Columnista

La última en papel

Mientras damos la bienvenida a la realidad que tanto nos predijeron, despidamos con honores ese privilegio encantador que ha sido leer el periódico en papel...

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Paola Guevara, columnista
Paola Guevara, columnista | Foto: El País

15 de sept de 2025, 01:20 a. m.

Actualizado el 15 de sept de 2025, 01:20 a. m.

He leído en este entrañable diario, que pronto dejará de aparecer la edición impresa entre semana, así que es bastante posible que esta sea mi última columna en papel de los lunes, al menos en esta casa periodística.

Se volvió obsoleta la frase de Vargas Llosa en La Fiesta del Chivo: “El papel es la única manera que el hombre ha encontrado para sostener lo que es, lo que piensa, lo que quiere ser”. Tomamos nota: el mundo ha encontrado otras maneras.

Ignoro si a muchos impactará el gran cambio esperado, pues es apenas obvio y previsible que los medios se adapten a la exigencia de los modernos tiempos y se valgan de la tecnología para dar un salto cuántico que cuida los recursos y expande los alcances.

Otros, más retro, más vintage, más análogos, entre los cuales me incluyo, sentimos que acaba una era. Empieza otra, ojalá muy larga y exitosa. Pero, de forma inevitable, sí acaba una era de pulpa celulosa vegetal, de ese papel que Octavio Paz llamó “silencioso confidente”.

Así que mientras damos la bienvenida a la realidad que tanto nos predijeron, despidamos con honores ese privilegio encantador que ha sido leer el periódico en papel, y hacerlo para que sea publicado en papel. En los dos lados de la cadena he estado, para fortuna inmensa.

Leerlo en papel ha sido pasar los dedos por esa textura cierta, que le imprime suavidad hasta a los hechos más duros. Leer caprichosamente de atrás para adelante o de abajo para arriba; guardar entre libros recortes de columnas o noticias que, años más tarde, uno encuentra como tesoros cubiertos de pátina amarilla.

Hacer un periódico en papel ha sido aún más bello y desafiante: elegir la foto indicada entre miles de opciones, hasta dar con esa que hará parte de la historia impresa. Preocuparse porque el color de la tinta no fue fiel, enojarse con el señor de scanner que no actualizó el pie de foto y tener dolor de cabeza por los errores, porque “lo escrito, escrito está”.

Alegrarse porque la impresión salió bonita, y sentir que el diseño que inventamos fue un homenaje a esa materia prima (papel), que no solo servía para meter letras y datos, sino para que valiera la pena, desde el espléndido terreno de las artes gráficas, el sacrificio de árboles canadienses.

Elegir ese título que hará pensar, sonreír, emocionarse o aterrizar los pies en la tierra; pero no solo con palabras, sino en un juego diario de tipografía, paleta de colores, ángulos, inclinaciones, proporciones, para que cada día el lector recibiera no solo verdad y justicia, sino además armonía y belleza.

Claro que cosas más interactivas y modernas pueden lograrse en la web, pero la gráfica editorial, lo impreso en 2D, tiene una magia muy única. No se trata de una competencia entre dos mundos, pues quien siempre debe ganar es el lector, en el formato que fuese.

Hoy domingo escribo esta columna, consciente de que el lunes 15 de septiembre volverá a convertirse en papel, tinta, foto, pero no será una columna como las otras, como las de siempre. Será la última en papel y eso la emparenta con una criatura jurásica que desaparece. Mis bisnietos no podrán creer cuando les cuenten que su ancestra (es decir, yo) publicó pensamientos en rotativa.

Por eso esperaré al repartidor de prensa desde muy temprano, asomada a la ventana, con impaciencia; recibiré el periódico con el asombro que solo les cabe a las últimas veces; abriré la sección de Opinión a la que un día me invitó el querido y admirado Luis Guillermo Restrepo, y que la adorada Vicky conservó generosa.

Recortaré y enmarcaré esta columna; clavaré una puntilla y la colgaré para verla de reojo, hoy y siempre, cuando salga por la puerta de casa, como recordatorio de un tiempo dorado, absolutamente luminoso, que me hizo dichosa y honrada de aparecer en una esquinita de la (pre) historia editorial. Ahora sí, que venga el futuro.

Paola Guevara (Cali, Colombia). Escritora, periodista, editora y columnista de Opinión. Sus novelas 'Mi Padre y Otros Accidentes' (autobiográfica) y 'Horóscopo' (ficción), publicadas en español por Editorial Planeta y traducidas al italiano por Cento Autori, están en proceso de llegar al cine. Tras 21 años de destacada trayectoria en importantes medios de comunicación escritos nacionales y regionales, como Revista Cambio, Cromos, Casa Editorial El Tiempo o El País Cali, entre otros, desde el año 2022 es Directora de la Feria Internacional del Libro de Cali. Asesora en Protocolos de Familia, conferencista, gestora de proyectos editoriales y coach de escritura creativa, en la actualidad vive en Cali y escribe su tercera novela.

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