Sandra Rodríguez, nueva comandante de la Policía en el Valle: “Cambio de comandancia no ha generado fracturas en los procesos”

Sandra Liliana Rodríguez, la niña que nació en Chiquinquirá, Boyacá, y soñaba con ser docente de historia, es desde el martes pasado la nueva comandante de la Policía en el Valle del Cauca.

En Buga, en medio del caos que trae una posesión y juramento a la bandera, la nueva comandante de la Policía en el departamento le prometió a El País que ese mismo día iría hasta la sede del periódico en Cali para contarnos quién era ella. Así fue, dos horas después de haber juramentado, allí estaba.

La coronel Sandra tiene 31 años en la Policía. Es experta en seguridad, criminología y victimología. Es la primera mujer en la historia que ocupa este cargo y ya sabe cuáles serán sus retos y líneas de trabajo.

¿Cómo le comunicaron que debía asumir las riendas del departamento de Policía Valle?

Al tomar el mando, el general Carlos Triana y su equipo de trabajo nos reunió a todos los oficiales y, en una mesa de trabajo y coordinación, él impartió todos los lineamientos institucionales para su gestión y fue allí donde nos designó el nuevo cargo que desempeñaríamos. Allí me notificaron que sería la nueva comandante del departamento de Policía Valle.

Tener este cargo es un orgullo y me llenó de alegría porque es muy gratificante tener ese voto de confianza del mando institucional.

¿Qué le pidió el general Carlos Triana al asignarle el departamento de Policía Valle?

En la reunión él enmarcó la problemática de la región. Se habló de temas de seguridad, de convivencia ciudadana y me explicó cuál es la gestión que debo adelantar, enfocándonos en una Policía mucho más cercana y confiable al ciudadano. Además, tenemos que ser menos corruptibles porque aún hay, desafortunadamente, episodios que manchan el buen actuar de muchos de nosotros.

¿Por qué decidió ser Policía?

Yo salgo del bachillerato y mi primera aspiración fue ser docente. Buscaba estudiar ciencias sociales porque quería ser profesora de historia y, en esa búsqueda que hacía como joven, encontré gracias a los caminos que nos marcan Dios y el destino, la Escuela General Santander. Cuando estuve en este lugar pude ver cómo funcionaba la Policía Nacional y presenté mi carpeta.

Al principio fue complicado porque no conocía mucho de la institución; sin embargo, presenté las pruebas y pasé. Mis padres me apoyaron en la determinación que tomé y hace 31 años estoy en la Policía. Estos años han sido los mejores de mi vida personal y profesional, y si hoy retrocediera el tiempo volvería a tomar esa misma decisión. Volvería a ser Policía.

¿Cómo es ser mujer en la Policía Nacional de Colombia?

Ser mujer en la Policía es una lucha constante consigo misma, pero también una lucha constante en el derrotero de querer demostrar las capacidades que tiene una mujer en la institución. La Policía Nacional, a través de los años, ha incorporado muchas mujeres que han ocupado diferentes cargos.

A través de la historia las mujeres han tenido varios roles en la Policía, y eso ha permitido que cada vez haya más en las especialidades que tenemos. Hoy hay mujeres en todas las especialidades, en Policía judicial, Inteligencia, grupos operativos, vigilancia, parte administrativa y muchas son pilotos.

Considero que el papel que cada una de nosotras ha desempeñado en sus cargos, es lo que ha permitido que cada vez más haya mujeres en la institución.

Estar al mando de la Policía Valle representa un voto de confianza del mando institucional. También representa esa responsabilidad que tengo por servir a los ciudadanos, pero sobre todo el formar un equipo de trabajo con los uniformados para romper las cadenas criminales que hay en nuestra región.

Queremos que la ciudadanía pueda confiar en la institucionalidad, en la efectividad de la Policía y en cada uno de sus integrantes. Buscamos ir de frente contra la delincuencia, pero que también la gente perciba que lo que hacemos en materia operacional recaiga sobre ellos, pues podemos hacer muchas capturas y operativos, pero si la ciudadanía se sigue sintiendo insegura, no hay ese equilibrio que necesitamos lograr. La percepción de seguridad tiene que ir a la par de los resultados.

¿Cuáles fueron los pedidos que le hizo la Gobernadora del Valle?

