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“Nos juntamos para encontrarlos”
El esfuerzo restaurativo tiene que ver con recobrar los vínculos de confianza y solidaridad entre víctimas, ofensores y comunidades.

3 de jun de 2025, 12:51 a. m.
Actualizado el 3 de jun de 2025, 12:51 a. m.
Quién pudiera siquiera imaginarlo, pero en medio de la destrucción, las muertes y las heridas que nos han dejado decenas de años de violencia en Colombia, desde un lugar tan lúgubre, como puede serlo un cementerio, nace hoy una significativa expresión de vida, paz y reconciliación.
Como parte de un equipo de la Iglesia Católica, a través de la Fundación Instituto para la Construcción de Paz -Ficonpaz- en el Valle del Cauca, tuvimos el privilegio de acompañar una jornada de ‘arropamiento’ en torno de un proyecto con enfoque restaurador que se ha gestado alrededor de la búsqueda de personas desaparecidas y cuyos restos mortales están posiblemente dispuestos en un sector anexo en el Cementerio Central de Palmira.
En un gran mural trabajado bellamente sobre la parte frontal del cerramiento de este cementerio se lee: “Nos juntamos para encontrarlos”, y justo al lado, en medio de flores y mariposas coloridas, se destaca otra frase: “Solo desaparece quien se olvida”.
Ya traspasando la entrada principal salta a la vista un gran movimiento interno tanto de personas como de materiales, especialmente alrededor de un área, sobre una esquina del lugar, en la que hombres y mujeres, en medio de un abrazador sol del mediodía, o cuando toca incluso bajo la más pertinaz lluvia, van dando forma a una estructura de osarios en los que deberán ser dispuestos, luego de su plena identificación y una entrega digna a sus familiares, los restos de cientos de personas cuyos despojos mortales ya han sido ubicados y recuperados como parte del proceso de búsqueda.
Pero esta tarea, que en cualquier caso reviste una enorme importancia para una sociedad que ha padecido la desaparición forzada en muchos contextos, incluidos el conflicto armado, tiene el enorme mérito de tener a firmantes del Acuerdo de Paz de 2016 (exfarc) y comparecientes ante la JEP de antiguos miembros de la Fuerza Pública, como sus dos protagonistas principales. Se trata de una experiencia única en Colombia, en la que integrantes de bandos enfrentados violentamente en el pasado, hoy suman manos, sensibilidades y compromisos para encontrar a víctimas civiles de las que sus familias nunca volvieron a saber, lo cual incluye también la búsqueda de excombatientes ya muertos casi siempre en combate y de cuyo paradero final no se tiene noticia, ni por parte de sus allegados y muchas veces tampoco por cuenta de sus propios excompañeros.
Muy afortunadamente de este proceso están haciendo parte también organizaciones e instituciones que le dan soporte, como la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas -Ubpd- (en el contexto y con ocasión del conflicto armado), la Secretaria de Paz del Valle del Cauca, la Diócesis de Palmira (Pastoral Social), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), la Misión de Verificación de la ONU, la Corporación para el Desarrollo Regional (CDR), la Universidad del Valle, la Alcaldía, el Consejo Territorial de Paz, Reconciliación y Convivencia de Palmira, entre otros.
La desaparición forzada es una de las tantas expresiones dolorosas del conflicto y las violencias. Su magnitud en Colombia supera en mucho los registros que en otros momentos se dieron en contextos de dictaduras militares en países como Chile o Argentina hace ya muchos años.
El esfuerzo restaurativo, en el marco de transiciones de la guerra y los conflictos hacia la paz, la convivencia y la posibilidad de construir y creer en un destino compartido, tiene que ver con recobrar los vínculos de confianza y solidaridad entre víctimas, ofensores y comunidades.
La de Palmira está siendo, sin duda, una experiencia digna de reconocer, apoyar y ser imitada.
Especialista en Cultura de Paz y Derecho Internacional Humanitario y Ciencia Política y Resolución de conflictos. Ha trabajado con instalacias del gobierno nacional, departamental y local así como entidades internacionales en temas de Convivencia, Reconciliación y Memoria Histórica. A estado en las transiciones de la guerra en varias naciones como Nicaragua y El Salvador y acompañó el proceso de reintegracion a la vida civil del M19 en Colombia