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El impactante relato de un joven que sobrevivió al ataque de Hamás en Kibutz
El adolescente de 16 años tuvo que permanecer junto a los cadáveres de sus padres durante la ofensiva del grupo extremista Hamás en Israel.
Tras la horrible guerra que se libra por estos días entre Palestina e Israel, son cada vez más las historias que los sobrevivientes cuenta sobre este terrorífico momento. Uno de ellos fue, Rotem Mathias, un adolescente israelí-estadounidense que sobrevivió milagrosamente al asalto terrorista de Hamás.
Según el joven de 16 años, tuvo que soportar los momentos más angustiosos de su corta vida, debajo del cuerpo fallecido de su madre, quien fue asesinada a tiros por el grupo extremista, junto a su padre.
Durante ese tiempo, él y sus padres, corrieron a resguardarse en un pequeño búnker construido para protegerlos de los misiles que eventualmente pudieran bombardear Israel. Sin embargo, no contaban con que el enemigo los emboscaría despiadadamente.
Según Rotem Mathias, su padre Shlomi Mathias, fue el primero en morir, pues trató de impedir que los despiadados hombres ingresaran a la habitación, pero estos abrieron fuego contra la puerta que sostenía Shlomi. En consecuencia, perdió un brazo, y posteriormente fue acribillado a tiros. La misma suerte corrió su madre, Debbie Mathias, quien le gritó a su hijo que se lanzara al piso, mientras ella también era baleada, la mujer cayó sobre su hijo, que ante la ráfaga de fuego, resultó herido en el estómago. Sin embargo, aterrado bajó su respiración tanto como pudo, y se quedó inmóvil.
“Lo último que dijo mi padre es que había perdido el brazo. Luego mi madre murió encima de mí”, dijo el adolescente a la cadena ABC News. No obstante, dijo que logró salvarse en dos ocasiones de los tiradores, a quienes escuchó reírse, pues durante 30 minutos se quedó debajo de su madre y se hizo el muerto, tras ese tiempo, corrió para refugiarse debajo de una cama y, finalmente, esconderse bajo una manta en el lavadero contiguo.
Milagrosamente, y tras haber recibido un disparo en su abdomen, el chico quedó vivo y fue atendido en un hospital cercano, donde fue dado de alta el martes.
“Solo dejé de respirar. Bajé la respiración todo lo que pude. No me moví y estaba aterrorizado. No hice ningún ruido. Recé a cualquier dios. No me importaba qué dios. Sólo recé a un dios para que no me encontraran”.
Antes de conseguir que Rotem llegará hasta un hospital, el joven notificó a sus familiares, a través de un chat, la muerte de sus padres y su estado de salud, por lo que, el cuñado de Deborah Mathias, Shani, su esposa e hijas, apoyaron a Rotem a distancia durante ese tiempo. A la llamada, los familiares lograron unir a un médico, quien preguntó por la gravedad de la herida y el nivel de hemorragia.
Según relató Shani a otro medio local, fueron “muchas horas antes de que llegaran los soldados. Rotem estaba sangrando. Se rindió varias veces. No sabía si iba a sobrevivir o no”.
No obstante, a la par de ese suceso, las otras dos hermanas de Rotem Mathias, Shir, de 21 años, y Shakked, de 19, se escondían en sus propias habitaciones anti bombas. Ambas vivían a pocos minutos de sus padres. Fueron ellos quienes previamente las llamaron para que se resguardaran y les advirtieron de que no abrieran sus puertas.
“Todo lo que oíamos eran disparos y gente gritando y bombas que estallaban, coches que explotaban”, contó la mayor de los Mathias, recordando que se tuvo que esconder durante más de 12 horas.
“Es como si cerraras los ojos y pensaras que estás en una sala de cine. Luego abres los ojos y te das cuenta: Estoy en mi habitación. Estoy en mi casa. Esto es real. Podíamos oír misiles volando hacia abajo. Podíamos oírlos silbar y explotar. Era una locura. Nunca había oído nada igual. Era aterrador”, dijo a una recorrida agencia de noticias.
Lo mismo ocurrió con Shakked, la joven de 19 años, quien en vista de que nadie acudía a su rescate, se armó de valentía, agarró lo que pudo, y fue en busca de su hermana. “Preparé una bolsa lo más silenciosamente que pude, corrí al apartamento de mi hermana y llamé a su puerta. Pensó que era una terrorista. La llamé por su nombre y me abrió la puerta. A partir de ese momento, estuvimos juntas. Y lo primero que le pregunté fue: ‘¿Crees que... ¿Mamá y papá están muertos? ¿Crees que nuestro hermano está bien?”.
No obstante, por poco no fueron sorprendidas por los milicianos, quienes caída la noche alumbraban ventana por ventana, en busca de sobrevivientes para exterminar.
Antes de aquella fatídica noche, las hermanas recordaron la despedida de sus padres, quienes estaban al tanto del plan que tenían las jóvenes para asistir a un concierto de Bruno Mars. “Antes de irme a casa, mamá me dijo: ‘Adiós. Diviértete mañana. Yo le dije: ‘Gracias, te quiero’. La abracé y abracé a mi padre”, contó Shir.