El impresionante video de una Virgen María ‘llorando’ en plena misa

Una vez más, el mundo se encuentra intrigado por lo que algunos creen ser una aparición milagrosa. En esta ocasión, ha surgido un video en las redes sociales que supuestamente muestra a la Virgen María llorando en plena misa en una iglesia en México.

Los eventos relacionados con apariciones religiosas siempre han suscitado una amplia gama de interpretaciones y opiniones. Para algunos, estas manifestaciones son señales divinas o auténticos milagros, mientras que otros buscan explicaciones más racionales y científicas para estos fenómenos.

En los últimos días, un video ha estado circulando en las plataformas de redes sociales, capturando la atención de numerosos usuarios. En la grabación se puede observar la imagen de la Virgen de los Dolores en la Catedral de Cristo Rey, en México, con lo que parecen ser “lágrimas” en sus ojos.

El video, compartido el pasado 9 de julio, ha generado un intenso debate entre los fieles y la sociedad en general. A medida que la noticia se difunde, los comentarios se multiplican. Algunos espectadores son escépticos y cuestionan la autenticidad del fenómeno, sugiriendo que podría tratarse de una manipulación digital debido a la calidad de la imagen y el movimiento de la cámara.

Lo que dicen en redes sociales

Un usuario en las redes comentó: “No sé si es por la resolución y el hecho de que el que filma mueve mucho la cámara, pero me da la impresión que también mueve sus labios y los ojos. La iglesia ante estos casos siempre es muy reservada y rara vez concede este tipo de manifestaciones como auténticas”. Otro usuario expresó su escepticismo al mencionar: “Dudo mucho que sean lágrimas, si alguna vez visitaron Huejutla saben que eso es sudor”. También hubo quien destacó la naturaleza sorprendente del suceso al comentar: “Estas cosas siempre ocurren en pueblos que nadie nunca ha escuchado”.

La controversia en torno a este video que muestra a la Virgen María aparentemente llorando refleja las diferentes perspectivas y creencias de las personas. Mientras algunos encuentran en ello una confirmación de su fe y una muestra de lo divino, otros buscan evidencia más sólida antes de aceptar la posibilidad de un milagro.

La oración a la virgen para pedir ayuda en momentos difíciles

La creencia en la Asunción de María tiene sus raíces en las enseñanzas y la devoción temprana de la Iglesia. Aunque no hay evidencia bíblica directa que respalde la Asunción, los escritos y las tradiciones posteriores de la Iglesia primitiva contribuyeron a su desarrollo. A lo largo de los siglos, la devoción a María creció y se fortaleció, y la Asunción se convirtió en un elemento esencial de esta veneración.

Esta es la oración:

“Oh María, Virgen Inmaculada plena de gracia, muéstrate a nosotros, dulce Reina, Madre de todos los pueblos, ruega por nosotros, ven a nosotros, amorosa y tierna Señora, y, desde los Cielos, donde fuiste elevada por Dios, guíanos, protégenos, cuídanos y ampáranos”.

“Virgen María, llena nuestras vidas de salud, paz y bienestar, y ya que eres poderosa abogada del que implora tu favor, recíbenos con cariño en tus dulces brazos y guárdanos con amor en tu amoroso Corazón. Ya ves que a tus pies llegamos con afecto e ilusión implorando nos cubras con tu manto de amor, danos serenidad, llena nuestros corazones de paz y aleja de nosotros todo temor, incertidumbre y dolor”.

“Madre Santísima, acerca mis suplicas al Señor, pide al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo me ayuden en mis aflicciones, en mis angustias y penas, que me den cuanto antes los medios necesarios para salir de tan difícil y desesperada situación y me concedan lo que pido por tu poderosa mediación: (pedir con inmensa fe y esperanza lo que se desea obtener)”.

“Virgen Madre del Señor, Madre amorosa mía, desde el sitio de honor que ocupas en las Alturas, recoge mis humildes y sinceras peticiones y con tu habitual bondad ruega sean escuchadas, consigue que sean atendidas favorablemente pues sabes que lo necesito cuanto antes en mi vida”.

“Te amo y venero Señora bendita, Virgen Asunta a los Cielos, en tus manos deposito mi vida y en ellas dejo mis deseos, Tú que nunca dejas sin respuesta a quien a Ti acude, torna mis tristezas en alegrías y mis llantos en sonrisas. Gracias Virgen pura e Inmaculada por estar a mi lado noche y día y darme tu amparo. Amén”.