Qué hacer en caso de que el cargador del celular se moje; evite graves accidentes

En la vida cotidiana, los cargadores son herramientas imprescindibles para mantener en funcionamiento dispositivos como teléfonos, computadoras portátiles y tabletas.

Sin embargo, como ocurre con cualquier aparato electrónico, estos dispositivos están expuestos a ciertos riesgos. Uno de los más comunes, aunque frecuentemente subestimado, es el contacto de un cargador con el agua.

Este incidente, que podría parecer inofensivo a primera vista, puede acarrear consecuencias graves tanto para el cargador como para el dispositivo que se esté cargando. Por ello, es fundamental conocer los riesgos asociados y las acciones a seguir en tales situaciones.

El principal riesgo que representa es el de un cortocircuito. Estos dispositivos contienen circuitos eléctricos delicados, y cuando el agua entra en contacto con ellos, puede formar un puente entre componentes que no deberían estar conectados.

Este fenómeno puede generar un cortocircuito, que no solo dañaría el cargador de manera irreversible, sino que también podría desencadenar un sobrecalentamiento, o en casos extremos, un incendio.

Además, un cargador que ha estado en contacto con agua puede provocar una carga irregular en la batería de un dispositivo o, peor aún, dañarla permanentemente, reduciendo su capacidad para retener energía.

Otro riesgo importante es la posibilidad de una descarga eléctrica. Aunque los cargadores están diseñados con sistemas de seguridad para mitigar estos peligros, un cargador mojado aumenta significativamente las probabilidades de sufrir un choque eléctrico al conectarlo a una fuente de alimentación. Esta situación podría resultar potencialmente letal, especialmente si el cargador se maneja con las manos mojadas o en un entorno húmedo.

En caso de que se moje accidentalmente, la primera medida a tomar es no conectarlo a la corriente. Aunque resulte tentador intentar usarlo de inmediato, esto incrementaría el riesgo de daño tanto al cargador como al dispositivo. Lo más recomendable es desconectarlo de cualquier fuente de energía y, si es posible, retirar el dispositivo de carga para evitar daños adicionales.

Una vez desconectado, el siguiente paso es secarlo adecuadamente. Es aconsejable sacudirlo suavemente para eliminar el exceso de agua visible y, luego, utilizar un paño limpio y seco para secar las partes más accesibles.

Si el cargador cuenta con componentes pequeños o de difícil acceso, como las ranuras del conector, es recomendable emplear aire comprimido para eliminar la humedad. Es importante evitar el uso de calor directo, como un secador de pelo o exponer el cargador al sol, ya que el calor excesivo podría dañar los componentes internos.

Al seguir estas recomendaciones, es posible prevenir daños costosos y evitar situaciones peligrosas tanto para los cargadores como para los dispositivos electrónicos asociados.