Columnista
Convivir con la neurodiversidad
Muchos genios fueron incomprendidos en su momento por sus comportamientos de insularidad, rigidez, dificultad para verbalizar y socializar: Einstein, Da Vinci y Newton, son ejemplos.
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14 de sept de 2025, 01:39 a. m.
Actualizado el 14 de sept de 2025, 01:39 a. m.
En ‘Oiga, Mire, Lea’ 2025, en la Biblioteca Jorge Garcés Borrero, me correspondió hacer la presentación de ‘El bosque blanco’ del escritor Juan Diego Jaramillo Hernández. Es una compilación de cuentos maravillosamente redactados, con descripciones impecables, inspirados en la mitología y en sucesos históricos.
El caleño, de 29 años, se graduó en literatura en la Universidad Autónoma de Bucaramanga con la distinción Cum Laude. Mi reto como entrevistador era no solo hacer conocer la obra, sino también al autor, quien hace parte del espectro de Asperger, una forma de autismo, lo cual muchas veces implica dificultades en la comunicación verbal ante un auditorio nutrido.
Me interesé en el desafío, leí sobre este síndrome y tuve una conversación previa con el joven escritor. Debo confesar que es uno de los retos más interesantes que me han correspondido porque implicaba sumergirse en otra manera de ver el mundo, la cotidianidad, la literatura, la comunicación, los sentimientos, para concluir que quedé admirado por la calidad humana y profesional de Juan Diego y de su familia.
Fortunosamente, cada vez hay mayor apertura y comprensión frente a estas características de diversidad neurológica. Muchos genios fueron incomprendidos en su momento por sus comportamientos de insularidad, rigidez, dificultad para verbalizar y socializar: Einstein, Da Vinci y Newton, son ejemplos. Obviamente, el tema no es de poca inteligencia ni de nivel cultural.
En la literatura y en el arte también hay ejemplos maravillosos de autistas exitosos: Hans Christian Andersen, solitario, marginado, con comportamiento obsesivo; Virginia Woolf, quien se demoró mucho en hablar y extrema timidez; James Joyce, Emily Bronte o Lewis Carroll. Entre los famosos de hoy, son reconocidos la nobel activista Greta Thunberg, el actor Anthony Hopkins, la cantante Susan Boyle y el padre de Tesla y Space, Ellon Musk, quien reconoció en 2021 el diagnóstico de autismo.
Queda claro que tener una neurodiversidad no implica tener menos capacidad que el promedio de nuestros interlocutores, basta reconocer las diferencias, que no estamos obligados a tener un entorno de seres similares y que el respeto y la comprensión deben estar siempre listos para abrir los brazos y la mente a personas neurodiversas.
Otro aprendizaje que la vida me ha dado es que en casi todas las formas de neurodiversidad con las que he compartido por mi vinculación al Instituto Tobías Emmanuel ITE, es que estas personas están superdotadas en bondad. Por ello, todos los esfuerzos del ITE para trabajar en la inclusión laboral de personas con discapacidad cognitiva se han visto retribuidos en el aporte al clima laboral en las muchas empresas que en Cali nos han abierto sus puertas para vincular personas neurodiversas.
Además de la humanización en las relaciones laborales, este personal ha agregado valor: son perfeccionistas, rigurosos, obsesivos con las buenas prácticas y carentes de maldad. En la relación con el público, la clientela termina amándolos y aplaudiendo a la empresa que los vincula.
Casualmente, en este 2025, el Instituto Tobías Emanuel cumple 60 años y en octubre tendremos varios eventos muy interesantes. El Congreso de Discapacidad Intelectual, con temas tan pertinentes como el amor y la sexualidad, el arte o ‘que pasará cuando faltemos’ los padres de estos jóvenes.
También tendremos la cena ‘De Mil amores’ en el Club Colombia para apoyar la sostenibilidad de los programas. Mayor información en el cel 3137590368 o en comunicaciones@tobiasemanuel.org o en el link https.//tobiasemanuel.org/. No duden en acercarse a estos temas, pues nuestro mundo sería mejor con más personas neurodiversas en el entorno.