UNIÓN EUROPEA
Acuerdo del Brexit ya tiene luz verde
Analistas creen que aunque quedan por definir las condiciones en que se dará la salida del Reino Unido de la UE, lo que ya es un hecho es que se producirá.
El Brexit luce inevitable. Tras tres años de diatribas y de discusiones, de negociar dos acuerdos con la Unión Europea (UE) que fueron rechazados en cinco oportunidades por el Parlamento, de dos elecciones generales anticipadas y de dos primeros ministros, todo parece indicar que el próximo 31 de enero el Reino Unido dejará la Unión Europea de una vez por todas.
Hace poco más de una semana, la nueva Cámara de los Comunes (Cámara baja) aprobó, con 358 votos a favor frente a 234 en contra, el pacto que en octubre pasado el primer ministro, el conservador Boris Johnson, firmó con Bruselas para dejar el bloque del que forma parte desde 1973 de manera organizada.
¿Cómo se debe interpretar la decisión del Parlamento? “El Brexit va y a estas alturas no debería quedar ninguna duda”, afirmó la experta en marketing electoral y catedrática de la Universidad de Navarra (España), Carmen Beatriz Fernández, quien agregó: “Podría haber alguna duda entorno a los tonos grises, a los matices, a cuál será su intensidad, pero más allá de esto no debería haber alguna duda razonable de que el Brexit va”.
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Razones para dudar
Más allá de lo complicado que han resultado las negociaciones entre Londres y Bruselas, así como que los propios británicos se pusieran de acuerdo sobre lo que estaban dispuestos a aceptar, hay otros motivos para dudar que el Brexit se produzca, pues aunque Johnson fue uno de los impulsores de la opción de la salida, durante el referendo en 2016 solo se decidió a última hora por respaldar esta opción e incluso barajó la posibilidad de apoyar la permanencia, de acuerdo a documentos publicados meses después.
No son pocos entre las filas de su propio partido que achacan este giro a pura estrategia para poder escalar y hacerse con el poder -lo cual terminó haciendo casi cuatro años después- y no a convicciones.
Asimismo, durante la campaña para la consulta sobre el Brexit, el controvertido político, quien llegó a ser Alcalde de Londres entre 2008 y 2016, mintió descaradamente a los electores, al asegurarles que de producirse la salida el sistema de salud pública podría recibir 250 millones de libras (290 millones de dólares) semanales que se destinaban a pagar la membresía británica a la UE. Y más recientemente también realizó declaraciones que no pudo mantener como que jamás pediría una nueva prórroga para ejecutar la salida, lo cual terminó haciendo a regañadientes el 31 de octubre.
Pese a todo esto, Fernández cree que el Mandatario sí cumplirá con el slogan de su campaña “hagamos el Brexit”.
“Johnson ha sido caracterizado como un mentiroso patológico. Durante la campaña por el Brexit y para las elecciones generales hubo evidencias muy sustentadas. Sin embargo, una cosa es mentir en campaña, que por más cuestionable que sea se hace con una finalidad electoral, y otra muy distinta es mentir al electorado con tu promesa fundamental”, dijo, y agregó: “El Brexit es la única propuesta que Johnson vendió en su campaña y por eso en buena medida ganó las elecciones, por esa claridad en sus conceptos”.
En similares términos se pronunció el investigador del Real Instituto Elcano de España, Miguel Otero Iglesias, quien escribió: “Brexit finalmente se convertirá en Brexit, aunque lo verdaderamente kafkiano de toda esta saga es que después de tres años y medio de debates, nadie realmente sabe en qué va a consistir el Brexit”.
La histórica decisión del Parlamento demuestra que la estrategia del Jefe de Gobierno funcionó, pues nada más ver cómo a principios del otoño perdía la mayoría en el anterior Legislativo y que su acuerdo con Bruselas no solo no era aprobado, sino que los diputados opositores y algunos disidentes de sus filas querían forzarlo a convocar otro referendo para consultar a los británicos si en realidad querían dejar la UE. Johnson comenzó a presionar para conseguir que se convocaran nuevas elecciones, para conseguirlo debió pasar por el mal rato de ver como pasaba el plazo que se había fijado para materializar el brexit, el 31 de octubre.
Sin embargo, los electores le perdonaron esto y lo premiaron por su claridad, mientras castigaron con dureza la ambigua posición del principal partido de la oposición, el Laborista, cuyo líder, Jeremy Corbyn, aunque aceptó convocar otro referendo sobre el asunto de ganar las elecciones, anunció que no pediría el voto por ninguna de las dos opciones.
“El Brexit fue un terremoto del sistema de partidos británicos, pues dividía profundamente a los partidos históricos británicos. Hoy tienes tories profundamente alineados con el Brexit y otros con la permanencia en la UE; y lo mismo pasa con los laboristas. Pero el Partido Conservador resolvió a las malas su problema de ambigüedad, porque bajo el liderazgo de Johnson se produjo esa sangría de 21 diputados expulsados que lideraban la postura de la permanencia. Esa ambigüedad no la resolvieron los laboristas, y los electores suelen castigar la ambigüedad”, señaló Fernández.
La polarización sigue
Aunque las elecciones parece que han allanado el camino para resolver el embrollo que acapara la agenda política, económica y mediática del Reino Unido, eso no significa ni de lejos que la polarización que este asunto genera haya desaparecido, pese al hecho que hoy los conservadores de Johnson tienen 365 de los 650 escaños en el Parlamento; es decir 39 más de los necesarios para gobernar por su cuenta.
“Debajo del inmenso mar azul de los tories que cubre hoy el Reino Unido hay una marea de fondo muy intensa. En realidad, Boris Johnson sólo ha logrado 1,2 puntos porcentuales más de votos que (su antecesora) Theresa May, y si juntamos todos los votos de los dos partidos que tenían claramente en el manifiesto que querían salir de la UE (los Conservadores y el Partido del Brexit) la suma sólo nos lleva al 45,6 % del electorado”, agregó Iglesias.
Las formaciones que se oponen a la salida del bloque comunitario (laboristas, liberales demócratas, verdes y nacionalistas escoceses) lograron el 55% de los sufragios.
Sin embargo, por ahora Johnson puede cantar victoria y pasar las navidades tranquilo viendo como su principal promesa parece que ahora sí se cumplirá. Los problemas apuntan diplomáticos y economistas vendrán luego del 31 de enero, cuando Londres y Bruselas deban sentarse nuevamente a tratar de pactar su relación futura y ver como 46 años de interconexión, sobre todo comercial y financiera, no se rompe abruptamente. Para esto solo tendrán once meses
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Poco tiempo
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha mostrado preocupada por la viabilidad de las negociaciones sobre la relación entre la Unión Europea y Reino Unido tras el Brexit.
“Estoy muy preocupada por el poco tiempo del que disponemos”, dijo al diario económico francés ‘Les Echos’ Von der Leyen, quien tomó posesión del cargo a principios de diciembre.
Una de las tareas más urgentes de la nueva Comisión será fijar con Londres los términos de su relación con la UE tras su salida del espacio comunitario.
“No se trata sólo de negociar el acuerdo de libre comercio, sino de otros muchos temas. Ambas partes deberíamos preguntarnos si estas negociaciones pueden hacerse en tan poco tiempo”.