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Estudiantes que usan aplicaciones de citas corren riesgo con su salud sexual
Así lo revela estudio de investigadores de la Facultad de Enfermería e Innovación en Salud de la Universidad de Texas en Arlington.
Un nuevo estudio de investigadores de la Facultad de Enfermería e Innovación en Salud de la Universidad de Texas en Arlington (Estados Unidos) muestra que el aumento de infecciones de transmisión sexual podría relacionarse con el incremento del uso de aplicaciones de citas.
“Demostramos que el uso de aplicaciones de citas entre estudiantes universitarios está vinculado a un aumento en las conductas sexuales sin protección y un mayor número de parejas sexuales, lo que aumenta el riesgo de transmisión de ETS y VIH”, comenta tajante la doctora Jaquetta Reeves, autora correspondiente del estudio y profesora adjunta en la Facultad de Enfermería e Innovación en Salud de la Universidad de Texas en Arlington.
Cabe recordar que en mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre el aumento de la incidencia de infecciones de transmisión sexual (ITS) en muchas regiones del mundo, que actualmente superan el millón de nuevos casos por día. Durante aproximadamente el mismo período, la tecnología hizo que encontrar pareja sexual fuera más fácil que nunca: más de la mitad de los estadounidenses menores de 30 años afirman utilizar aplicaciones de citas. Estas aplicaciones existen desde hace más de 20 años, pero se generalizaron alrededor de 2010.
Para unir estas dos tendencias, en 2022, Reeves y su equipo utilizaron un cuestionario anónimo en línea para entrevistar a 122 estudiantes universitarios jóvenes de entre 19 y 35 años de ambos sexos en el norte de Texas. Primero se les preguntó a los participantes si alguna vez habían usado una aplicación de citas. Luego se les invitó a brindar información sobre su comportamiento sexual: por ejemplo, su número de parejas, el uso de clínicas en el campus universitario, antecedentes de ITS y práctica de relaciones sexuales sin condón.
A través de tres preguntas abiertas, se preguntó a los participantes sobre cualquier pareja sexual que hubieran conocido a través de aplicaciones de citas, ya sea en una relación comprometida, como “amigos con beneficios” o en encuentros casuales. El uso de aplicaciones de citas fue más común entre los estudiantes blancos (47%) que entre los negros (12%); más común entre los hombres (64%) que entre las mujeres (33%); y más común entre las personas que se identificaron como heterosexuales (86%) que entre las que se identificaron como homosexuales o lesbianas (14%).
Los análisis revelaron diferencias significativas entre los participantes que utilizaban aplicaciones de citas y los que nunca lo habían hecho. Por ejemplo, los que declararon haber tenido más de una pareja sexual durante el último año tenían 2,2 veces más probabilidades de utilizar aplicaciones de citas que los que solo tenían una pareja, mientras que los que declararon haber tenido relaciones sexuales en combinación con alcohol tenían 1,4 veces más probabilidades de utilizar dichas aplicaciones.
Los participantes que declararon haber tenido su primer encuentro sexual entre los 16 y los 19 años tenían 1,5 veces más probabilidades de utilizar aplicaciones que los que declararon haber tenido su primer encuentro sexual a los 20 años o más.
Los estudiantes que alguna vez se habían sometido a una prueba de detección de VIH/ITS en la clínica de su campus tenían 1,8 veces más probabilidades de usar aplicaciones que aquellos que nunca se habían sometido a la prueba, mientras que aquellos que alguna vez dieron positivo en la prueba de VIH/ITS tenían 1,3 veces más probabilidades de usar aplicaciones.
Los autores, que han publicado en ‘Frontiers in Reproductive Health’, no encontraron diferencias en la frecuencia de uso del preservativo durante el sexo oral y vaginal entre quienes utilizaban aplicaciones de citas y quienes no las utilizaban.
En resumen, los autores concluyen que existe una asociación positiva significativa entre el uso de aplicaciones de citas y la participación en conductas sexuales de riesgo entre los estudiantes. “La causalidad entre las conductas sexuales de riesgo y el uso de aplicaciones de citas probablemente fluya en ambos sentidos. Las aplicaciones de citas facilitan la búsqueda de parejas ocasionales, lo que puede llevar a conductas de riesgo, como el uso inconsistente del preservativo. Por el contrario, las personas que ya tienen conductas de riesgo pueden recurrir a las aplicaciones de citas para encontrar parejas que compartan prácticas similares”, sugiere Reeves.
“Para romper este círculo vicioso, las intervenciones de salud sexual deben centrarse en integrar la educación sobre salud sexual en las aplicaciones, promover normas de sexo seguro a través de campañas para jóvenes, mejorar el acceso a las pruebas de ITS y VIH, reducir el estigma en torno a las discusiones sobre salud sexual y usar tecnología para recordatorios de pruebas y notificaciones de exposición”, recomienda Reeves.