Columnistas
El porvenir del catolicismo
Hay quienes ven en estos hechos el anuncio de una decadencia irreversible, la antesala de la virtual desaparición de la iglesia católica, del complejo y variado universo eclesiástico del cristianismo.
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19 de dic de 2025, 02:30 a. m.
Actualizado el 19 de dic de 2025, 02:30 a. m.
Creo que estas fechas, en las que celebramos jubilosamente el nacimiento de Jesús de Nazareth, son buenas para reflexionar sobre el porvenir de la iglesia católica, tan asediada en tiempos recientes por la corrupción en el seno de la curia vaticana y por la oleada de denuncias de pederastia que involucran a sacerdotes y prelados en muchos países del mundo. Hay quienes ven en estos hechos el anuncio de una decadencia irreversible, la antesala de la virtual desaparición de la iglesia católica, del complejo y variado universo eclesiástico del cristianismo. Yo no comparto este pronóstico sombrío. Y menos aún después de ver en Netflix la película Puñaladas por la espalda.
De entre los muertos, dirigida por Rian Johnson, tercera entrega de una saga iniciada en 2019 con Knives Out. Para mí es una prueba de que el catolicismo es todavía capaz de inspirar logros artísticos relevantes. Como lo fue en el pasado, como lo demostró la desbordante fecundidad artística del barroco, derivada de las tesis sobre la Propaganda Fide, aprobadas por el Concilio de Trento celebrado en el siglo XVI. La película de Johnson es virtuosa desde el punto de vista estético, pero acaso lo es más por su ética. Nos cuenta la historia de unos asesinatos cometidos en una parroquia del estado de Nueva York, a cargo de monseñor Wickler, un prelado muy ambicioso y corrupto, que ejerce de manera despótica y a la vez subyugante su poder sobre las almas de su feligresía. Y con quien terminará enfrentándose Jud Duplencity, un joven sacerdote subordinado de Wicler, cuando se une a la investigación de dichos asesinatos llevada a cabo por el detective privado Benoit Blanc.
La investigación saca a la luz los planes demoniacos de Wicler, que pretendió fingir su muerte, resucitar y convertirse en un cura carismático y militante, tal como son ahora los pastores pentecostales. También pone al descubierto la doble moral de ciertos parroquianos, en especial la de Martha, la secretaria de Wicler. Y escenifica la tensión entre las creencias cristianas de Jud y el escepticismo y el racionalismo de Blanc. El desenlace resulta revelador y a la vez redentor. Muestra la insuficiencia del racionalismo, cuando Blanc se declara incapaz de resolver el enigma de los asesinatos, que solo pueden resolverse si Jud abandona su papel de investigador y asume el de cura, para escuchar la confesión de quien tiene la clave de los mismos.

Historiador y crítico de arte. Profesor de la Unviersidad Europea de Madrid y corresponsal de la revista ArtNexus en España. Es columnista del diario El Pais de Cali desde 1994.
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