Semana Santa en Perú: cuatro experiencias que todo viajero debería vivir

Visitar Perú en Semana Santa significa sumergirse en una experiencia única que cautiva con su combinación de devoción religiosa, cultura viva y atractivos turísticos diseñados para todo tipo de viajeros.

Más allá de centrarse en ofrecer una celebración religiosa inolvidable durante estos días, Perú incluye en su oferta planes de aventura, entretenimiento, gastronomía y naturaleza, en destinos como Cusco, Arequipa, Ica y Lima.

Cuatro experiencias imperdibles

1. Cusco, un destino perfecto para los amantes de la bicicleta

Su combinación de historia inca con paisajes majestuosos y una vibrante vida nocturna hacen de Cusco un destino imperdible durante un viaje a Perú.

Además de Machu Picchu, otro de los destinos predilectos para visitar en este lugar es el Valle Sagrado de los Incas, donde hay impresionantes sitios arqueológicos como Pisac y Moray, y las salineras de Maras.

Allí también es posible practicar rafting (canotaje), escalada, trekking y otros deportes de aventura en medio de un maravilloso escenario de valles y montañas.

2. Arequipa, un oasis de aguas termales para relajarse

Aunque recorrer Arequipa es un plan emocionante por la belleza de su arquitectura colonial, a cuatro horas de la ciudad se encuentra el Valle del Colca, un oasis de aguas termales ideal para quienes buscan relajación y descanso.

Este lugar es uno de los cañones más profundos del mundo, según explica Promperú, donde se practica el turismo wellness o de bienestar.

Sus aguas termales son populares por su riqueza en minerales, que ayudan a liberar el estrés. Además, hay diversos hoteles de lujo con spas que ofrecen tratamientos y masajes con insumos andinos, invitando también a la práctica de yoga o meditación.

En el lugar también se realizan cabalgadas, canotaje y paseos en bicicleta, mientras que en sus miradores se puede apreciar el majestuoso vuelo del cóndor.

3. Ica, hogar de la Reserva Nacional de Paracas

Este destino, ubicado al sur de Lima, cuenta con 335 hectáreas de desiertos, dunas, playas, islas, acantilados y mar, que cautivan a los viajeros. Uno de sus atractivos imperdibles es la Reserva Nacional de Paracas, donde se puede hacer kitesurf y kayak.

Allí el encuentro con la naturaleza es inevitable en las Islas Ballestas, cuyas singulares formaciones rocosas albergan una gran variedad de aves, lodos marinos y pingüinos de Humboldt.

En Ica también se encuentran las emblemáticas Líneas de Nasca, enormes geoglifos con formas geométricas y de animales que solo pueden ser apreciadas desde el aire en avionetas.

4. Lima, un rincón de fe, tradición y exquisita gastronomía

Declarada Patrimonio Cultural de la Nación, Lima presenta una Semana Santa llena de color con alfombras florales, imponentes procesiones y una gastronomía excepcional.

Allí es posible hacer un recorrido por icónicos centros religiosos como la Catedral de Lima y el Convento de San Francisco, famoso por sus catacumbas subterráneas.

Entre sus platos típicos imperdibles se destacan los clásicos ceviches, anticuchos, lomo saltado peruano o causa limeña.