Columnistas
Agenda moderna, país posible
Colombia no puede darse el lujo de quedarse quieta, somos un país con una profunda vocación emprendedora.

19 de jul de 2025, 03:22 a. m.
Actualizado el 19 de jul de 2025, 03:22 a. m.
Colombia tomó una decisión ambiciosa al ingresar a la Ocde. No solo se trataba de hacer parte de un grupo de países que comparten buenas prácticas y altos estándares de política pública a nivel global, sino adoptar una agenda moderna de transformación productiva que exige eficiencia institucional, formalidad, innovación empresarial, educación pertinente y sostenibilidad, todo ello como pilar del desarrollo. Esta agenda es un marco de referencia riguroso, necesario para cerrar brechas y dar el salto hacia una economía más competitiva y conectada con el mundo. En esa tarea el sector privado es protagonista porque los empresarios generan oportunidades junto a instituciones que los acompañan para articularse y generar capacidades.
El reciente Foro de Desarrollo Local de la Ocde en Barranquilla, es un hito al ser la primera edición fuera de Europa y ratificó algo fundamental: el crecimiento debe construirse desde el territorio, con visión de largo plazo. Ante ese escenario, Colombia no puede darse el lujo de quedarse quieta, somos un país con una profunda vocación emprendedora. Según el estudio del Global Entrepreneurship Monitor, el 23 % de adultos colombianos está en fase temprana de creación de empresas, una de las más altas en Latinoamérica.
Necesitamos que esta energía se traduzca en longevidad empresarial. En 2019 se crearon más de 300 mil empresas, y cinco años después, solo una de cada tres sigue activa, muy por debajo del promedio de la Ocde, donde seis de cada diez empresas logran mantenerse. Más allá de crear empresas, el verdadero reto está en lograr que perduren y crezcan, y ahí el tipo de organización jurídica marca la diferencia: el 96,8 % de las empresas que logran avanzar en su desarrollo son personas jurídicas.
La movilidad empresarial, entendida como la capacidad que tienen las empresas de superar su tamaño, es un concepto en el que debemos concentrar todos los esfuerzos. Para la Ocde, las empresas no son solo un motor de innovación, sino también detonadores de oportunidades para la sociedad. En Colombia, apenas el 6,5 % del tejido empresarial muestra movilidad, una cifra que nos obliga a preguntarnos: ¿Qué debemos hacer para que más empresas crezcan y permanezcan? Necesitamos generar ecosistemas empresariales enfocados en facilitar el acceso al crédito, la cualificación del talento humano y la incorporación de la innovación en los procesos empresariales.
La Ocde ha sido clara: necesitamos reducir la informalidad, cerrar brechas de productividad y diversificar nuestra matriz exportadora. En ese sentido, las Cámaras de Comercio no han sido espectadoras, más de 130 mil empresas se han fortalecido a través de programas de desarrollo empresarial, y se han generado más de 100 mil empleos formales derivados de las iniciativas
productivas acompañadas. Se trata de una economía en movimiento, con tejido empresarial que se transforma y se proyecta cuando cuenta con el apoyo correcto.
Ese es el país posible al que debemos aspirar. Uno donde hacer empresa sea una apuesta sostenible y se cuente con las condiciones para crecer, y donde el talento calificado, la innovación y la formalidad sean un camino viable para todos. Pertenecer a la Ocde nos ofrece una ruta clara, el resto depende de nuestra determinación colectiva para convertir los desafíos en oportunidades y hacer del sector empresarial el verdadero motor del progreso.