Alias Gafas: “La Comisión de la Verdad debería haber investigado qué fue lo que en realidad pasó en la Operación Jaque”

Por Winston Viracachá, especial para El País

Alexander Farfán, alias Gafas, fue el hombre de las Farc que custodió a Ingrid Betancourt, a los tres ciudadanos de Estados Unidos y a otros militares que fueron liberados en la Operación Jaque. Pese a que hace tres semanas la Jurisdicción Especial para la Paz lo expulsó del sistema especial, el Gobierno lo nombró gestor de paz.

Aquí responde por qué fue nombrado gestor de paz y dice que la Comisión de la Verdad debería haber revelado lo que, según él, ocurrió en realidad durante la Operación Jaque, desarrollada por las Fuerzas Militares en el 2008.

¿Hace cuánto sabía que lo iban a nombrar gestor de paz?

Hace más o menos mes y medio me habían notificado, pero por la negligencia del Inpec no me habían podido dejar en libertad.

¿Cuál será su función?

Gestor de paz es la figura que se utilizó para poder que yo saliera de prisión, porque no hay otra figura para quienes salen como delegados a la mesa. Es una misión muy grande que hay que tratar de cumplirla al máximo.

¿Cuánto tiempo ha estado en prisión?

Fui capturado el 11 de diciembre del año pasado y duré nueve meses detenido.

¿Por qué no se vinculó al Proceso de Paz que firmó el Gobierno en 2016?

Yo salí en el proceso de paz pasado y firmé, pero como el Gobierno no cumplió tocó volver, dos años después de la firma, a tomar las armas.

Creo que después de que uno tiene en la cabeza una formación ideológica y sabe para dónde va, considero que no es difícil tomar la decisión de volver a tomar las armas, lo complicado es aprender a entender por qué es que hay que luchar y eso yo lo tengo claro. Ahora se viene un proceso de paz nuevo. Ojalá que se le dé cumplimiento, porque si no se le da cumplimiento mucha gente volverá a retomar las armas.

Eso sí, hay que aclarar que no es porque queramos volver a armarnos porque la guerra no es buena, la guerra es muy bonita, pero solo por la televisión y en películas porque nadie va a querer que le maten o le hieran a un compañero.

¿A qué edad ingresó a las Farc?

Eso fue el 11 de febrero de 1988. Fue un día después de haber cumplido 15 años.

¿Por qué decidió vincularse a este grupo?

Por las injusticias que uno ve en el campo y por la falta de oportunidades. Allá no hay opción de estudiar y mucho menos para otras cosas que son de vital importancia para cualquier ciudadano.

¿A esa edad usted sabía que, si ingresaba a ese grupo, podía asesinar a alguien o que a usted lo podían matar?

Uno no piensa en matar. Yo nunca he matado, pero en el ir y venir de las balas, yo en una trinchera y el soldado en la otra, uno nunca sabe si le dio a un palo o le dio a alguien. Yo, por lo menos, puedo decir que no he matado porque no me consta.

¿Cuántas veces le ha hecho el quite a la muerte?

Creo que en varias ocasiones. La que más recuerdo es cuando me capturaron en la Operación Jaque, solamente esperaba que me tiraran del helicóptero. Primero pensamos que era la Cruz Roja Internacional y después se declaran que son el Ejército, allí pensamos que nos iban a tirar del helicóptero.

Ese día me colocaron corriente y no podía moverme.

Hay muchas teorías alrededor de la Operación Jaque, pero usted qué sabe al respecto ¿en realidad los infiltraron?

La realidad la voy a dejar para decirla en el momento adecuado. Por ahora creo que los que deberían haber dado respuesta a eso era la Comisión de la Verdad, pues fue creada para que se buscara la verdad dentro del conflicto. Si yo me pongo a decir lo que sé, porque estuve allí y conozco la verdad, sería ahorrarle trabajo a ellos, entonces dejemos que ellos lo hagan.

Una de las teorías es que les ofrecieron dinero. ¿Es verdad?

Nunca me ofrecieron dinero. Así me hubiesen ofrecido no lo habría aceptado. En las Farc, cuando uno ingresa lo hace para aportar a la lucha revolucionaria y no por plata. Ningún revolucionario de la guerrilla recibe sueldo y no hay plata de por medio.

¿Dónde nace el apodo de gafas?

Ese apodo me lo colocan prácticamente allí, en la Operación Jaque. No sé por qué. Utilizo gafas desde el año 1996.

¿Qué le dice a quienes rechazaron su nombramiento como gestor de paz, entre ellos Ingrid Betancourt?

Yo pienso que si estamos hablando de paz y colocar trabas a algo tan anhelado por el pueblo colombiano, es estar en contra de lo que el pueblo quiere. La mayoría de los ciudadanos quieren paz, y quienes le coloquen trabas, por una u otra razón, están en contra de eso.

Entonces que después vengan a darse golpes de pecho en los medios de comunicación y a decir que están hablando de paz mientras le colocamos trabas, no está bien.

Más que crean en mí, es que crean en la paz que este país necesita, independientemente de si me quitan mañana y colocan a otra persona. No interesa quien esté, hay que apostarle a la paz de Colombia.

Por: Winston Viracachá / Especial para El País