material metálico o bahareque.

El País intentó contactarse con un vocero de Emcali, pero no recibió respuesta por parte de la entidad.

Control a invasiones

”El río Aguacatal no es más que un colector de las aguas residuales de todas las invasiones que están en el Cañón del río y en la Vía al Mar desde hace más de diez años”, aseveró un funcionario de la Unidad de Control de Invasiones y Protección de Ecosistemas.

El señor recordó que en Cali hay alrededor de 250 asentamientos ilegales. En la actual Alcaldía se ha evitado que dos mil personas invadan.

"En Cali hay mafias -agregó- que se dedican a robar tierras del Municipio para luego vendérselas a personas vulnerables y prometerles falsas legalizaciones".

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