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¿Cómo preparar la hierba aromática que mejora la memoria y se consigue en todo lado?
Tiene grandes beneficios.
El tomillo es una planta muy usada para la preparación de infusiones, es rica en timol y otros compuestos bioactivos que le aportan beneficios al organismo por sus propiedades antimicrobianas, antioxidantes, antiinflamatorias y antiespasmódicas.
En una investigación publicada en International Journal of Molecular Sciences, se encontró que el tomillo presenta actividades antimicrobianas gracias al timol, que ha mostrado, según los expertos del portal Mejor con salud, “efectos tanto contra las bacterias Gram-positivas como contra las Gram-negativas”.
Mejor con Salud subraya la capacidad de esta planta para mejorar la memoria y contribuir a una adecuada circulación sanguínea por sus atribuciones medicinales. Además, entre sus componentes está la naringenina, a la cual se le asocian varias ‘bondades’ como regulación del azúcar en la sangre, protección de los vasos sanguíneos y la glucosa que llega al cerebro.
Según ese portal sanitario, su ingesta puede resultar benéfica para tratar el estrés y reducir el riesgo de daño celular. Adicionalmente, esta hierba aromática es fuente de vitamina B3 que aporta a mantener saludable el sistema nervioso; de hecho la categoría B suele estar entre las principales sugerencias.
¿Cómo se prepara el té de tomillo para la memoria?
Se deben poner dos cucharadas de hojas picadas de tomillo en una taza de agua hirviendo y dejar reposar por diez minutos. Luego, se debe colar y beber hasta tres veces al día. Si se desea, se puede endulzar con miel, pero lo que no se debe hacer es agregarle azúcar. Su consumo debe ser moderado.
¿Cómo retrasar el deterioro cognitivo?
Antes de ahondar un poco sobre cómo retrasar las afecciones cognitivas, es vital mencionar los síntomas más recurrentes en demencias como el Alzheimer, pues contrarrestarla a tiempo puede ser lo que marque la diferencia. De acuerdo con Mayo Clinic, entre los signos se encuentran:
1. Problemas de memoria que incluyen el olvido de fechas y sucesos desarrollados hace poco tiempo.
2. Confusión en lugares que, previamente, eran ‘bien’ conocidos.
3. Dificultad a la hora de concentrarse y hacer razonamientos básicos.
4. Dificultad a la hora de tomar decisiones y desenvolverse en situaciones cotidianas.
5. Alteraciones en el comportamiento y la personalidad (aquí podría incluirse la depresión, agresividad, desconfianza y aislamiento).
Más que prevenir el Alzheimer, que como se mencionó anteriormente no es una enfermedad generalizada, se pueden aplicar prácticas para mejorar la salud del cerebro a cualquier edad. Por ejemplo; procurar aumentar la actividad física, reducir el consumo de bebidas alcohólicas y el cigarrillo, buscar que el peso sea balanceado, así como apostar a la dieta mediterránea.
Según Mayo Clinic, esta se vincula con un menor riesgo de contraer Alzheimer. Su principal base es la comida vegetal, el pescado, lácteos y carne de aves.