Inyección Salsera

La orquesta se llama Inyección Salsera. La conforman diez trabajadores de la salud, entre enfermeros, fisioterapeutas, visitadores médicos, instrumentadores quirúrgicos. También estudiantes de música del Instituto Popular de Cultura. Cada fin de semana se presenta en Tienda Vieja, en el sur de Cali.

La orquesta la fundó el enfermero Edwin Collazos, durante la pandemia del Covid–19. Edwin trabaja en la Unidad de Cuidados Intensivos de una clínica de la ciudad, y en uno de esos días en los que el coronavirus cobraba la vida de decenas de pacientes, se dijo: “Se me van a pasar los años y no voy a cumplir mis sueños”.

En aquella época de pandemia, abrumado por la muerte, Edwin tomó las congas y comenzó a tocar. La música había sido su refugio durante la infancia y la adolescencia, y volvió a ella en el confinamiento.

“Fíjese, qué hace que fue Navidad, y ya estamos en Semana Santa. La vida se pasa muy rápido, y no nos damos cuenta”, dice, como recordando las enseñanzas que le ha dejado el ver morir a tantos pacientes en una UCI, quienes solo querían un poco más de tiempo.

Edwin nació en Cali, pero creció en Palmira. Allá sus abuelos, en el barrio San Pedro, tenían un sitio que se llamaba Arnul. Era un aguaelulo, un baile de cuotas, donde su abuelo tomaba el timbal y llamaba la atención de todos. Desde entonces, Edwin se sitió atraído por la música.

Durante su adolescencia se dedicó a alcanzar el sueño de convertirse en un gran intérprete, pero la industria no es fácil. No encontró un lugar. Proveniente de una familia de escasos recursos, le ofrecieron una beca para que estudiara enfermería en un momento difícil y Edwin la aprovechó. Ya completa 20 años ayudándole a los pacientes de las Unidades de Cuidados Intensivos de Cali a ganarle la batalla a la muerte, ganar un poco más de tiempo para cumplir los sueños, sin abandonar el amor por la música.

Mientras estaba en la UCI de la clínica, en pleno apogeo del covid, Edwin le propuso a un compañero, también enfermero, que empezaran a tocar. Lo mismo les propuso a otros trabajadores de la salud. Como el grupo no estaba completo, el trombonista Camilo Rojas (músico de los Manyoma), le sugirió que incluyera a estudiantes del IPC que tienen gran talento, pero no dónde demostrarlo. Así nació Inyección Salsera.

“Con las mismas manos que salvamos vidas, hacemos música. Y en lugar del miedo a las inyecciones, que tiene tanta gente, queremos decir: inyectamos alegría, inyectemos salsa. Llevamos mensajes de esperanza”, dice Edwin, quien por estos días busca apoyos para grabar las dos primeras canciones de autoría de la orquesta: ‘Lucía’ y ‘Pa los barrios’.

La primera es la historia de una muchacha que se enamora de un amor imposible; la segunda es una canción en la que se nombran los sitios de rumba en Cali.

En su carrera como enfermero, Edwin se ha encontrado entre sus pacientes a músicos reconocidos a quienes les ha contado sobre la orquesta y lo han animado a seguir adelante. Uno de ellos es el maestro Leandro Ramos, del Conjunto Chaney, o Caliche Sabogal, timbalero de Yury Buenaventura.

“Ellos me decían ‘Edwin, dale con la orquesta, los muchachos tienen talento. Y ya hoy, después de cuatro años, Inyección Salsera tiene una sonoridad, un trabajo establecido”.

Alguna vez Edwin tuvo como paciente a don Jonás Cardona, el propietario del Rancho de Jonás. Mientras daba una ronda por la habitación de la clínica tarareando una canción, don Jonás le preguntó si le gustaba la música. Edwin le contó su historia. Don Jonás al final le dijo una frase que Edwin jamás olvidó: “Si uno no lucha por sus propios sueños, se entierran con uno. Nadie más va a hacerlo. Si usted quiere ser músico, tener una orquesta, trabaje para lograrlo”.

Fue don Jonás, en su Rancho, el que le dio la primera oportunidad de presentar la orquesta, después de tocar muchas puertas en Cali. Ahora Inyección Salsera se presenta en Tienda Vieja, también de la familia Cardona, así a veces Edwin tenga que llegar corriendo desde la clínica con su uniforme de enfermero.