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Hay petróleo para rato
El gran esfuerzo de la industria petrolera hoy es descarbonizar su operación hasta hacerla neutra en emisiones y capturar CO2.
La demanda de petróleo y gas se va demorar en disminuir más de lo esperado; por lo tanto, la producción mundial de estos hidrocarburos continuará aumentando por lo menos hasta el 2040. Esta es una de las conclusiones centrales de CeraWeek, el encuentro anual de los cacaos y los gurúes de la energía a nivel mundial, cuyo tema en esta ocasión era la ‘Transición Energética Multidimensional’.
La razón principal que explica este cambio de pronósticos, es que los anteriores análisis pecaron de optimismo y subestimaron el crecimiento de la demanda total de energías (en plural, no solo de hidrocarburos) en el mundo, de manera que, aunque se espera un gran crecimiento de la oferta de Fuentes de energía No Convencionales Renovables (Fencr), este no será suficiente para satisfacer la creciente demanda de energía.
Según las proyecciones de la oficina de Administración de Información de Energía (EIA) del gobierno norteamericano, en los próximos 25 años el consumo mundial de energía pasaría de 638 a 855 trillones de BTUs (TBTUs; un crecimiento de 221 TBTUs, o 34 %. Por su parte, en un escenario en que las nuevas tecnologías permitan disminuir los costos de las Fencr, la oferta de estas crecería 145 %, pero en volumen solo serían 147 TBTUs, es decir que queda un faltante de 74 TBTUs que sería cubierto en parte con energía nuclear, pero sobre todo con petróleo y gas.
Son tres los impulsores del mayor consumo de energías, y están relacionados a avances en la electrificación de la matriz energética: uno, el crecimiento poblacional, dos, el desarrollo económico de los países pobres y de ingreso medio y tres, el incremento explosivo de los centros de datos y la inteligencia artificial (IA).
En cuanto a la población mundial, se espera que, con un crecimiento moderado de 0,7 % anual, pase de los 8 billones actuales a 9.6 billones. A pesar de los avances tecnológicos que hagan más eficiente el uso de la energía, esa nueva población usará más transporte, electrodomésticos y servicios que se mueven con energía.
El desarrollo económico y la salida de la pobreza de miles de millones de personas en las próximas décadas, implicará que tengan acceso a electricidad, que dejen de usar leña para cocinar, que tengan sus propios medios de transporte, en fin que su calidad de vida se acerque a la del mundo desarrollado. El consumo de energía per cápita en África e India es de 17 y 27 millones de BTU respectivamente, mientras que en Estados Unidos es de 297 y en Canadá 377 millones de BTU. La transición energética justa significa recortar esas diferencias, pero implica un gran crecimiento de la demanda de energía.
Finalmente, las proyecciones anteriores no incluían la explosión de la computación. Hoy en Estados Unidos los centros de datos representan el 4 % de la demanda total de electricidad y se estima que para el final de la década consuman más energía que Suecia. Por su parte las necesidades de computación de la IA requerirán la misma energía que consume Holanda.
Que haya petróleo y gas para rato no implica que se abandonen los objetivos de reducir emisiones. El gran esfuerzo de la industria petrolera hoy es descarbonizar su operación hasta hacerla neutra en emisiones y capturar CO2. Además la sustitución de carbón por gas será la otra contribución a la sostenibilidad de la oferta de energía.