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Essined Aponte y Roberto Romano confesaron en El País los desafíos emocionales detrás de sus personajes en La Hija del Mariachi
El País de Cali conversó en exclusiva con los protagonistas de esta producción, quienes compartieron los retos más profundos a los que se enfrentaron al dar vida a Rosario Guerrero y Francisco Lara.

13 de jun de 2025, 08:41 p. m.
Actualizado el 13 de jun de 2025, 08:41 p. m.
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Interpretar a personajes icónicos siempre implica un desafío. Más aún cuando se trata de una historia tan entrañable como La Hija del Mariachi, que regresa a las pantallas con una nueva adaptación del Canal RCN.
El País de Cali conversó en exclusiva con los protagonistas de esta producción, Essined Aponte y Roberto Romano, quienes compartieron los retos más profundos a los que se enfrentaron al dar vida a Rosario Guerrero y Francisco Lara.
Lo que parecía un proceso de interpretación actoral tradicional pronto se transformó, para ambos, en un viaje íntimo, donde la ficción y la realidad se entrelazaron de formas inesperadas.
Para Essined Aponte, el mayor reto no fue crear a Rosario Guerrero desde cero, sino aceptar que, en muchos sentidos, Rosario ya vivía dentro de ella.
Acostumbrada a componer sus personajes desde una distancia emocional, la actriz puertorriqueña se vio obligada a mirar hacia adentro, a encontrarse con partes de sí misma que vibraban en la misma frecuencia que su personaje.
“Para mí fue por fin poder despegarme de ella. Algo que me estaba pasando mucho es que yo estaba acostumbrada a crear personajes desde lo ajeno, desde que no se parezcan en nada a mí. Y algo que a mí me confrontó mucho hasta que lo acepté fue darme cuenta de que realmente tenía mucho de Rosario”, confesó Aponte.
La actriz recuerda un momento clave durante una pausa de grabaciones, cuando el director de la serie, Lucho Sierra, le dio una recomendación que terminó siendo casi terapéutica:
“Recuerdo una vez que Lucho me dijo en vacaciones de Navidad: ‘¡Vete a Puerto Rico! ¡Vuelve a conectar con tu energía boricua! ¡Baila! ¡Disfrútalo!’ Y eso me lo traje. Entonces, claro, fue muy lindo, pero ahí fue que yo entendí realmente qué era lo que querían ver de Rosario”.
Fue en ese proceso de reconexión con su esencia, su ritmo, su alegría, que Essined descubrió el verdadero corazón del personaje. Una mujer con fuerza, con sabor, con luz. Un torbellino emocional y vibrante que conquista a todos a su paso. “Esa es la palabra”, dice con firmeza: “torbellino”.

Por su parte, Roberto Romano, vivió un proceso distinto, más centrado en el diálogo y en la capacidad de adaptación. Para él, dar vida a Francisco Lara no fue tanto una lucha emocional como un ejercicio constante de escucha, flexibilidad y construcción colectiva. Más que un reto, fue una transformación.
“Pues mira, no me gusta llamarlo reto como tal, porque la verdad es algo que se ha logrado y que le hemos dado en el blanco del personaje. Pero, no sé, creo que las pláticas... todo parte desde el texto, desde el entendimiento”, explicó.
Romano habló sobre esa experiencia común entre los actores: leer un guion, imaginar una escena, diseñar una intención solo para llegar al set y encontrarse con una visión completamente diferente por parte del director.
“De repente uno llega, quizá con una idea, que lo lees y ya te imaginas todo, y llegas y tu director tiene totalmente otra visión de lo que tú pensabas hacer. Y pues nada más, el chiste es soltar eso y adaptarte”.
Para el actor mexicano, el verdadero logro fue dejar de lado cualquier expectativa personal y confiar plenamente en el proceso colectivo. “Cuando te proponen algo, no lo cuestionas, simplemente lo haces”, concluyó, resaltando el espíritu colaborativo del proyecto.

Dubán Villamizar es comunicador social de la Universidad de Pamplona. Tiene más de años de experiencia en periodismo digital. Ha trabajado en La Voz del Norte, Vanguardia y Semana.