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Manuela Gómez, la campeona colombiana de canotaje, desafía en los Juegos Olímpicos de París 2024 el miedo al agua
Colombia hace historia en los Juegos Olímpicos de París 2024. Por primera vez participará en canotaje, con la antioqueña Manuela Gómez, quien hace parte de la liga del Valle del Cauca.
Manuela Gómez, la deportista que logró por primera vez en la historia clasificar a Colombia a unos Juegos Olímpicos en canotaje, le tiene miedo al agua.
– No voy a paseos para meterme a lagos, o piscinas, eso no es lo mío. Con el agua no me la llevo muy bien.
Una tarde de hace 12 años, cuando Manuela tenía 8, le pidió permiso a su mamá para tomar la canoa de la finca donde trabajaban sus padres e irse a pescar o a dar un paseo. Ya no recuerda el motivo del permiso. Su mamá le dijo que le preguntara a su papá.
– Si dice que sí, pues bueno.
El papá de Manuela estaba en el campo, guadañando. Cuando Manuela le pidió permiso, él no escuchó nada. Ella supuso sin embargo que le había dicho sí. Y se fue para el bote en el que llegaban a la finca, ubicada en una especie de isla en Rionegro, Antioquia.
– Cuando me fui a subir, puse un pie en el bote, y el otro se me quedó en la tierra. Tenía botas de caucho y me fui de espaldas al agua. Los vecinos de otra finca le empezaron a gritar a mi papá: ‘Don Darío, Manuela se está ahogando’. En ese momento se le apagó la guadaña, de lo contrario no hubiera escuchado. Él me dijo después que solo vio mi gorra flotando. Mi mamá entró en desespero. Mi papá dice que casi no me encuentra, debió sumergirse mucho. Yo desperté cuando me estaban sacando el agua. Estaba inconsciente. Desde eso le tengo miedo al agua.
Los botes de canotaje son livianos, inestables. Por eso es un deporte que se debe practicar en aguas tranquilas, sin oleaje ni vientos fuertes. Eso hace que, por ejemplo, el Lago Calima en el Valle del Cauca no sea un buen lugar para competir. Pese a las aguas mansas, en todo caso, siempre se está expuesto a caer. En una ocasión, Manuela se cayó del bote en una competencia en Chile.
– Fue horrible. No me gusta esa sensación, me dan ataques de pánico.
Es lunes, y Manuela acaba de terminar de cenar en Plovdiv, Bulgaria, el país europeo donde llegó con varias semanas de anticipación para adaptarse al cambio de horario y entrenar para las competencias de canotaje en los Juegos Olímpicos de París 2024. Eligió entrenar en Bulgaria porque allí están las pistas donde se han registrado los mejores tiempos. Además, acaba de ser la sede del Campeonato Sub - 23.
– Vinimos también para acompañar a unos compañeros en el torneo y remar con gente de muy buen nivel como preparación a los Olímpicos. Competimos el próximo 8 de agosto – cuenta Arlin Peña, el entrenador de Manuela, quien la conoce desde niña.
Ella continúa narrando su historia. Nació en Rionegro, Antioquia, el 20 de julio del 2000, y fue su padre el que le enseñó a remar en aquella canoa en la que debían llegar a la finca.
– Pero es muy diferente que en canotaje. No es lo mismo la remada para pasar un bote de un lado a otro que la remada en una competencia.
Aunque al principio, Manuela, que siempre ha sido deportista, jugaba microfútbol. Era su sueño, así no fuera aficionada de ningún equipo. Se inclinaba más por el Deportivo Independiente Medellín. Su pasión era la cancha.
Hasta que se abrieron pruebas de canotaje en el municipio y la profesora Lorena Saavedra, la expareja de Arlin, su actual entrenador, le sugirió que “probara”. Cada fin de semana, Manuela se desplazaba hasta el embalse de Guatapé y no hubo vuelta atrás.
Con Antioquia, Manuela compitió en canotaje hasta el año 2019. En 2020 el Valle del Cauca le hizo una invitación para que se uniera al equipo del departamento, con una oferta a la que no se le podía decir no: garantías para competir a nivel internacional.
