Escalera al cielo y cascada escondida: los secretos mejor guardados de este encantador pueblo de Boyacá

A 12 kilómetros al norte del municipio de Villa de Leyva, en Boyacá, y 77 kilómetros de Tunja, su capital, se encuentra el municipio de Santa Sofía, un destino que está cautivando a los turistas con sus atractivos, rodeados de naturaleza a alturas que prometen dejarlos sin aliento.

Entre sus atractivos más impactantes está la llamada “escalera al cielo”, considerada la más larga de Colombia. Se trata de una estructura suspendida en el aire que se extiende por 254 metros y que, según informó Noticias Caracol, exige subir más de 600 escalones para recorrerla de extremo a extremo.

Ubicada a una altura impresionante que se funde con el verde de las montañas, la conocida “escalera al cielo” ofrece una experiencia tan desafiante como inolvidable, ya que desde allí se puede contemplar una vista única del pueblo.

Quienes se han atrevido a subir esta estructura suspendida coinciden en que es una actividad de adrenalina pura. Muchos aseguran que, aunque deja sin aliento, también despierta una profunda conexión con la naturaleza de Boyacá.

Según el medio local Tu Barco, cruzarla toma entre 15 y 20 minutos, aunque este tiempo varía según la respuesta emocional del visitante y su capacidad para superar el vértigo que genera.

La escalera, ubicada en el parque ecológico Treepark en Santa Sofía, no solo reta el cuerpo, sino también los sentidos, tal como lo hace la Cascada del Hayal, un atractivo natural imperdible en el mismo municipio, exactamente en la vía que conecta a Gachantivá con éste.

De acuerdo con el Sistema de Información Turística de Boyacá (Situr), se trata de una formación rocosa de gran dimensión, que alberga una gruta de aproximadamente 150 metros de altura. En su interior, el agua cae desde unos 25 metros, creando un escenario ideal para la práctica de la espeleología y la exploración.

Más atractivos imperdibles en Santa Sofía, Boyacá

Este municipio también es hogar de atractivos históricos y culturales como el Paso del Ángel, un paraje rural sobre el río Moniquirá; el enigmático Hoyo de La Romera; y las cuevas de los Indios y de Las Chapas, utilizadas por los antiguos indígenas como templos y pasadizos ceremoniales.

Además, se pueden visitar lugares cargados de simbolismo ancestral, como la piedra movible y los petroglifos de El Salitre, donde se conservan grabados prehispánicos, según explica Situr.

En el casco urbano, algunas paradas obligatorias son la parroquia colonial Santa Rosa de Lima, construida en 1771, y el convento y monasterio de Santo Ecce Homo, reconocido por su papel en la evangelización y como centro de retiros espirituales.

No obstante, para quienes desean sumergirse en las tradiciones del lugar, se recomienda participar en sus ferias y fiestas en honor a Santa Rosa de Lima, su feria equina y bovina, y el tradicional reinado y concurso de la curuba.