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Marco Rubio
Rubio se proclama como un auténtico optimista: la era más próspera y segura en la historia de la nación americana, afirma, está ahora al alcance de nuestras manos.
Ha sido un seguidor intelectual de Donald Trump y no sé si un inspirador. Así lo muestra su libro ‘American Dreams, Sueños Americanos, restaurando la oportunidad económica para cada uno’. Es una especie de explicación de MAGA, sigla que en español traduce ‘Hagamos otra vez de Estados Unidos el país grandioso’. Publicado por Sentinel en 212 páginas trae un índice temático que parece ser una guía del programa de Donald Trump y creo que el capítulo más relevante, ahora, es el epílogo que comienza en la página 185, que se refiere casi exclusivamente a la política exterior de los Estados Unidos, a lo que debe ser su papel en el mundo y a la manera como su política exterior debe incidir en hacer grandioso a su país. Y colocarlo en el primer puesto en todos los órdenes. Marco Rubio es el nuevo Secretario de Estado.
Es muy crítico de los regímenes autoritarios en América Latina, Cuba, Nicaragua , Venezuela. Y tiene planteamientos fuertes sobre lo que debe ser la relación de Estados Unidos y China y, en esta materia, fija su opinión sobre hasta dónde debe llegar la presencia e influencia de China en el hemisferio occidental.
Propone un replanteamiento del sistema educativo que en algún momento fue una marca de éxito de los Estados Unidos, pero que ahora debe no sólo adaptarse sino diseñar un nuevo modelo que le otorgue el liderazgo que se requiere en el Siglo XXI, el cual Rubio ve como una gran oportunidad que no se puede perder. Innovar y apropiarse de las más avanzadas tecnologías es un factor definitivo para que Estados Unidos recupere y mantenga la grandeza que le corresponde.
Todo ello implica un replanteamiento del comercio exterior. Y una nueva concepción de todo el sistema regulatorio para que este no se convierta en un obstáculo a la iniciativa de los empresarios y al dinamismo de la economía. Recuerda lo que significó el Contrato con América promovido por un congresista de Georgia hace varias décadas y lo que el propio Rubio ha venido promoviendo en la Asamblea de La Florida o en el Senado americano. Como que insinúa un nuevo Contrato con América y se diría con el mundo. Es que no cree que las instituciones y las soluciones del Siglo XX sean las que más convengan para las oportunidades que ofrece el Siglo XXI.
Rubio se proclama como un auténtico optimista: la era más próspera y segura en la historia de la nación americana, afirma, está ahora al alcance de nuestras manos. Y todo lo que hay que hacer, añade, es lo que realizaron en tiempos anteriores nuestros padres que nos legaron la nación más excepcional de la historia de la humanidad. Eso es lo que nos corresponde, dice, dejarle a nuestros hijos.
Trump tiene en Rubio un mensajero auténtico de su concepción del nuevo mundo que quiere construir y para el cual está convocando personalidades muy capaces guiado por la experiencia de Elon Musk, y reconociendo que se equivocó en la selección de muchos de sus funcionarios en su anterior presidencia. Es conveniente apreciar lo que puede representar la significativa presencia del hombre más rico del mundo y más creativo, audaz, innovador, el señor Musk, en esta segunda administración. Es un ejercicio que ya están haciendo revistas y periódicos de influencia internacional.