El ejercicio que ayuda a mejorar la concentración y la resistencia muscular

Muchos aprendieron a saltar la cuerda en su infancia, como un juego entre amigos para entretenerse en el parque o durante el recreo del colegio, pero la sencilla actividad de saltar mientras se gira una cuerda de arriba abajo del cuerpo, constituye un ejercicio de múltiples beneficios físicos, que es incorporado en las rutinas de deportistas de alto rendimiento como boxeadores, futbolistas, maratonistas, entre otros.

No obstante, diferentes estudios han reportado que saltar la cuerda, aunque a primera vista no lo parezca, ayuda a mejores en diferentes aspectos físicos y mentales. De hecho, por su dinámica de salto constante, en el que se debe prestar especial atención a que la cuerda no se enrede con los pies y gire a la velocidad adecuada, exige mayor concentración en las personas, lo que después reforzará un hábito muy importante para la vida cotidiana y profesional. Por esta razón, muchas personas optan por saltar la cuerda como un modo de relajarse o desestresarse, por ejemplo, después del trabajo.

A esto se suma que saltar la cuerda, estimula los pulmones, fortaleciendo la capacidad aeróbica y anaeróbica. Es decir, cuando se realizan saltos durante un tiempo prolongado y recuperación, los pulmones trabajan mejor el oxígeno. Mientras que cuando se hace de forma más intensa y con mayor rapidez, se exige más resistencia energética. Lo anterior, de acuerdo con un estudio publicado por el medio Research in Developmental Disabilities.

A nivel corporal, el salto de la cuerda también es un ejercicio ideal para adquirir resistencia muscular. Con adquirir el hábito, realizando rutinas de saltos suaves o moderados, al menos por 10 minutos, a las pocas semanas se empezará a evidenciar que los músculos de las piernas están más tonificados, pero, además, como esta actividad implica el movimiento de todo el cuerpo, el abdomen se beneficia.

Igualmente, la estructura ósea se activa y refuerza a medida que el saltar la cuerda se incorpora a los hábitos físicos de las personas, y por si fuera poco, debido al gasto de energía, contribuye a adelgazar la masa corporal.

Otros beneficios derivados de su dinámica de equilibrio, es que afina la coordinación motriz y la propiocepción, lo que contribuye a agudizar los reflejos. Tampoco son desdeñables, sus propiedades cardiovasculares, propias de las actividades aeróbicas.

Una ventaja de este ejercicio es que lo pueden practicar todas las personas, desde niños a adultos mayores, siempre que tengan un peso y condición corporal promedio, puesto que no requiere mayor preparación o destrezas excepcionales. Vale aclarar que el sobrepeso puede ser un impedimento, en tanto que los saltos pueden afectar los huesos de las piernas. En estos casos, se recomienda consultar antes con un especialista.

Por otro lado, para los niños se aconseja que se tome como una actividad lúdica, mas no como un ejercicio físico constante, a menos que sea recomendación médica debido a alguna condición específica.