Columnistas
Concertación y reactivación
Un equipo nuevo de ministros en sectores básicos debe responder de inmediato a esa urgencia, que el propio presidente demanda con angustia.
El tema de la reactivación económica del país está en el primer punto del orden del día de la agenda nacional. Los indicadores muestran señales fehacientes de que es necesario acudir a la urgencia para diseñar procedimientos que nos lleven más allá del escenario de apenas sobreaguar, pues una expectativa de crecimiento económico para este año entre el 1,5% y el 1,7% realmente es muy baja, más si se tiene en cuenta que la inflación está por 7,18% y que el desempleo sigue por encima del 10%.
Esto nos indica que a los sectores productivos hay que ponerles motores repotenciados, si es que queremos sobreponernos a la adversidad. El país entero ha saludado los diálogos que se han abierto con los sectores económicos, y su vez las conclusiones del grupo gremial sobre lo que se hace necesario hacer para que pueda existir la tan anhelada reactivación.
Creo que hay que fijar la atención en los sectores más apremiantes, sobre los cuales se debe actuar para propiciar un clima favorable y estimulante, que lleve a generar la motivación necesaria y suficiente para que el compromiso aflore en torno a un ambiente de trabajo de mejoramiento continuo.
La primera responsabilidad está en el gasto público de inversión, para que sea posible mejorar la ejecución, pues esos dineros represados en el presupuesto nacional, deben estar impulsando las obras, generando consumo de materiales y ampliando las posibilidades de empleo. Un equipo nuevo de ministros en sectores básicos debe responder de inmediato a esa urgencia, que el propio presidente demanda con angustia.
Se debe pensar también con premura en el sector de la construcción, pues sus bajísimos índices de desempeño, han significado que los constructores hayan parado y que las expectativas de vivienda se vean aplazadas para muchos colombianos. Y no podemos olvidar que aquí está la fuente de empleo masiva, para el sector de la mano de obra no calificada, que es el más numeroso y necesitado.
Y una de las claves está en lograr que la inversión privada salga a estructurar proyectos que generen inversión, producción y empleo. Para ello, hay que construir climas de confianza, en donde se deben concertar procedimientos, para que los capitalistas puedan entender con claridad que sus inversiones van a estar dentro de un plano de seguridad y confianza. De lo contrario, la fuga de capitales, o los capitales adormecidos, seguirán imponiéndose, mientras que la economía pierde inmensas oportunidades.
Los índices de bajo recaudo de impuesto están atados a menos inversión y a menos producción, así que las finanzas públicas resultan ser las primeras afectadas.
El país saluda entonces esas mesas de trabajo; la clave está en explorar los desacuerdos y en lograr puntos de entendimiento que permitan construir los nuevos escenarios. Allí estará a prueba el liderazgo.
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