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Luis Fernando Cabezas, el mítico bailador que recorre las calles y salsotecas de Cali con su muñeca del chachachá
El bailador y su muñeca son un ícono de la cultura popular caleña.

29 de jun de 2025, 12:32 a. m.
Actualizado el 29 de jun de 2025, 12:33 a. m.
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Luis Fernando Cabezas tiene 62 años, es conocido en el circuito de la salsa caleña como ‘El Gran Tony’, un bailador de la vieja guardia que jamás está solo, adonde llega para realizar sus shows está siempre acompañado de su muñeca del chachachá, como dice la canción de Celia Cruz.
Por más de 45 años, ha conservado esta singular forma de bailar que empezó en las casetas populares de las primeras versiones de la Feria de Cali.
El bailador cuenta que su nombre artístico se lo debe a Jaime Castro, el mítico ‘Jimmy Boogaloo’, animador de la salsoteca Honka Monka en los años 70. Antes de un show, este establecimiento lo bautizó como ‘El Gran Tony’, y así se quedó.

Luis Fernando creció en Buga, en un barrio donde existían tres bailaderos, allí conoció a los primeros bailadores y bailadoras, que lo impresionaron con sus pasos, por lo que comenzó a frecuentarlos hasta que una vez, una de ellas “me sacó obligado a bailar, y yo empecé a hacer un paso todo raro, y me empezaron a animar, diciéndome que yo tenía madera para esto”.
Convencido de su talento, empezó a ensayar más pasos mirándose al espejo y practicando de vez en cuando con las bailadoras del barrio, hasta que una vez el dueño de una caseta lo lanzó al ruedo, presentándolo como ‘El Luis XV de la Salsa’.
Ya radicado en Cali, Luis Fernando empezó a trabajar en una ebanistería, pero la abandonó cuando comprobó, en una ida a la calle quinta, que dando un show de baile en las salsotecas y casetas, la colaboración de la gente al final de la noche sumaba mucho más que su sueldo mensual.
“Seguí en la rumba, entonces hacía mis presentaciones en Cañandonga, La Manzana, Gusano Verde, La Jirafa Roja, y rematábamos en el bailadero de un americano, que quedaba en el sótano de un edificio en Imbanaco”, cuenta.

Durante varios años, sus espectáculos de baile los realizaba solo, una modalidad que gustaba mucho. Pero, una vez en Cúcuta, donde vivió un tiempo, asistió a un circo ecuatoriano y quedó impactado al ver un acto en el que un hombre salía con una muñeca ortopédica, “él bailaba con la muñeca, pero hacía movimientos muy simples, entonces yo me ingenié cómo hacer mi propia muñeca con partes de maniquís”.
“Me fui a un lugar donde vendían cachivaches de segunda, y encontré varias partes de la muñeca, una cabeza con peluca, el pecho de mujer, la cintura, que me vendieron muy barato, porque eso nadie se lo llevaba”, recuerda.
Después, Luis Fernando se las ingenió para hacerle el cuerpo con caucho-espuma, y movimiento de la cadera con un resorte. Por último, cosió él mismo los zapatos con cuero, de tal forma que los tacones de la muñeca quedaron pegados por la punta con sus coloridos mocasines de baile.

El primer show con su muñeca lo realizó en un balneario de Cúcuta, “eran como las seis de la tarde, ese día bailé ‘Cógele el golpe’, de Cachao, y me movía con unos pasos no muy acrobáticos como los de ahora, y resulta que la gente me tiraba la plata a la pista, los meseros me la recogían, y me hice como 200 mil pesos, un poco de plata para esa época”.
“Para mí ha sido una gloria, porque yo trabajé en varios oficios y me trataron mal, cargador en Cavasa, en la construcción, por eso cuando vi que podía vivir del baile fue una bendición, porque ya en Cali todos me conocen y la muñeca se volvió un ícono, a la gente le gusta mucho”, concluye ‘El Gran Tony’.
Periodista y escritor, entre sus publicaciones destaca el volumen de ensayos ‘Libro de las digresiones’. Reportero con experiencia en temas de cultura, ciencia y salud. Segundo lugar en los Premios Jorge Isaacs 2022, categoría de Ensayo.