Los cinco errores que debe evitar cometer con su aire acondicionado porque estarían aumentando el consumo de energía

En zonas con climas cálidos o tropicales, el aire acondicionado se ha convertido en un elemento esencial tanto en hogares como en espacios de trabajo. No obstante, su uso inadecuado o excesivo puede disparar el consumo eléctrico, con consecuencias económicas y ambientales significativas.

Existen hábitos cotidianos que, aunque parecen inofensivos, contribuyen de manera directa al incremento del gasto energético.

1. Configurarlo a temperaturas muy bajas

Uno de los desaciertos más habituales es programar el equipo a temperaturas demasiado bajas con la intención de enfriar el ambiente con mayor rapidez.

Sin embargo, esta práctica no acelera el proceso y, por el contrario, obliga al sistema a trabajar con mayor intensidad durante más tiempo. Los expertos recomiendan mantener el termostato en un rango de confort entre 24 °C y 26 °C. Cada grado por debajo de ese intervalo puede incrementar el consumo energético entre un 6 % y un 8 %.

2. Encender y apagar el equipo con frecuencia

Muchos usuarios optan por apagar el aire acondicionado cada vez que se ausentan por periodos cortos, con la idea de ahorrar energía. Sin embargo, encender y apagar el sistema de manera constante puede resultar contraproducente: el compresor necesita un esfuerzo adicional para restablecer la temperatura deseada, lo que se traduce en un mayor gasto energético.

3. Descuidar el mantenimiento del equipo

Un mantenimiento deficiente o inexistente afecta directamente la eficiencia del aire acondicionado. Filtros obstruidos, serpentines sucios o fugas de refrigerante obligan al equipo a trabajar más intensamente para obtener los mismos resultados. La falta de revisiones periódicas repercute en el rendimiento, el consumo eléctrico y la vida útil del sistema.

4. Utilizar el sistema en espacios mal sellados

Otro error común es usar el aire acondicionado en ambientes donde puertas y ventanas no están bien cerradas o presentan filtraciones. Las corrientes de aire y la entrada constante de calor exterior dificultan el mantenimiento de la temperatura interior, lo que obliga al equipo a funcionar sin descanso.

5. Instalación inadecuada

La ubicación del termostato también influye en el consumo energético. Colocarlo cerca de fuentes de calor, como ventanas soleadas, electrodomésticos o lámparas, puede generar una lectura incorrecta de la temperatura ambiente. Esto provoca que el sistema trabaje de más, creyendo que el espacio está más caliente de lo que realmente está. La mejor opción es instalarlo en un lugar representativo del ambiente, lejos de influencias externas.

Promover un uso consciente del aire acondicionado no solo ayuda a reducir el consumo energético y el importe de las facturas, sino que también prolonga la vida útil del equipo. Pequeños ajustes en los hábitos cotidianos pueden marcar una diferencia significativa en la eficiencia energética sin sacrificar el confort térmico.