– Valió la pena. Al Valle tengo mucho que agradecerle por las competencias internacionales que pude realizar. También debo agradecer el apoyo de la Federación de Canotaje y el Comité Olímpico.
El canotaje se abre espacio en Colombia. La Federación tiene una historia de casi 30 años y ya se han logrado algunas medallas importantes en centroamericanos, panamericanos y ahora la clasificación a los Olímpicos. El país tiene una enorme ventaja frente a potencias europeas: el clima. Los 365 días es posible practicar en el embalse de Guatapé, o en el lago Sochagota de Boyacá y otros más. En Europa, en cambio, hay meses donde las aguas se congelan.
Sin embargo, los deportistas colombianos tienen, por otra parte, una gran desventaja frente a los europeos: la inversión que se debe hacer para practicar canotaje es alta. Los botes son importados, como la mayoría del resto del equipo, y entre los impuestos y el costo del envío hace que, lo que en Europa cuesta tres pesos, en Colombia 20. Esa es la proporción.
– A veces los europeos pagan 3000 euros por un equipo, mientras que en Colombia pagamos hasta 8000 mil euros. Esa es una de las limitantes que pone al canotaje muy lejos de la mayoría de las personas, porque por otra parte hay mucho talento. Tenemos que buscar la forma de que el equipo para practicar el deporte no sea tan caro, ojalá que una empresa nacional haga los botes. Sin embargo, cada vez hay más apoyo de las ligas departamentales – cuenta el entrenador Arlin Peña.
En Colombia hay 12 ligas de canotaje. Las más fuertes son Bogotá, Antioquia, Valle, Boyacá, Santander, y más atrás vienen Cundinamarca, Chocó, Huila, Córdoba.
En sus inicios, recuerda Manuela, cuando no contaba con patrocinios ni apoyos económicos como atleta de alto rendimiento, debía ‘rebuscarse’ los recursos para remar. Salía con su mamá a arreglar fincas, a rastrillar, a coger tomate, a hacer aseo en hoteles.
Ahora, tras la clasificación a los Olímpicos, puede decir que vive del canotaje, un deporte que de alguna manera es como la natación: el objetivo es llegar lo más rápido posible remando en línea recta por una pista delimitada por boyas. Hay pistas de 1000 y 200 metros. Manuela rema en la de 200. La más reciente campeona olímpica los recorrió en 44.6 segundos.
El camino de Manuela para llegar a París 2024 fue largo. Comenzó en 2022 en los Juegos Bolivarianos de Valledupar, donde ganó en diferentes categorías una medalla de oro y una de bronce. Luego disputó los Juegos Suramericanos de Asunción 2022, donde ganó dos medallas de plata.
En los Panamericanos de Chile 2023, Manuela y Madison Velásquez ganaron para Colombia la primera medalla en la historia de los juegos en canotaje. Cuando la tuvo sobre su cuello, Manuela pensó en Alfonso, su abuelo, quien falleció en aquel año.
Unos días antes de la prueba definitiva para clasificarse a los Juegos Olímpicos de París soñó con él. Sucedió en el Campeonato Panamericano y Clasificatorio de las Américas de Canotaje en Sarasota, Estados Unidos. Manuela ganó la medalla de plata en la prueba c1 200, con un tiempo de 49 segundos.
– Nunca había estado tan nerviosa para una competencia como ese día. No dormí bien, estaba ansiosa, nerviosa, asustada. Por más que respiraba para tranquilizarme, no lo lograba. Era una zona donde había tortugas, que me gustan mucho, y ¡también cocodrilos! Pero justo en el momento en el que yo iba a salir del partidor salió una tortuga. Verla me tranquilizó, le di el significado de que era una buena señal y entré en calma. En el sueño con mi abuelo me dijo que debía estar tranquila, que tenía que seguir trabajando por mis sueños. Yo creo que él ha sido una luz desde el cielo que no me ha dejado sola para alcanzar lo que anhelé siempre, llegar a los Olímpicos y seguir abriendo puertas para el canotaje en Colombia.
En el agua, cuando llega la fatiga, el cansancio, los mensajes de la mente que le dice que pare de remar, Manuela repite, como una especie de mantra: “puedo más, puedo más, puedo ser mejor, puedo ser mejor”.
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