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Explosión de carro bomba en el centro de México deja tres policías heridos
Guanajuato fue escenario de dos atentados en las últimas horas.
Por AFP
Tres policías resultaron heridos este jueves, 24 de octubre, por la explosión de un coche bomba en el estado mexicano de Guanajuato, uno de los más golpeados por el crimen organizado, informaron las autoridades, que reportaron además enfrentamientos en el sur del país.
El vehículo estalló en la mañana frente a la sede de la secretaría de Seguridad Pública del municipio de Acámbaro, señaló la institución en sus redes sociales. Tres policías resultaron lesionados, uno de ellos de gravedad.
El atentado causó además daños a cuatro viviendas y siete vehículos.
Una segunda explosión fue reportada más tarde en la cercana localidad de Jerécuaro, también en Guanajuato, provocando daños materiales en inmuebles aledaños.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo en su habitual conferencia de prensa que la Fiscalía General se hará cargo de las investigaciones por el ataque en Acámbaro, mientras la gobernadora de Guanajuato, Libia García, anunció el despliegue de policías y militares.
Las explosiones en Guanajuato se produjeron simultáneamente con enfrentamientos armados en la población de Tecpan de Galeana, en el estado de Guerrero, también sacudido por las acciones de bandas dedicadas al narcotráfico y la extorsión, entre varios delitos.
Aunque el gobierno local no entregó aún un balance ni detalles de los choques, imágenes del sitio dejaban ver a un policía aparentemente fallecido al lado de una patrulla.
“Las autoridades se trasladaron de inmediato al lugar para prestar auxilio a la ciudadanía”, dijo la secretaría de Seguridad Pública local, que anunció el despliegue de policías estatales y soldados para reforzar la vigilancia.
Los incidentes de este jueves se producen en medio de una escalada violenta en los estados de Sinaloa (noroeste) y Chiapas (sur), donde el domingo pasado fue asesinado el sacerdote indígena y defensor de derechos humanos Marcelo Pérez.
Sinaloa es escenario desde hace dos meses de una guerra entre facciones del cártel de Sinaloa, que deja dos centenares de muertos, incluidos 19 presuntos delincuentes abatidos el pasado lunes por militares.
Estado más violento
Guanajuato, un próspero centro industrial que alberga además algunos populares destinos turísticos como la ciudad colonial de San Miguel de Allende, es considerado actualmente el estado más violento de México, según estadísticas oficiales de homicidios.
La violencia criminal allí es consecuencia del conflicto entre el cártel local Santa Rosa de Lima y el Jalisco Nueva Generación, uno de los grupos criminales más poderosos del país.
El estado -gobernado por el partido conservador PAN- suma 1.863 homicidios en lo que va de este año y unas 2.787 personas desaparecidas, de acuerdo con cifras oficiales.
Es una de las regiones donde el gobierno de la izquierdista Sheinbaum ha anunciado que buscará disminuir los índices de violencia.
El 4 de octubre pasado, 12 cadáveres fueron hallados en distintos puntos de la ciudad de Salamanca, Guanajuato.
Un día antes, cuatro personas murieron y otras cinco resultaron heridas en un ataque contra un centro de internación para personas que sufren adicciones en esa misma ciudad.
Estrategia contra el crimen
En tanto, Guerrero es uno de los estados mexicanos más afectados por la violencia de los cárteles de la droga, por su ubicación estratégica sobre las costas del océano Pacífico.
El 6 de octubre, Alejandro Arcos, alcalde de la capital estatal, Chilpancingo, fue decapitado apenas seis días después de haber asumido el cargo. Su cabeza fue colocada en el techo de un vehículo.
Sheinbaum anunció el pasado 8 de octubre su estrategia contra el crimen organizado, que incluye el fortalecimiento de la Guardia Nacional, la atención a las causas de la violencia como la pobreza, labores de inteligencia y la coordinación con los gobiernos locales.
Al mismo tiempo advirtió que a México “no volverá” la guerra al narco, en referencia al polémico operativo militar antidrogas desplegado en 2006, que ha dejado más de 450.000 asesinatos y unos 100.000 desaparecidos.