Almacenes La 14: así avanza el proceso de liquidación a cuatro años del hundimiento del otro gran ‘Titanic’

Aunque prefiere no revelar su apellido, lo que sí es evidente en Claudia es la nostalgia que aún le produce la decisión de la Superintendencia de Sociedades de decretar la liquidación judicial de los Almacenes La 14, ante la imposibilidad de sus directivos de mantener en operación la que fue su casa durante 16 años.

La alta acumulación de deuda, las dificultades para conservar un flujo constante de caja, la sólida competencia y la pandemia del Covid-19, entre otras razones, terminaron por romper la que ha sido la más icónica de las marcas en Cali y el Valle en los últimos 50 años.

La crisis de la compañía y de muchos de sus empleados y proveedores inició exactamente el 22 de enero del 2021, cuando La 14 S.A. fue admitida en un proceso de reorganización empresarial, luego de que presentara dificultades financieras que le impedían garantizar la continuidad de la operación.

La empresa no pudo cumplir con los compromisos adquiridos en el proceso de reorganización y 16 de septiembre de 2021 se decretó la terminación de ese proceso y el inicio de la liquidación.

“Eso fue muy triste, porque La 14 no era solo una tienda sino una enorme familia, donde llegaban las grandes empresas y multinacionales a vender sus productos, pero también pequeños comerciantes con cantidades muy mínimas para ganarse el sustento de su familia”, recuerda Claudia, quien tuvo la fortuna de lograr un empleo en una de las tiendas que llegó a ocupar ese espacio.

El cierre definitivo de La 14 generó una enorme crisis en más de tres mil compañías, muchas de ellas eran pequeñas y microempresas, así como en cerca de 1800 personas que de la noche a la mañana se quedaron sin empleo.

La liquidación de la compañía fue muy dolorosa para Cali y el Valle del Cauca, recuerda el presidente de la Junta Directiva de Fenalco Valle, Octavio Quintero: “Para todo mundo fue una sorpresa. La 14, creímos todos que era como el Titanic, que jamás se iba a hundir, por la historia, una familia unida y trabajadora, con un capitán de un barco como don Jaime Cardona; eso fue impresionante”.

“Allí hubo empresas grandes y medianas que pudieron solventar la situación, pero hubo pequeñas empresas y microempresas en las que el único cliente era La 14 y que se quedaron sin ese único cliente y sin su patrimonio, porque no tenían otra opción en ese momento” recuerda Quintero, quien también fue afectado por la crisis, a través de su negocio Granos La Floresta.

El pasado 21 de mayo, la Superintendencia de Sociedades informó que, como resultado de las actuaciones adelantadas, se logró el pago de las acreencias laborales, “garantizando los derechos constitucionalmente protegidos de los trabajadores, sin afectar la prenda general de los acreedores del proceso”.

“Gracias a una gestión técnica y responsable de los recursos provenientes de la operación inmobiliaria de la liquidación, se ha efectuado el pago de acreencias laborales por un valor total de $53.970 millones, priorizando el cumplimiento de obligaciones que gozan de privilegios legales y que representan la base del sustento económico de las familias que hacen parte del proceso”.

En medio de esa actuación fue que finalmente Claudia y varios de sus compañeros de trabajo de años en La 14 lograron el pago del dinero que les adeudaban, pero cuatro años después del cierre del enorme emporio empresarial que construyó 58 años atrás Abel Cardona Franco, el drama persiste en los proveedores de los almacenes.

Así está hoy el proceso

Frente a la actualidad del proceso, el superintendente de Sociedades, Billy Escobar, indicó que lo primero es que cuatro años para un proceso tan grande y complejo está dentro de la lógica.

“Porque no era solo liquidar y cerrar; son muchos los componentes. Era una empresa del cariño del Valle del Cauca y de los caleños, y había que buscar la forma de que generara el menor impacto posible”, indicó.

“Se logró la transición, por ejemplo, a Almacenes Éxito o a otro tipo de tiendas que se hicieron cargo de las unidades productivas, salvando el empleo y las unidades de negocio; salvar la mayor cantidad de empleos era una prioridad para nosotros, como efectivamente se hizo”, agregó el Superintendente.

Frente a la etapa en la que se encuentra hoy el proceso, señaló Billy Escobar que “estamos en la discusión o en el análisis de aquellos bienes que eran garantía y estamos a la espera de esa providencia, que está próxima a salir. Es decir, ya estamos en otra etapa, luego de saldada la etapa laboral y también estamos identificando qué bienes se pueden vender a fin de poder seguir pagando las obligaciones”.

“La idea es que se puedan vender esos bienes antes de adjudicarlos. Eso significa que, en vez de entregarle bienes a la gente con múltiples titulares, vamos a tratar de venderlos a fin de conseguir la mayor disponibilidad de recursos líquidos para entregarles dinero a los acreedores, que son muchos”, indicó el Superintendente.

Frente a la inquietud y la preocupación de los micro y pequeños empresarios que se han visto mayormente afectados, aseguró Escobar que “una vez resultas las exclusiones de bienes, es decir, que saquemos bienes que no se pueden vender y vendamos los otros, se procederá a la entrega de dinero y a la adjudicación de bienes restantes, que, esperamos, sea antes del mes de agosto próximo”.

Y agregó: “Estamos ya en la etapa final, luego de salvar una gran cantidad de dificultades, y quiero hacer énfasis en que, en medio de todo, ha sido un proceso muy exitoso, porque es la primera vez en la historia que un Superintendente de Sociedades acompaña directamente, y hemos estado a instancias de Fenalco Valle, en audiencias públicas de divulgación con hasta 500 acreedores asistentes. La meta nuestra es tratar al máximo de lograr que se puedan solventar todas las obligaciones”.

Piden celeridad

Aunque los afectados destacan la voluntad y el compromiso mostrado en principio por la Superintendencia de Sociedades, reclaman que esa generosidad se mantenga, para evitar la incertidumbre en la que están entrando las víctimas.

“La verdad es que nos ha dolido un poco a nosotros, como Fenalco, que llevamos más de un año sin reunirnos; entendemos que hubo cerca de mil objeciones a los créditos y se interpusieron recursos de que las deudas no eran el total y hubo una cantidad de audiencias en ese sentido para conciliar, pero ha pasado mucho tiempo sin reunirnos”, corrobora Octavio Quintero.

“Quiero hacer un llamado, porque me han buscado muchos de esos pequeños empresarios a que nos reunamos y nos informen en qué estado están las cosas. Sé que es exótico que la Superintendencia se manifieste de esa manera, pero fueron generosos con nosotros al principio y ojalá podamos conversar con la gente, porque está muy ansiosa”, dijo.