Fraude bancario: ¿cada cuánto debería cambiar la clave de su tarjeta para mayor seguridad?

En la actualidad, con el avance de la tecnología, la protección de las cuentas bancarias se ha convertido en una preocupación clave para quienes utilizan tarjetas de débito y crédito. El riesgo de fraude es constante, por lo que es fundamental adoptar medidas de seguridad. Una de las más eficaces es cambiar periódicamente la clave, evitando así que personas no autorizadas accedan a la información financiera.

Estos hábitos de seguridad permiten resguardar los datos personales y prevenir posibles estafas. Por esta razón, los especialistas en ciberseguridad y las entidades bancarias aconsejan actualizar la contraseña con frecuencia. Además, es recomendable evitar combinaciones predecibles o reutilizar claves en distintos servicios para reducir vulnerabilidades.

¿Cada cuánto se debe cambiar la clave de la tarjeta bancaria?

Las contraseñas bancarias son la principal barrera de protección contra accesos no autorizados. Si un ciberdelincuente obtiene esta información, podría realizar transacciones sin permiso del titular. Por este motivo, actualizar la clave regularmente es una estrategia clave para minimizar riesgos ante filtraciones de datos o ciberataques.

Los expertos suelen recomendar modificarla al menos cada tres meses. Sin embargo, según la información publicada por entidades como Bancolombia, lo ideal es hacerlo una vez al mes. Adoptar este hábito reduce las probabilidades de que terceros accedan a la cuenta en caso de que la clave sea comprometida.

Además, al realizar movimientos financieros, es importante implementar medidas de seguridad adicionales, como activar una segunda clave, bloquear la tarjeta en situaciones sospechosas y estar alerta ante posibles intentos de fraude. Si aún no ha incorporado estos cambios en su rutina, este es el momento ideal para comenzar a proteger su dinero.

¿Cuándo es necesario cambiar la clave?

Existen situaciones específicas en las que cambiar la clave de la tarjeta bancaria es una acción urgente. Una de ellas es el uso de la tarjeta en entornos poco seguros, como cajeros automáticos que muestran signos de manipulación o al acceder a la banca en línea desde una red wifi pública. Estas circunstancias pueden facilitar el robo de datos.

Asimismo, si el usuario recibe correos electrónicos o mensajes sospechosos solicitando información bancaria, lo mejor es modificar la clave de inmediato. Este tipo de fraudes, conocidos como phishing, buscan engañar a las personas para que entreguen información confidencial.

Otra razón de peso para cambiar la contraseña es haber extraviado la tarjeta o ser víctima de un robo. Aunque los bancos cuentan con mecanismos de seguridad para evitar transacciones no autorizadas, actualizar la clave es una medida de precaución adicional que reduce la posibilidad de fraudes.