Editorial
Pumas en Los Farallones
La presencia del puma en el parque no significa una amenaza, como lo explican los biólogos de la CVC, sino todo lo contrario: testimonio viviente de que la cadena natural sigue funcionando.

31 de may de 2025, 02:28 a. m.
Actualizado el 31 de may de 2025, 02:28 a. m.
Hace unos días la CVC instaló cinco cámaras trampa en Los Farallones. Y allí captó el milagro: hay pumas merodeando el parque, en especial por la zona del Centro de Educación Ambiental El Topacio, a media hora de la ciudad.
Se trata de un tipo de felino en vía de extinción debido a la cacería ilegal y la pérdida de su hábitat. Y pensar que los pumas cumplen un papel fundamental en los ecosistemas naturales, debido a su función reguladora de especies de su dieta alimenticia.
Las cámaras de la CVC también captaron tigrillos y guaguas, entre otras especies que acrecientan la buena noticia. Porque su presencia, así como la de los pumas, es un buen indicador del ecosistema. Así lo explicó Duván Andrés García Ramírez, biólogo de la Dirección de Gestión Ambiental de la CVC.
“Estas especies nos muestran que hay toda una cadena trófica en el Centro de Educación Ambiental El Topacio, en Los Farallones. tenemos guatines, guaguas, armadillos, chuchas y tenemos el puma, es decir, tenemos toda una cadena trófica lo cual significa que es un área que está bien conservada, que están bien protegida y que tiene una buena representación de fauna”, comentó.
Sin embargo, no todos en la zona han recibido la noticia de la presencia de los pumas de buena manera. En la vereda El Faro se vio en un video cómo uno de estos animales huye despavorido después de que alguien hiciera disparos, en un presunto caso de caza ilegal que está en investigación.
Incluso, en la vereda, ya se organizaron grupos de WhatsApp en los que se pide que la comunidad se una para cazar al animal.
Por fortuna las autoridades ambientales han actuado con rapidez. Tanto la CVC como Parques Nacionales Naturales no solo hicieron un llamado a proteger la fauna silvestre, sino que recordaron que la caza está prohibida por la ley colombiana y puede acarrear consecuencias legales.
Sin embargo, más allá de la leyes, lo esencial es la protección del medio ambiente. No se puede olvidar que los Farallones de Cali son uno de los pulmones verdes más biodiversos de Colombia. La presencia del puma en el parque no significa una amenaza, como lo explican los biólogos de la CVC, sino todo lo contrario: testimonio viviente de que la cadena natural sigue funcionando.
Si bien es comprensible la preocupación de las comunidades rurales por su seguridad, la solución jamás puede pasar por la caza ilegal, sino por una intervención que permita que tanto los pumas como los humanos puedan convivir en armonía. La pedagogía y las medidas de prevención son el camino, no las balas que espanten a los felinos de su ecosistema natural.
“Queremos transmitir un mensaje de tranquilidad a toda la comunidad en los Farallones, esta especie -el puma- no representa un peligro inmediato. Por naturaleza, estos felinos evitan el contacto con los seres humanos y suelen mantenerse alejados de zonas habitadas”, dijo por cierto Marilyn Velázquez, bióloga de la CVC.