Petro en su peor minuto

De verdad que me gustaría más escribir sobre el libro de moda en España: ‘Las memorias de Isabel Preysler’, ex de Vargas Llosa, que del matrimonio Petro y Verónica Alcocer, hoy en la lista Clinton donde estuvo el extraditado Beto Rentería, también su socio gerente y servidor Antonio Bueno Guerrero, bien conocido como ‘Pandereta’.

Es tema en cinco mil peluquerías y gimnasios de Colombia el problemón que enfrentan el ministro Benedetti, Gustavo Petro, Verónica Alcocer. ¿Qué problemas tiene quien esté en la Lista Clinton? Busquen un analista.

La trifulca entre el presidente Petro y Donald Trump continúa. Agite nacional. El ministro Benedetti comentó radialmente “Me jodieron mi viaje a Cali a ver a Shakira, esa es una jugada del uribismo, del Abelardo De La Espriella, de Paloma y la Cabal”, ellas tienen el teléfono directo de Trump en Washington y le han metido cuentos en la cabeza.

Otros príncipes del petrismo le decían por el celular a Roy Barreras: “Llama al rey de Inglaterra, él te aprecia mucho, dile que interceda por Petro y familia, eso es un ataque infame contra su hijo Nicolás y contra la soberanía de Colombia”.

Golpe bajo inesperado que trajo un ‘revolcón político’ porque estar en lista Clinton es estar desnudo, viringo-viringo.

En la peluquería señorera contó una señora que trabaja en el Palacio presidencial que oyó sin querer una charla telefónica del presidente Petro con su esposa Verónica, ella en París y él aquí pero con el micrófono del teléfono en voz alta. La funcionaria de Palacio contó que la señora Verónica le decía al presidente: “Gustavo… tu soberbia nos trajo este problemón con los gringos, te dije que no hablaras tanto, pero tú, Gustavo, eres terco como las burras de Sincelejo y le tiraste vainazos al Trump olvidando que ese guache nos podía joder”.

Lo peor: que Petro estará 15 horas en un avión hasta Egipto a ver las aburridas pirámides. Qué vaina estar en la lista Clinton, qué embarrada ganarse las antipatías del Trump y del imperialismo yanqui…

Palabras de Verónica a su esposo: “No me hiciste caso, te creías el Superman del siglo XXI y mirá, estoy sin tarjeta de crédito, sin euros ni dólares y bloqueadas las siete plásticas bancarias”.