Belleza
Cremas que debería no utilizar en la cara; esta es la razón
La piel del rostro es especialmente sensible y requiere productos específicos diseñados para su delicadeza y necesidades particulares.
El cuidado de la piel es un tema que ha ganado cada vez más relevancia en la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, con la amplia gama de productos disponibles en el mercado, no todas las cremas son adecuadas para cada parte del cuerpo, y lo que parece un tratamiento beneficioso podría tener efectos adversos si se aplica en el área equivocada.
La piel del rostro es especialmente sensible y requiere productos específicos diseñados para su delicadeza y necesidades particulares. Por eso, es fundamental conocer qué cremas no deberían usarse en el rostro y las razones detrás de ello.
Una de las principales razones para evitar ciertas cremas en el rostro radica en la formulación. Muchas cremas corporales, por ejemplo, contienen ingredientes demasiado densos o grasosos para la piel facial, que es más fina y propensa a la obstrucción de poros.
Las cremas para el cuerpo suelen estar diseñadas para combatir la sequedad extrema en áreas como los codos, rodillas o talones, y aunque son altamente hidratantes, su textura puede provocar brotes de acné, irritación o incluso alergias si se aplican en la cara. Por lo tanto, es esencial diferenciar entre las necesidades de la piel corporal y la facial, y no caer en la tentación de usar el mismo producto para todo.
El uso de cremas con fragancias artificiales es otra práctica que debería evitarse en el rostro. Estas fragancias, aunque agradables al olfato, pueden ser irritantes para la piel más sensible.
La mayoría de las cremas corporales contienen perfumes añadidos para proporcionar una sensación de frescura y bienestar, pero en el rostro pueden desencadenar reacciones adversas, como enrojecimiento, erupciones o descamación. Incluso quienes no tienen una piel particularmente sensible pueden experimentar irritación después de un uso prolongado de productos perfumados.
La recomendación de dermatólogos y expertos en el cuidado de la piel es optar por cremas faciales sin fragancia, que minimizan el riesgo de reacciones alérgicas y aseguran una mayor compatibilidad con todo tipo de piel.
Por otro lado, hay productos de uso médico que contienen esteroides y que, aunque recetados para tratar afecciones como eczema o psoriasis en el cuerpo, deben manejarse con sumo cuidado en el rostro.
Los corticosteroides tópicos, si se aplican de manera indiscriminada, pueden causar adelgazamiento de la piel, aparición de rosácea esteroidea o acné inducido por esteroides. Incluso en casos donde haya una indicación médica para el uso de estos productos en el rostro, los especialistas advierten que su uso debe ser limitado y monitoreado para evitar complicaciones a largo plazo.
Un aspecto clave al seleccionar cremas para la cara es asegurarse de que los productos no contengan ingredientes comedogénicos, es decir, que tienden a obstruir los poros. Muchos productos diseñados para el cuerpo contienen aceites minerales, mantecas y otras sustancias que pueden resultar demasiado pesadas para la piel del rostro.
Estas sustancias, aunque efectivas para nutrir y suavizar áreas como las piernas o los brazos, pueden taponar los poros faciales, lo que lleva a la aparición de puntos negros, espinillas y brotes de acné. La piel del rostro necesita hidratación ligera y productos no comedogénicos que permitan la respiración natural de los poros sin comprometer su salud.
Un error común es pensar que las cremas antiarrugas diseñadas para el cuerpo, como las que se aplican en el cuello o el escote, pueden usarse en el rostro con los mismos beneficios. Sin embargo, estas cremas suelen tener ingredientes activos en concentraciones diferentes a las que se encuentran en los productos faciales.
El uso de estas cremas en la cara puede provocar reacciones adversas, como irritación o brotes, ya que los ingredientes están formulados para tratar la piel corporal, que es más gruesa y menos sensible que la piel del rostro.
Entre los errores más comunes está el uso de cremas para los pies en el rostro. Las cremas para los pies son especialmente gruesas y están diseñadas para combatir la piel seca y agrietada en una zona que requiere una hidratación intensa y constante.
Estos productos, que a menudo contienen ácidos como el ácido salicílico o urea en altas concentraciones, pueden ser demasiado abrasivos para el rostro y causar descamación, irritación severa o quemaduras químicas.
El cuidado de la piel del rostro requiere atención especial y una selección cuidadosa de los productos adecuados. El uso de cremas que no están diseñadas para esta área puede acarrear una serie de problemas, desde la obstrucción de poros y brotes de acné, hasta reacciones alérgicas y daño a largo plazo.
Por ello, los dermatólogos recomiendan siempre leer las etiquetas, optar por productos específicamente formulados para el rostro y, en caso de duda, consultar con un especialista antes de aplicar cualquier crema nueva en la piel facial.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.