Estos son los secretos del galardonado Richard Gere para conservarse sexy a sus 75 años

Por Isabel Peláez R., editora de entretenimiento y cultura de El País

Ícono de moda en los años ochenta, especialmente por los trajes de Armani que lució en American Gigolo —decían que podía entrar a cualquier tienda de la marca en el mundo y le daban el que escogiera—.

Ha dicho que la persona más influyente en su vida ha sido su padre, quien le sirvió de inspiración para su más reciente película: ¡Oh, Canada!. “Mi padre murió antes de que empezáramos a rodar. Le faltaba un mes para cumplir 101 años. Utilicé mucho su imagen y mi relación con él para componer el personaje. Tener a tu padre en silla de ruedas y lidiar con el baño diario, con la desorientación... Fue un proceso catártico. En cualquier caso, mi padre era un tipo cariñoso, amable y muy sociable. Muy, muy diferente a Leonard, mi personaje, que es un egocéntrico narcisista y muy consciente de sí mismo como artista que es”, afirmó el actor para el diario El Mundo.

Aparte de su sobria calma, parece tener Gere una secreta pócima para mantenerse muy vital. Pues bien, nunca ha sido un secreto que medita, hace yoga y gestiona el estrés. Es vegetariano desde hace décadas, su dieta es alta en fibra y baja en grasas saturadas y colesterol, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Consume frutas y verduras, lo que aporta una gran cantidad de vitaminas y minerales esenciales, como calcio, potasio y vitamina C. Prefiere los alimentos naturales y suplementos nutricionales.

Su gran destreza corporal se debe a su disciplina para ejercitarse siempre. Su formación atlética incluye karate, el cual aprendió mientras se preparaba para su papel en Oficial y Caballero.

En 2002, entrenó en tap dance para actuar en Chicago.

La meditación llegó a su vida de la mano del budismo tibetano que practica desde 1970. Luego viajó a Nepal y profundizó su conexión con dicha filosofía. Tiene desde entonces un gran vínculo con el Dalái Lama.

En una entrevista de 2018 con Express UK, el actor reflexionó sobre el impacto de esta disciplina en su vida: “Antes de empezar, era una persona horrible. No hay duda de que si meditas durante una hora, te vas a sentir diferente. Es real”, sostuvo el padre de Alexander, de 5 años, y otro niño de 3, cuyo nombre no ha sido divulgado públicamente. Homer James, de 24 años, es fruto de su matrimonio anterior con Carey Lowell, y también es padrastro de Hannah, hija de Lowell.

Su más reciente película: ¡Oh, Canadá!, dirigida por Paul Schrader, es basada en la última novela de Russell Banks, en la que el intérprete de 75 años da vida a un director de cine al final de su vida.

Gere habla bajito, pero claro; salpimienta la conversación con palabras en español, y se declara fan de la tierra de su mujer en la que ahora mismo reside. “De España me gusta todo”.

El actor creó en 1991 la Fundación Richard Gere, cuyo objeto es recaudar fondos no solo para preservar la cultura tibetana y la religión budista, sino también para auxiliar todo lugar donde hubiera damnificados -humanos o animales- a raíz de las guerras, las hambrunas, las enfermedades, las catástrofes o violencia de cualquier tipo.

Y junto a Catherine Deneuve, Christopher Lee y Bob Geldof, dio su apoyo a la iniciativa Cinema for Peace (Cine por la Paz), para recaudar fondos para Darfur y el Tíbet, y en octubre de 2011 recaudó casi US$ 1 millón al subastar un centenar de guitarras en Christie’s.

En otra charla con El Mundo, la estrella de Hollywood señala que hay algo oscuro en el fondo de Estados Unidos que podría tener que ver con su fundación.

“Quizá tiene que ver con el hecho de que las primeras personas que llegaron a Estados Unidos fueron las que no encajaban en Europa. En la raíz de todo hay una concepción muy individualista de la vida. Somos individuos que nunca hemos tenido una idea muy clara de la vida en sociedad. Sí, fuimos capaces de grandes logros, como la Declaración de Independencia y la Constitución, pero nuestra sociedad se levanta sobre la esclavitud y aún no hemos sido capaces de poner en orden en nuestras conciencias”, dijo.