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Guasón

En noviembre del 2019 publiqué en este mismo espacio, una columna sobre esta película.

13 de octubre de 2024 Por: Carlos E. Climent
Carlos E. Climent
Carlos E. Climent | Foto: El País

Hoy la publico nuevamente para recordar con nostalgia una joya del cine. Esta vez en ocasión del estreno de Guason 2, a mi manera de ver, destinada a confirmar una popular maldición: Nunca segundas partes fueron buenas.

“Un perturbador terremoto emocional que cuestiona al establecimiento y del cual nadie sale ileso”.

“Que el relato de la tristísima vida de sufrimientos e injusticias de un enfermo mental con una historia infantil de maltrato y abuso, se haya convertido en una de las películas más taquilleras de todos los tiempos, es en sí mismo un hecho extraordinario”.

“Pero es que el film cuenta, además, con muchos aspectos a su favor entre los que hay que destacar: en primer lugar, a Joaquín Phoenix que tiene asegurado el Oscar de la Academia por una actuación verdaderamente impresionante. Y luego está todo lo demás, una soberbia realización cinematográfica, un guion impecable, una fotografía espléndida y una música que te levanta de la silla”.

“Guasón es alguien esencialmente bueno, pacífico y solitario con un grave trastorno mental a quien las circunstancias perversas logran terminar de enloquecer”.

“La película revela la forma como una mente frágil puede deteriorarse por la injusticia, el abandono y el maltrato de una sociedad insensible, hipócrita y violenta. Muestra a un empleador que lo explota sádicamente, a unos “compañeros” de trabajo que lo traicionan y se burlan de su condición mental, a una madre perturbada y perversa que lo engaña y manipula toda la vida, a un Estado representado en un sistema médico cruel que no lo escucha sino que lo abandona a su propia suerte y a una sociedad que no pierde la oportunidad de agredirlo. Atrapado en una sin salida y sin nada que perder, cualquier cosa es mejor que una vida de anomía absoluta. Sin la ayuda de los psicofármacos que aliviaban su ideación psicótica y con los cuales lograba un precario equilibrio emocional, acorralado por un mundo cada vez más cruel e injusto, se defiende de brutales ataques y ante un estado ausente, termina haciendo justicia por su propia mano”.

“Los detractores de esta película la acusan de reivindicar la violencia armada e incitar a la protesta civil y a los tiroteos. Cuando en realidad los actos de violencia protagonizados por Guasón son una respuesta a las agresiones que recibe de todos los frentes”.

Otros detractores aprovechan la oportunidad para reiterar que los pacientes mentales son el verdadero peligro de la sociedad con lo cual desnudan su insensibilidad hacia el sufrimiento humano, configurando en esa actitud el mayor acto de violencia”.

“Lo que no se puede negar es que la película se anticipó a los levantamientos de todo el mundo contra un establecimiento injusto y desigual que considera a los que protestan como unos payasos resentidos a los que hay que acabar”.

“Todd Phillips genera una polémica al respecto de algo real sobre muchos aspectos de la conflictiva vida contemporánea sobre los cuales nadie debería estar tranquilo”.

“Desde la perspectiva de mi especialidad, lo que mejor revela esta película es el rechazo, el desconocimiento y los prejuicios que a todos los niveles siguen existiendo hacia los enfermos mentales”. 5 años después, y a pesar de las voces que cada vez se oyen con más fuerza, todo sigue más o menos igual.

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