Ha sido muy enfática en la lucha total de los delitos que afectan la seguridad. Sin embargo, ha hecho mucho énfasis en el tema de la extorsión y el tráfico de estupefacientes porque son dos fenómenos que desencadenan otros delitos.

La venta y el tráfico de estupefacientes son el eje circundante de los demás delitos como el homicidios, el hurto en todas sus modalidades y hasta la violencia intrafamiliar. Nosotros queremos que la extorsión tenga un índice menor.

Conjunto con los alcaldes de los diferentes municipios de la región, quienes reciben información de primera mano, debemos incentivar la denuncia para que la Policía y la Fiscalía podamos articularnos y activar toda la etapa procesal e investigativa requerida con el fin de poder detener a los delincuentes.

¿Cuál será su primera acción al mando de la Policía Valle?

Nosotros tenemos priorizados cuatro municipios del departamento que son Buenaventura, Cartago, Palmira y Tuluá.

En estos lugares vamos a tener un componente de comando situacional, lo que significa que habrá unas capacidades en territorio que estarán allí para optimizar las cápsulas de investigación y de inteligencia, todo con el fin de oxigenar el servicio de Policía para tener resultados inmediatos contra la criminalidad.

Esto no significa que los demás municipios del Valle se descuidarán porque estaremos haciendo actividades tangenciales en Andalucía y otras ciudades. Vamos a tener el control de todo el departamento.

¿Qué sabe sobre la llegada del Clan del Golfo a nuestro departamento?

Nosotros sabemos que hay unas disputas por el territorio en ciertos lugares del departamento para controlar la economía a través de actividades ilícitas.

Vamos a ser contundentes con estos grupos que están afectando la seguridad de los ciudadanos.

La Gobernadora dijo que el tiempo que estuvo el anterior comandante de la Policía Valle (14 meses), general Giovanny Cristancho, fue muy corto y que su salida “genera inestabilidad y afecta la continuidad de políticas que están dando resultado”. ¿Usted qué opina al respecto?

Nuestra dinámica institucional sufre este tipo de efecto cuando hay estos movimientos.

La dinámica de la jerarquía debe hacer estos movimientos y, desde mi punto de vista, los procesos no rompen porque por eso nos sentamos con la Gobernadora, ella mostró su hoja de ruta, me enseñó muchas cosas del departamento y, bajo esos derroteros, armamos nuestros propios planes de trabajo.

Las líneas de trabajo gruesas siguen siendo las mismas. No hay una ruptura, por el contrario se fortalecen los trabajos.

Yo espero estar mucho más tiempo al frente de la Policía Valle, pero hay dinámicas que desafortunadamente no se pueden dar y ocasionan este tipo de cambios. Eso sí, no hay fracturas de procesos y por el contrario se van a reforzar muchos de ellos.

Nosotros, como cualquier otra organización, tuvimos tres días de empalme con el general Cristancho y él me explicó todo muy bien. Miramos componente por componente. Uno aquí no llega, se instala y ya.

¿Cuáles fueron los tres puntos que se le quedaron en la mente luego del empalme con el general Cristancho?

Él dijo que le quedaron algunas cosas pendientes. Una de ellas fue agilizar mucho más los procesos investigativos con la Fiscalía para, de manera rápida, sacar algunos casos. No es fácil porque se debe recolectar todo el material probatorio, entregárselo al fiscal para que el proceso se vaya con toda la fuerza y que el juez tome una determinación de medida intramural.

El segundo punto tiene que ver con las visitas a los territorios, pues debemos llevar toda nuestra oferta institucional a estos lugares de la mano de la Gobernación.

Finalmente, y no menos importante, me dijo que le había quedado pendiente mejorar mucho más el bienestar de nuestro personal porque ellos requieren unas condiciones para prestar el servicio.

El martes pasado entregamos un nuevo comando de Policía en Buga y eso hace parte de nuestro bienestar. Allí habrá, entre muchas otras cosas, un componente habitacional para los uniformados de turno, para quienes están de manera transitoria o para las comisiones que llegan a apoyarnos en fechas especiales. Habrá restaurante, gimnasio y área administrativa. Además, hay un espacio para el ciudadano. El policía no es una máquina de trabajo, sino que es una persona que debe encontrar un lugar donde dormir o algo que comer. Las grandes empresas se preocupan por su componente humano y nosotros no podemos ser inferiores a ello.