CAPACITACIÓN
Las ayudas que recibieron 2500 obreros de la construcción en Valle, Cauca, Nariño y el Eje Cafetero
Cementos San Marcos ha beneficiado en cuarentena a muchos de los maestros de obra con mercados y capacitaciones virtuales.
Si hay un oficio que calce perfecto en el dicho antiahorro del polvorero de ‘volador hecho, volador quemado’, es el de los trabajadores independientes de la construcción.
Como Hugo Neira, maestro de obra hace 23 años, centenares de obreros del cemento y el ladrillo se fueron a cuarentena con lo que tenían en su bolsillo. El último pago lo recibió en la semana del 20 de marzo y en ese puente festivo guardó su bicicleta, compró lo que alcanzó y se encerró con su esposa, sus dos hijas y su nieto.
Desde entonces no se ha movido el nivel, ni la mezcla ni el palustre y la plata escaseó con la misma velocidad que se fue desocupando la alacena.
Por suerte para él, y para cerca de 2500 empleados de la construcción, ha sido beneficiado por una iniciativa de Cemento San Marcos que les ha entregado bonos de dinero y mercados en los departamentos de Cauca, Valle, Nariño y el Eje Cafetero.
“Esa ayuda que nos ha dado San Marcos ha sido de gran beneficio para este sector que ha sido olvidado por completo por el Gobierno en esta cuarentena”, señala Neira.
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La idea, de acuerdo con Fernando de Francisco, gerente general de San Marcos, surge al ver la vulnerabilidad en la que han quedado los empleados de la construcción porque generalmente no tienen vínculo laboral con nadie, les pagan por obra realizada y llevan semanas sin poder salir a trabajar.
“Nosotros tenemos una base de datos de trabajadores de la construcción; ellos son parte de nuestra cultura, son parte de nuestro equipo de trabajo y son parte de la relación de sostenibilidad que queremos tener. Decidimos entonces focalizar en ellos nuestra ayuda e involucramos alrededor de 2500 maestros en el suroccidente del país”, señala De Francisco.
La mayoría de esos beneficiarios, tal como lo hizo el ayudante de obra Armando González, llegaron a los supermercados con los cuales se hicieron alianzas para el canje de bonos alimentarios, portando camisetas o gorras de la empresa y luego subieron fotografías en sus redes agradeciendo la valiosa ayuda.
“Eso lo alegra a uno porque los que trabajamos como estucadores, enchapadores, pegadores de ladrillo, fundidores de planchas, pintores y todos los que trabajamos en la URSS (Unión de Ruseros de Colombia) no tenemos para decir que vivimos del ahorro y de verdad que quedamos manicruzados”, indica González.
Ni él, ni ninguno de sus compañeros recuerda haber pasado tanto tiempo sin trabajar en las últimas décadas ni sin recibir un solo centavo. “Las únicas semanas duras fueron cuando le trabajamos a una constructora que ya cerró y todo un mes nos quemaron pólvora (no les pagaron) pero uno se rebuscaba por los lados y no fue algo tan prolongado como esto”.
Talleres virtuales
Eduardo Hernández también es maestro de obra hace 35 años y es miembro de la Junta Directiva de Asotecno, una organización que agrupa a 80 trabajadores de la construcción entre maestros, tecnólogos y técnicos en Palmira.
Él y sus compañeros no solo se han beneficiado con mercados sino que acorde con su filosofía, han recibido ayuda para capacitarse porque saben que este oficio de la construcción, como el derecho o la medicina, está en constante evolución.
“Es muy esperanzador recibir esta ayuda en mercados y capacitación en este momento tan difícil para la construcción. La mayoría de nuestros maestros vivimos del día a día y quedamos a la deriva con este tema de la pandemia”, indica Hernández, padre de dos hijos y quien está a punto de graduar a uno de ellos como abogado, con el esfuerzo y sacrificio de duras jornadas de trabajo y el apoyo de su esposa vendiendo manualidades.
Desde que inició el periodo de cuarentena, hace dos meses, Cemento San Marcos ha realizado 15 capacitaciones virtuales en diferentes materias a trabajadores de la construcción aprovechando el tiempo libre y les entrega certificados que les permite mostrar nuevas competencias.
“Esta labor social nos deja una satisfacción muy grande por poder ayudar a la gente. Sabemos que no lo podemos hacer todo, que no podemos cubrir todas las necesidades, pero vamos a estar ahí presentes y eso nos deja una satisfacción y una paz interior muy importante”, expresa el Gerente General de Cemento San Marcos.
Igualmente, la empresa ha favoreciendo y acompañado a los pequeños mineros, con quienes han realizado acuerdos para la extracción o compra de caliza y han entregado ayudas en zonas aledañas a la planta como Vijes, la vereda San Marcos y la vereda Manga Vieja, en Yumbo, donde se han entregado mercados a 900 familias.
La satisfacción más grande, señalan los directivos de la compañía, es el agradecimiento de muchas personas que enviaron sus mensajes de alegría por haberlos tenido en cuenta.
“Afortunadamente somos una empresa muy sólida, muy estructurada y que le ha ido muy bien. Nosotros no tenemos más que agradecimiento con la región y con la gente que nos ha colaborado”, dice el Gerente General.
“Nosotros transamos cemento, pero vendemos servicio y bienestar. Queremos que la gente esté alineada con los valores y la cultura de nuestra organización que es una cultura de solidaridad, de transparencia, de ética; una cultura de valor compartido. Queremos ser una empresa con alma, pero con un alma muy grande y ese ha sido el enfoque desde que nacimos”, señala Fernando de Francisco.
8 años de actividades cumple esta semana la planta de cemento San Marcos.
300 habitantes de la vereda se han beneficiado con ayuda alimentaria.
704 maestros de obra han presenciado las charlas virtuales en esta cuarentena.