OBRA DE TEATRO
'Taxímetro adulterado', la obra de teatro del actor Ramiro Meneses
Ramiro Meneses hizo un receso en Master Chef para presentarse hoy en el Teatro Jorge Isaacs.
Esta noche Ramiro Meneses estará a cargo de un nuevo menú, pero no precisamente gastronómico, su nuevo plato será la comedia ‘Taxímetro adulterado’, que servirá a los comensales caleños en el Teatro Jorge Isaacs, a las 7:00 p.m.
La invitación es para ir en pareja, en combo, pero no solo, porque es importante tener a alguien para comentar o a quien codear.
¿Cómo surgió la obra ‘Taxímetro adulterado’?
Fue creada por un amigo para su esposa y para mí. La comenzamos a ensayar en la sala de mi casa de diez de la noche a una de la mañana. Poco a poco le fuimos tomando amor, cuando vimos la respuesta de la gente. La estrenamos en EEUU., donde el público latino es muy variado, y nos dimos cuenta de que era universal. Es divertida, amena, tiene responsabilidad en su mensaje y sus personajes son buenos seres humanos, deja una reflexión.
¿Cuál ha sido la mejor y la peor historia suya en un taxi?
Un día en Roma, un taxista me quiso cobrar más de lo que era por una carrera de pocas cuadras. Aunque yo no hablaba italiano, sabía que me estaba estafando. Él me decía ‘Chincuenta mile lire’, y yo ‘no, así no es’.
Y la mejor, no sé si fue la mejor, pero fue muy especial cuando tomé un taxi en Colombia y el conductor me decía: ‘¿Te acordas de mí? Soy el peludo’. Ahora él estaba calvo y me juraba que habíamos estudiado juntos, contándome un montón de anécdotas que yo sí recordaba, pero a él nunca lo pude reconocer. Sin embargo, fue muy especial rememorar esos episodios de mi vida en el colegio a través de él.
Han pasado más de 30 años de ‘Rodrigo D No Futuro’, ¿cómo fue el futuro de Ramiro después de esta película que le abrió las puertas de la actuación?
Aunque para Rodrigo no hubo futuro, para Ramiro sí, se hizo día a día, con disciplina, estudio, muchas capacitaciones. Cuando terminó ‘Rodrigo D’ y me quedé sin trabajo, le pedí a Víctor Gaviria (director), que me contratara en la película. Después de protagonizarla, fui asistente en la misma en postproducción. Cuando me volví a quedar sin trabajo, Victor me volvió a contratar. Mientras tanto, estudiaba fotografía en la Cámara de Comercio de Medellín. De ahí en adelante hubo mucho estudio, mientras aprendía otras disciplinas. Siempre con mucha pasión y dedicación.
¿Pero antes de la actuación, estaba la música, verdad?
Por la música llegué a Rodrigo D. Si no es por las benditas baquetas que tenía en la mano durante la audición, ellos no se hubieran tomado la molestia de mirarme. Yo no llamaba la atención para nada. Creo que no le caía ni bien al pobre Víctor.
“De Cali me gusta todo, el buen humor de su gente; tengo dos exesposas caleñas. Y la ciudad tiene un olor a bosquecito, una humedad que cautiva”. Ramiro Meneses, actor.
¿Está de acuerdo con el término de ‘actor natural’ que usan para referirse a los de las películas de Víctor Gaviria?
No precisamente, porque la gente no sabe que antes de estar en pantalla, los actores que trabajan con Víctor han estado en un taller intensivo como de un año, no solamente actoral, sino también para familiarizarse con los equipos. Con el método de Víctor me fui a Bogotá, pero no me funcionó porque quería aplicar en la televisión lo que había aprendido con él y allá si tocaba aprenderse los libretos. Con Víctor uno los interpretaba .
Ha contado que en la reciente versión de Café con Aroma de Mujer, ya venía preparando el papel de Carlos Mario desde mucho antes de que se lo dieran. ¿Es este su método de trabajo?
Así es. Yo no espero a que me llamen para empezar a analizar y estructurar el personaje. Uno lo ve en la calle y en las situaciones que tiene la gente a nivel personal. Yo baso mi trabajo en la observación, no juzgando mis personajes. Si entro a juzgarlos me vuelvo político, y no puedo serlo en la elección de mis papeles.
¿Qué disfruta más entre actuar, escribir, hacer música, dirigir, producir y pintar?
Todo, porque si no me enamora, me aburro. Cuando el tedio toca las puertas de mi casa o de lo que hago, me doy cuenta que es mejor dejar descansar ese espacio. Hace 7 años no pinto, hago trazos, pero no más. En MasterChef mientras que tenía la oportunidad, hacía dibujos que luego regalaba, pero hacía mucho que no tomaba un lápiz. Mi intención no es ser famoso ni que me reconozcan. Busco el prestigio, que es lo que me da la siguiente parada de bus. Lo que me dice, ‘usted lo hizo bien, puede seguir’.
¿Cómo le va en su rol de papá de Melibea?
Estoy orgulloso de mi hija, aunque orgulloso suena entre pretencioso y común, soy muy afortunado de tener una hija con criterio en sus relaciones y en sus opiniones políticas. Que no sigue mis criterios ni los de su mamá (Margarita Ortega). Creo fervientemente en que le he dado una buena ciudadana al universo.
¿Qué le gusta del teatro?
La comunión que hay entre lo que se ve y lo que se siente. El teatro es un espacio como cualquier otro, en donde solo está el artista. Y de ahí en adelante, lo que quieras existe. Esa parte de la creación es mágica. Hay algo que escribí que responde a esto: El actor adquiere madurez al completar cada función.
‘Taxímetro adulterado’ se presentó en Medellín y Bogotá por largas temporadas, y pasó por Santa Marta. Esta es su segunda presentación en Cali. En La Florida (EEUU) alguien que la vio, compró los derechos.
Semifinalista en MasterChef
¿De dónde viene su sazón?
Siempre he tenido un buen rollo con la cocina aunque no me gusta seguir los pasos. La sazón viene de mi mamá quien hacia empanadas muy buenas. De eso vivimos un muy buen tiempo y hago unas muy buenas, hasta que en MasterChef empezaron a decir ‘oooootra vez’.
¿Qué tal la pelea con Isabella Santiago?
Es como una relación de hermanos. Podemos enojarnos pero después tenemos que trabajar juntos. En algunos momentos nos tenemos que ayudar. En muchas ocasiones incluso la escogí para trabajar con ella. El tiempo dirá quien sale beneficiado.
¿Qué le ha parecido lo más complejo al cocinar?
Los trabajos de horno son muy difíciles, porque es verdad que a la salida se te quema el pan. El éxito del programa es impresionante. Cuando salgo, siempre me piden fotos. La gente ya no es fan del personaje, lo es de la persona.